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El personal del zoológico detectó
El personal del zoológico detectó al oso durante una inspección rutinaria. (FB: Sequoia Park Zoo)

Un oso negro salvaje ingresó el pasado 17 de octubre al Zoológico Sequoia Park, ubicado en Eureka, al norte de California, y protagonizó una inusual interacción con tres de sus congéneres, residentes del recinto.

El hecho fue reportado por la administración a través de una publicación en su página oficial de Facebook, donde explicó que el personal realizaba una inspección rutinaria cuando detectó al mamífero apoyado en una puerta y observando a los ejemplares cautivos.

Según el comunicado, “no parecía agresivo y se le observó interactuando con Tule, Ishŭng y Kunabulilh a través de la cerca de su hábitat”. Sumado a ello, los encargados señalaron que el visitante se mostró tranquilo y curioso durante su breve estancia, sin mostrar señales de estrés ni intentar ingresar al área de los demás animales.

La institución informó que, tras una corta exploración, el oso fue escoltado de regreso a su entorno natural. “Fue persuadido de regresar sano y salvo al bosque a través de una puerta de servicio”, señaló la información proporcionada en redes sociales.

Respecto a la inesperada situación, el zoológico indicó que el ejemplar probablemente provenía del Parque Sequoia, un bosque de aproximadamente 24 hectáreas ubicado detrás de las instalaciones.

Una interacción inofensiva

El oso visitante, de aproximadamente
El oso visitante, de aproximadamente año y medio, no mostró signos de agresividad. (FB: Sequoia Park Zoo)

El director del zoológico, Jim Campbell-Spickler, explicó al medio local SFGATE, citado por el periódico británico The Independent, que el mamífero de pelaje oscuro parecía “muy interesado” en los ejemplares de las instalaciones, y “se presentó a todos ellos a través de la valla”.

El directivo describió la escena como un momento tierno y pacífico: “La interacción entre ellos fue realmente dulce, tranquila y curiosa. Creemos que solo buscaba un amigo, aunque quizá eso sea antropomorfizar, por supuesto”.

De acuerdo con la fuente británica, el visitante salvaje tiene aproximadamente año y medio de edad, aunque su sexo aún no se ha determinado.

El Zoológico Sequoia Park, que alberga a más de 150 animales, aseguró que están acostumbrados a recibir visitas de fauna silvestre como zorrillos, mapaches y zorros, pero reconocieron que “es la primera vez que un oso realiza una visita espontánea”.

Campbell-Spickler también confesó que el equipo desconoce cómo logró ingresar el animal: “La valla principal del perímetro no fue violada de ninguna manera. Probablemente, tenía muchas ganas de entrar y visitar a nuestros osos, así que podría haberse subido a un árbol y acercarse”.

Finalmente, el zoológico destacó que la situación se manejó con calma, sin poner en riesgo ni al visitante ni a los animales residentes. Así, el joven oso fue guiado de regreso a su entorno natural sin necesidad de usar tranquilizantes ni medidas agresivas.

El oso negro americano, un vecino común

Los osos negros evitan el
Los osos negros evitan el contacto con los humanos, aunque pueden acercarse a zonas pobladas si encuentran comida fácilmente. (AP)

El inesperado visitante pertenece a la especie Ursus americanus, el carnívoro más común de Norteamérica. Según el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW), estos mamíferos se distinguen por su pelaje espeso y oscuro, su hocico prominente y sus orejas redondeadas. Los adultos miden entre 1.3 y 1.9 metros de largo y pesan de 60 a 300 kilogramos, aunque los machos más grandes pueden alcanzar los dos metros y 400 kilos.

De acuerdo con el IFAW, se trata de ejemplares omnívoros que poseen una dieta variada formada por “bayas, nueces, insectos, pequeños mamíferos, peces y plantas”. Gracias a esta diversidad alimentaria, desempeñan un papel importante en los ecosistemas boscosos, pues “ayudan a controlar las poblaciones de plantas y a dispersar semillas, lo cual es crucial para la regeneración forestal”.

A diferencia de otras especies más agresivas, los osos negros suelen ser solitarios y tímidos. De hecho, según el portal especializado Wildfire Informer, son los “más amigables” entre los osos norteamericanos, o al menos “los menos peligrosos”.

Las estadísticas al respecto demuestran que dichos ejemplares atacan en promedio a una persona por año en el continente americano, mientras que los pardos provocan alrededor de once ataques anuales.