
A lo largo de 384 páginas, con la traducción al español de Ana Camallonga, el nuevo libro de la doctora Becky Kennedy presenta a los lectores una serie de técnicas para llevar a cabo una buena práctica de los procesos de enseñanza a los hijos.
Creadora del método Good Inside, Kennedy se ha propuesto deconstruir los modelos tradicionales de crianza a partir de dos objetivos principales: 1. Renovar el vínculo entre padres e hijos. 2. Fortalecer su relación.
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Durante mucho tiempo se nos ha vendido un modelo de crianza que, por lo general, no funciona y nos hace caer en una espiral de frustración y hastío. Recurrimos a estrategias como “el rincón de pensar” o a complejos sistemas de recompensa que pueden ser eficaces a corto plazo, pero que no nos permiten ayudar a nuestros hijos a desarrollar las habilidades necesarias para la vida.
En “Educar sin miedo”, la doctora Kennedy comparte su visión y una serie de estrategias prácticas para padres, que les permitirán superar la incertidumbre y la autoculpabilidad.
Su propuesta gira alrededor de una nueva forma de educar a los hijos, con el fin de asegurar el bienestar de la familia, dotando a los padres de herramientas para que puedan proporcionarle a sus hijos lo necesario y esencial para vivir una vida feliz, creer en sí mismos, manejar con inteligencia sus sentimientos y tener empatía de cara a su futuro.

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Considerada en EE. UU. como “la gurú que susurra a los padres milenials”, la Dra. Becky Kennedy tiene una comunidad de casi un millón y medio de seguidores en redes sociales. Es psicóloga clínica de la Universidad de Columbia y en los últimos tiempos se ha convertido en todo un fenómeno gracias a su método de crianza.
Su libro deja en claro que los hijos no llegan con un manual de instrucciones, ni tienen listo algún consejo que haga más fáciles las cosas a los padres. La doctora Kennedy es enfática en el hecho de que las madres y los padres, usualmente, saben el tipo de paternidad que quieren llevar a cabo, lo que no saben es cómo empezar a hacerlo. La autora propone algo muy simple, en apariencia, pero complejo en la práctica: escuchar.
Dejar que sean los hijos quienes se manifiesten, escucharlos más allá de todo, permitir que decidan y se equivoquen en el camino, dejarlos sentir que pueden vivir cosas negativas son algunas de sus estrategias.
Cuando prevenimos a los hijos para que no sientan miedo, para que estén blindados ante todo, es cuando más daño les estamos haciendo. De repente, por querer hacerlo todo bien, terminamos haciéndolo todo mal. De este modo, solo se consigue que los hijos no puedan tener las herramientas necesarias para tener una adecuada educación emocional.
Es verdad que la protección se hace desde el amor, pero a largo plazo, serán los hijos, y no los padres, quienes tengan problemas en el futuro.
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Este libro, “Educar sin miedo”, no es un manual, sino una guía, para no perder de vista que cada niño y cada niña son un mundo en sí mismos. Las relaciones que lleguen a tener con sus padres y madres dependerán de sus primeros encuentros. Y esto, lejos de ser un alivio, representa una certeza: escuchar a los hijos y gestionar lo que dicen, con buena actitud y positivismo, permitirá trazar un camino mucho más estable que, a la larga, les será fácil de transitar.
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