Un ataque racista y la atención social sobre un jurado de blancos: a 60 años de un crimen que marcó los derechos civiles en EEUU

Willie Brewster fue asesinado en Alabama en un contexto de crímenes racistas. Su asesino fue condenado por un jurado integrado por blancos. Jamás pasó un día en la cárcel

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Willie Brewster tenía 38 años
Willie Brewster tenía 38 años y era padre de dos hijos. Su esposa estaba embarazada cuando lo atacaron. Semanas más tarde, luego de la muerte, perdió el embarazo

En julio de 1965, la ciudad de Anniston, en Alabama, fue escenario de un crimen racial que marcaría un antes y un después en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos.

Willie Brewster, un trabajador negro de 38 años, se convirtió en víctima de un ataque mortal que reveló el clima de odio y tensión que se vivía en la región durante aquellos años. Su asesinato y el juicio posterior que se llevó a cabo constituyeron un hecho histórico: fue el primer caso en el que un hombre blanco en Alabama recibió una condena por el homicidio de un afroamericano en el contexto de la lucha por los derechos civiles. El jurado estaba integrado solo por blancos.

La noche del 15 de julio de 1965, Brewster terminaba su jornada laboral en Union Foundry, una planta metalúrgica de Anniston. Había trabajado hasta tarde y, alrededor de la medianoche, emprendió el regreso a su casa en su auto junto a dos compañeros. Mientras circulaban por la ruta 202, el vehículo fue atacado. Desde otro automóvil, hombres blancos dispararon contra ellos. Una de las balas impactó directamente en la columna de Willie Brewster, hiriéndolo de gravedad.

Tras el ataque, Brewster, padre de dos hijos y casado con una mujer que estaba embarazada, fue trasladado al Citizens Hospital. Días más tarde, el 19 de julio, murió. Su asesinato generó un fuerte impacto en la comunidad negra de Anniston y en todo Alabama.

El contexto histórico en el que ocurrió el crimen ayuda a comprender la trascendencia del caso. En 1965, Estados Unidos atravesaba uno de los momentos más álgidos de la lucha por los derechos civiles. Ese mismo año, Martin Luther King encabezaba la marcha entre Selma y Montgomery, dos ciudades de Alabama y el Congreso aprobaba la Ley del Derecho al Voto. En Alabama, la resistencia a la desegregación era feroz. Anniston, en particular, tenía un historial de violencia racial que se expresaba en ataques organizados contra la población negra y contra activistas.

Para muchos, se trataba de un nuevo ejemplo de violencia racial, en una ciudad que apenas unos años antes había sido escenario de otro episodio brutal: en 1961, un grupo de activistas conocidos como los Freedom Riders había sido atacado con bombas incendiarias en un autobús que pasaba por Anniston, también en el marco de las protestas contra la segregación.

Luego de la muerte de Brewster la comunidad de Anniston reaccionó de manera activa: se ofreció una recompensa de 20.000 dólares para conseguir información sobre los asesinos del padre de familia. El diario local The Anniston Star publicó una página completa con el ofrecimiento y el siguiente texto: “Como comunidad, estamos decididos a que quienes propugnan y cometen actos secretos de violencia no controlen este país. Estamos decididos a luchar con las armas de la ley para preservar la dignidad de esta comunidad y castigar a quienes agredieron a un ciudadano respetable y trabajador”.

Página entera en el diario
Página entera en el diario The Anniston Star para ofrecer recompensa por información sobre el asesinato de Willie Brewster

La declaración de principios que además ofrecía una recompensa fue firmada por 268 integrantes de la comunidad de Anniston y eran tanto negros como blancos. El gobernador de Alabama, George Wallace, acusado de segregacionista había ofrecido 1.000 dólares de recompensa.

