Tres caninos quedaron solos tras la muerte de su humano, quien era su único refugio y fuente de amor. Desde entonces, la calle se ha vuelto un lugar cruel y peligroso para ellos, enfrentando el frío, la lluvia y el abandono sin nadie que los proteja. La tristeza y el miedo se reflejan en sus ojos, mientras buscan un rincón donde puedan sentirse seguros, pero nadie les ha tendido la mano aún.
Uno de los perritos fue atropellado y otro sufrió el mismo destino, mientras que el tercero ha dejado de comer por la tristeza profunda, quedándose inmóvil, esperando en vano el regreso de su dueño.
Esta situación ha conmovido a miles de personas que han visto sus fotos, pero hasta ahora nadie ha ofrecido un hogar temporal para rescatarlos del sufrimiento y el peligro, por lo que la Fundación Laika Protectora de Animales A.C., con sede en Culiacán, Sinaloa, lanzó un llamado urgente a través de dos publicaciones en su cuenta de Instagram, solicitando un refugio temporal para brindarles atención y recuperación física y emocional.
Reacción de la comunidad ante el caso

El caso de los perritos generó una profunda respuesta emocional entre los usuarios de las redes sociales, quienes expresaron su preocupación y tristeza por la situación que viven las criaturas.
Una de las usuarias manifestó su tristeza por no poder ayudar directamente debido a que no reside en el estado: “Por favor, alguien de Culiacán que les dé un hogar temporal o definitivo, ellos lo necesitan”, escribió.
¿Pueden los animales sentir tristeza por la muerte de su dueño?

Víctor Oswaldo Gamboa, profesor de la Facultad de Psicología y Ciencias del Comportamiento en la Universidad de La Sabana, explicó para Infobae Colombia que “los animales pueden manifestar comportamientos y reacciones fisiológicas asociadas con el dolor y el duelo por la pérdida de un ser querido“.
Como ejemplos en la naturaleza, mencionó a los elefantes, que muestran conductas afligidas y solemnes ante la muerte de un miembro de su grupo, así como a los chimpancés, que han sido observados cargando el cuerpo de sus crías durante semanas después de su fallecimiento. En este contexto, destacó que “los perros son muy especiales en este sentido por la coevolución con los seres humanos, que ha moldeado sus comportamientos sociales y emociones”.
Respecto a las emociones que experimentan los canes cuando pierden a su dueño, Gamboa señaló que estos animales, que forman parte del sistema de apego humano, pueden sentir pérdida y mostrar signos evidentes de tristeza y depresión. En algunos casos, los caninos pueden dejar de alimentarse o adoptar un comportamiento letárgico persistente, lo que puede derivar en enfermedades e incluso la muerte.
Asimismo, el experto en psicología señaló que las fases de duelo de los perros son similares a las de los seres humanos. En la etapa de negación, el canino continúa buscando a su dueño, mientras que en la fase de adaptación, su comportamiento comienza a normalizarse ante la nueva realidad.
De acuerdo con lo explicado por Gamboa, los perros de Culiacán aún se encuentran en la primera etapa del duelo, en la que continúan buscando a su dueño. Sin embargo, esta situación representa un riesgo considerable, ya que permanecer en la calle los expone a múltiples peligros que pueden afectar gravemente su salud y seguridad.
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