
La madrugada del domingo 2 de noviembre de 2025, Estados Unidos llevará a cabo el cambio de hora que marca el fin del horario de verano, un evento anual que afecta a millones de personas.
A las 2:00 de la mañana los relojes retrocederán una hora en la mayor parte del país, una modificación que busca ofrecer más luz en las mañanas invernales y que, según autoridades federales, tiene implicancias sociales y económicas.
La tradición de modificar los relojes, conocida correctamente como daylight saving time (horario de verano), permanece en vigor desde hace más de un siglo. Esta medida fue implementada originalmente en 1918 con la aprobación del Standard Time Act. Esta ley buscaba reducir el consumo de combustible durante la Primera Guerra Mundial y, a la vez, establecer cinco zonas horarias para el país.
Aunque dicha medida se suspendió tras la guerra, el Congreso federal reinstaló el horario de verano durante la Segunda Guerra Mundial y, posteriormente, durante la crisis del petróleo entre 1973 y 1975, cuando el horario de verano se hizo permanente por dos años a fin de conservar energía.

No obstante, la extensión indefinida resultó impopular y fue cancelada en 1974. Fue en 1966 cuando se adoptó la Ley del tiempo uniforme, que determinó una duración estandarizada para el horario de verano, base de la práctica actual de comenzar el segundo domingo de marzo y finalizar el primer domingo de noviembre. En 2005, el Congreso modificó la ley para definir las fechas que rigen hasta la actualidad.
La gestión del cambio horario recae en el Departamento de Transporte de Estados Unidos, que sostiene que el horario de verano contribuye a reducir el consumo de energía, evita accidentes viales y minimiza ciertos delitos.
Sin embargo, el sistema no es universal. Hawaii y parte de Arizona no participan en el horario de verano. Tampoco lo hacen territorios estadounidenses como Guam, Puerto Rico, las Islas Marianas del Norte, Samoa Americana y las Islas Vírgenes. En contraste, la Navajo Nation, la nación navaja que abarca zonas de Arizona, Utah y Nuevo México, sí adopta el cambio.
Propuestas para eliminar el horario de verano
El debate sobre la posibilidad de eliminar el cambio estacional ha adquirido fuerza durante los últimos años. Personalidades como el presidente Donald Trump y Elon Musk han mostrado su respaldo a la abolición del sistema semestral.

De igual forma, al menos 31 estados consideran proyectos de ley que buscan modificar o eliminar el cambio. Entre ellos se encuentran Ohio, California, Alaska, Texas, Nueva York y Massachusetts.
De hecho, la legislatura de Ohio envió al Congreso una resolución que solicita establecer permanentemente el horario de verano, pero cualquier modificación requiere aprobación federal, publicó USA TODAY.
Hasta diciembre de 2023, el proyecto conocido como Sunshine Uniformity Act permanecía bajo revisión en el Senado estatal de Ohio, después de recibir aprobación en la Cámara de Representantes. No obstante, la autoridad para hacer permanente el horario de verano solo corresponde al Congreso de Estados Unidos.
Por el momento, el calendario se mantendrá sin alteraciones para los próximos dos años. Las personas deberán retrasar sus relojes una hora el 2 de noviembre de 2025, y en marzo de 2026 volverán a adelantar el reloj, de acuerdo con la ley vigente.
El inicio del otoño en el hemisferio norte tendrá lugar el 22 de septiembre de 2025, fecha que marcará el adelanto de la temporada donde la luz natural disminuye gradualmente cada tarde.