Un conejo desechado entre la basura descubre la alegría de una nueva vida junto a dos inseparables compañeros

Rescatado al borde de la muerte, la atención médica y el apoyo de otros animales permitió al mamífero superar el trauma y disfrutar de una vida plena

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Tras ser encontrado al borde
Tras ser encontrado al borde de la muerte, el pequeño mamífero recibió atención médica y el apoyo de otros conejos. (FB: Queen Blanco/Tiktok: @blancobun)

El hallazgo de un pequeño conejo al borde de la muerte en un basurero fue el inicio de una historia de segundas oportunidades cuando, hace dos años, Louise Mokhtarians recibió el aviso de que un animal se encontraba en estado crítico entre los desechos.

Al llegar, la mujer se encontró con una escena que, según relató a The Dodo For Animal People, una plataforma con enfoque emocional hacia el cuidado y la defensa de los animales, resultó “verdaderamente desgarradora”: un conejito apenas respiraba, inmóvil y frío, incapaz de moverse por sí mismo.

Indignada por la situación, Mokhtarians lo envolvió en su suéter para darle calor y lo trasladó de inmediato a una clínica veterinaria, convencida de que cada minuto era trascendental para salvarle la vida.

Lumos, como decidió nombrarlo su rescatista, padecía hipotermia y debilidad extrema. Mokhtarians explicó en entrevista con The Dodo que el animal no podía sostenerse en pie ni saltar, tanto por el estado de abandono en que fue encontrado como posibles traumas previos.

Debido a ello, el equipo veterinario brindó atención continua durante las 24 horas al ejemplar, cuidados gracias a los que el pequeño mamífero logró estabilizarse y, tras varios días de tratamiento, estuvo en condiciones de abandonar el hospital para iniciar una nueva etapa junto a la familia Mokhtarians.

Una mejor vida para Lumos

La integración con otros conejos
La integración con otros conejos permitió a un animal superar la depresión y recuperar la alegría. (FB: Queen Blanco/Tiktok: @blancobun)

Ya en su nuevo hogar, el mamífero enfrentó un proceso de sanación tanto física como emocional. En este periodo, la mujer, convencida de que la compañía sería primordial para el bienestar del nuevo miembro de la familia, lo presentó a sus otros dos conejos, cuya conexión fue inmediata.

“Lo vinculé con mis otros dos conejos, Blanco y Bolo, y se volvieron inseparables, brindándole cariño y guiándolo durante su recuperación”, relató en entrevista para The Dodo.

Y tal como ella lo imaginó, la presencia de dos compañeros de la misma especie permitieron que Lumos superara la depresión y debilidad iniciales. Pronto, el conejo comenzó a mostrar signos de alegría, realizando saltos característicos de su especie.

Pero la emotiva transformación de Lumos no solo impactó su propia vida, sino también la de la familia que lo acogió. Al respecto, Mokhtarians compartió en la cuenta de Instagram @blancobun que la llegada del conejo representó un verdadero milagro y una oportunidad para ofrecerle un hogar lleno de amor. La integración con Blanco y Bolo consolidó un lazo que, según la rescatista, les permitió a todos experimentar una nueva forma de felicidad y compañía.

Para Mokhtarians, la experiencia de rescatar a Lumos y verlo recuperarse ha sido motivo de gratitud al considerar que la vida del pequeño conejo pudo haberse extinguido en cuestión de horas, pero ahora, es un recordatorio para ella de la importancia de brindar segundas oportunidades a los animales en situación de abandono.

Riesgos de la hipotermia en conejos

Los conejos son muy sensibles
Los conejos son muy sensibles al frío debido a su escasa grasa corporal y a su pelaje que, si está mojado o húmedo, pierde eficacia para conservar el calor. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La hipotermia, de acuerdo con el portal especializado Experto Animal, representa un gran riesgo para los conejos domésticos, pues aunque las especies silvestres pueden soportar temperaturas de hasta -10 grados centígrados si disponen de refugio, los animales habituados a vivir en interiores no toleran bien los cambios bruscos de temperatura.

La temperatura corporal normal de un conejo oscila entre 38 y 40 grados centígrados, y el ambiente ideal para ellos ronda los 18 grados centígrados. Cuando la temperatura ambiental desciende rápidamente, los conejos pueden mostrar temblores, rigidez muscular, hocico y orejas frías, y una respiración más lenta.

Si su propio calor cae por debajo de los 36 grados centígrados, aparecen síntomas como pérdida de apetito, reducción de la frecuencia cardíaca, depresión, desorientación, desmayos e incluso la muerte súbita. En el caso de Lumos, la exposición al frío extremo y la falta de protección casi resultaron fatales.