Más de 1.200 vuelos fueron cancelados en EEUU por la falta de controladores aéreos durante el cierre de gobierno

La orden de la Administración Federal de Aviación de reducir el tráfico, emitida en plena parálisis presupuestaria, afectó a unos 40 aeropuertos y obligó a las aerolíneas a cancelar rutas domésticas en vísperas de la temporada alta de viajes

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Viajeros esperan para pasar el
Viajeros esperan para pasar el control de seguridad en el Aeropuerto Internacional de San Diego después de que el Departamento de Transporte de EEUU, debido al cierre continuo del gobierno, impusiera un recorte del 10% en la capacidad de vuelos en determinados aeropuertos este 7 de noviembre de 2025 (REUTERS/Mike Blake)

Más de 1.200 vuelos resultaron cancelados este viernes en Estados Unidos tras una directiva de la Administración Federal de Aviación (FAA) emitida a instancias del gobierno de Donald Trump para reducir el volumen del tráfico aéreo. La decisión responde a la crisis de personal derivada del cierre parcial del gobierno federal (“shutdown”), vigente desde el 1 de octubre, que ha supuesto la mayor parálisis presupuestaria en la historia reciente del país y mantiene a miles de trabajadores esenciales sin recibir sus salarios.

La suspensión de vuelos afectó a cerca de cuarenta aeropuertos, incluidos los principales hubs de Nueva York, Washington, Chicago, Los Ángeles, San Francisco, Miami, Boston, Filadelfia, Atlanta y Dallas. Entre los aeropuertos más perjudicados por la ola de cancelaciones figuran Chicago O’Hare, Atlanta y Denver, según reportó el sitio especializado FlightAware, que indicó que las cifras del viernes cuadruplicaron las cancelaciones del día anterior.

El impacto de la medida gubernamental se siente especialmente en vísperas de la temporada alta de viajes en el país, con el Día de los Veteranos y Acción de Gracias próximos a celebrarse. Cientos de miles de pasajeros debieron reconfigurar sus trayectos y, en muchos casos, lidiar con largas filas en los controles de seguridad, gestionados por empleados que también llevan más de un mes sin percibir sus salarios.

La FAA delineó que la reducción del tráfico aéreo iniciará con una disminución del 4% este viernes, incrementándose hasta un 10% la semana próxima de no alcanzarse un acuerdo entre legisladores republicanos y demócratas. Las restricciones afectan a todas las aerolíneas comerciales entre las 6 de la mañana y las 10 de la noche y se concentran en rutas nacionales y regionales, sin cambiar los vuelos internacionales de larga distancia, según informaron portavoces de United y Delta.

Las aerolíneas han optado por reducir principalmente vuelos en rutas domésticas o de enlace en regiones como el noreste y Florida, recortando servicios donde existen varias frecuencias al día para minimizar el número de pasajeros perjudicados. Según un comunicado de American Airlines, la empresa planeó cancelar unos 220 vuelos diarios, mientras que Delta anunció la suspensión de cerca de 170 trayectos para la jornada. Southwest Airlines anuló unos 120 vuelos, destacando el foco en rutas menos prioritarias para agilizar la reubicación de pasajeros.

El portavoz de UnitedJosh Freed, explicó que más de la mitad de los vuelos afectados estaban previstos para aterrizar en las siguientes cuatro horas de su horario original, gracias al éxito de los procedimientos de reprogramación implementados de urgencia.

American Airlines preparan vuelos en
American Airlines preparan vuelos en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington, mientras la administración Trump advierte de recortes inminentes en las operaciones de las aerolíneas comerciales tras más de un mes de cierre continuo del Gobierno de EEUU en Arlington, Virginia, este 7 de noviembre de 2025 (REUTERS/Nathan Howard)

Mientras se multiplican las alternativas para llegar a destino—desde alquilar vehículos hasta considerar rutas por otros aeropuertos—, la situación en los terminales se vuelve tensa. En el Aeropuerto Intercontinental George Bush de Houston, algunos viajeros describieron filas en los controles de seguridad “interminables e inmóviles”, con pasajeros recostados en el suelo aguardando ser atendidos, según relató una testigo a la prensa tras llegar a Atlanta.

La crisis ha obligado a las aerolíneas a flexibilizar políticas de cambio y reembolso, permitiendo a los clientes modificar sin penalización sus reservas o solicitar la devolución íntegra del importe abonado. No obstante, la obligación de cubrir costos secundarios como alojamiento y alimentación solo aplica cuando la causa de la cancelación es atribuible directamente a la gestión de la empresa, según el Departamento de Transporte.

La FAA justificó las restricciones por la necesidad de aliviar la presión sobre los controladores aéreos, cuya plantilla, normalmente cifrada en unos 14.000 profesionales, experimenta niveles récord de ausentismo ante la falta de remuneración y el agotamiento por jornadas extensas y horas extras obligatorias.

En el plano político, el secretario de TransporteSean Duffy, responsabilizó a los demócratas de bloquear los intentos de reactivar la financiación gubernamental, instando a una pronta resolución legislativa. Este viernes, el Senado iba a intentar por décimo quinta vez aprobar una ley de asignación temporal de fondos, ya avalada por la Cámara de Representantes, aunque las previsiones apuntaban a un nuevo fracaso parlamentario.

Mientras la FAA reconoció que el restablecimiento de la normalidad total llevará días incluso si se supera pronto el cierre presupuestario, analistas como Henry Harteveldt señalaron a la prensa especializada que en la semana próxima “se harán los cortes difíciles” en los servicios aéreos, si la crisis se prolonga y se aproxima el volumen récord de viajeros propio de Acción de Gracias.

En este contexto, tanto aerolíneas como asesores recomiendan a los pasajeros monitorear permanentemente sus vuelos y considerar planes alternativos, dada la posibilidad de nuevas y prolongadas cancelaciones de cara a las fechas de mayor movilidad anual en Estados Unidos.

(Con información de AFP y AP)