La investigación sobre el asesinato de Brewster se inició de inmediato. El testimonio de un criminal de poca monta, ávido de la recompensa, condujo a tres hombres blancos como sospechosos: Damon Strange, George Bright y Clarence Blevins. Todos ellos eran conocidos por sus vínculos con el Ku Klux Klan. El 27 de agosto de 1965, hace 60 años, los hombres fueron acusados. El principal apuntado fue Damon Strange, que había sido el que disparó. El testigo -que también era del KKK- aseguró que los hombres le contaron que habían matado “un negro” y le mostraron el lugar donde había sido herido de muerte Brewster.

La presión social y mediática sobre el caso fue enorme. La comunidad afroamericana exigía justicia, mientras que en muchos sectores blancos se minimizaba el hecho o se intentaba encubrir a los responsables. Sin embargo, la gravedad del crimen y el clima político de la época obligaron a las autoridades judiciales de Alabama a actuar.

En un hecho sin precedentes, fue llevado ante un tribunal compuesto por un jurado íntegramente blanco. A pesar de ese contexto, el desarrollo del proceso fue seguido de cerca por la prensa nacional, y representantes del movimiento por los derechos civiles viajaron hasta Anniston para observar lo que ocurría. No era un caso fácil porque no había testigos, no había arma homicida, la acusación se basaba solo en un testimonio de alguien que había admitido el interés por la recompensa.

Uno de los carteles que
Uno de los carteles que recuerda el asesinato de Willie Brewster en Anniston, Alabama, Estados Unidos

La defensa de Strange, ejercida por un abogado que promovía el odio racial, tildó al testigo de mentiroso y aportó testigos que dijeron que el acusado estaba en otro lugar al momento del ataque.

El jurado comenzó con una votación de ocho a cuatro a favor de la absolución por asesinato en primer grado, pero tras siete horas informó que no habían llegado a un acuerdo. El jurado fue enviado nuevamente a deliberar. Dos horas después obtuvieron un fallo sin disidencias. Finalmente, el 2 de diciembre de 1965, el jurado emitió un veredicto histórico: Damon Strange fue declarado culpable del asesinato en segundo grado de Willie Brewster. Fue condenado a diez años de prisión, una sentencia que, en el contexto de Alabama en 1965, representó un avance sin precedentes. Nunca antes un hombre blanco había sido castigado por la muerte de un afroamericano en un caso de violencia racial en el estado. Eso sí: Strange no pasó un solo día de su vida detenido. Quedó en libertad durante la apelación. Luego fue acusado de golpear a un hombre negro. Fue asesinado en una pelea a tiros en un bar en noviembre de 1966.

Un resumen de lo sucedido
Un resumen de lo sucedido con Willie Brewster en las calles de la ciudad donde fue asesinado

Johnny Ira DeFries y Clarence Lewis Blevins fueron juzgados como cómplices del asesinato. Sin embargo, DeFries fue absuelto en febrero de 1966. Los cargos contra Blevins fueron retirados poco después. Años más tarde un familiar de Strange reveló que el asesinato de Brewster había sido algo parecido como un rito de iniciación para ingresar plenamente al KKK.

Con el paso de los años, la figura de Willie Brewster, que no era un militante por derechos civiles y que jamás había participado de manifestaciones, se convirtió en un símbolo de la lucha por la igualdad. En Anniston, su memoria fue recuperada a través de homenajes y reconocimientos oficiales. La ciudad instaló una señal histórica en el lugar donde ocurrió el ataque, como parte del Civil Rights Trail de Alabama, para recordar no solo su asesinato sino también el significado que tuvo el juicio posterior.

El mismo día del disparo en la columna a Brewster hubo un acto de supremacistas blancos en las afuera de Anniston. El reverendo Connie Lynch integrante del Partido de los Derechos de los Estados Nacionales pronunció en aquel julio de 1965 una exposición violenta que alentó al grupo que atacó a Brewster. Cuando el discurso de odio de arriba se esparce hacia abajo ya se sabe cómo puede terminar.

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