Un sargento del Ejército de Estados Unidos enfrenta cargos de intento de asesinato tras disparar contra cinco compañeros en la base militar de Fort Stewart, en Georgia, en un ataque que, según reveló el propio Ejército, tuvo entre sus víctimas a la pareja sentimental del acusado.
La información, confirmada por la portavoz Michelle McCaskill de la Oficina del Asesor Jurídico Especial del Ejército, añade un matiz de violencia doméstica a un caso que ya había conmocionado a la comunidad militar por la gravedad de los hechos.
El martes, durante la primera comparecencia judicial, el sargento Quornelius Radford fue formalmente acusado de seis cargos de intento de asesinato, seis de agresión agravada y uno de violencia doméstica, y permanecerá en prisión preventiva mientras avanzan los procedimientos previos al juicio.
Durante el ataque, Radford, utilizó un arma que no formaba parte del equipamiento militar
El ataque, perpetrado el 6 de agosto, se produjo en el propio lugar de trabajo de Radford, dentro de las instalaciones de Fort Stewart, la mayor base militar al este del río Misisipi, situada a unos 64 kilómetros (40 millas) al suroeste de Savannah.
Según la reconstrucción de los hechos, Radford, de 28 años, utilizó una pistola personal, una Glock 9 mm adquirida en Florida en mayo, para abrir fuego contra miembros de su unidad de suministros. El arma, que no formaba parte del equipamiento militar oficial, fue recuperada en la escena junto a numerosos casquillos, según un funcionario policial citado por el Ejército de Estados Unidos.
La respuesta de los soldados presentes resultó determinante para evitar una tragedia mayor
De acuerdo con el general de brigada John Lubas, comandante del 3.er Regimiento de Infantería, los compañeros de Radford siguieron el sonido de los disparos hasta los pasillos de un edificio de oficinas, donde hallaron humo de armas de fuego y a las víctimas heridas en el suelo y en oficinas cercanas.
Lubas destacó que los soldados actuaron con rapidez, prestando primeros auxilios y, en algunos casos, deteniendo hemorragias con sus propias manos. Por su intervención, seis de ellos recibieron medallas al servicio meritorio de manos del secretario del Ejército, Dan Driscoll, quien visitó la base al día siguiente del tiroteo.
El incidente dejó cinco soldados heridos, todos ellos supervivientes, aunque tres requirieron cirugía, según confirmó Lubas. El propio general precisó que las víctimas eran compañeros de trabajo de Radford, aunque el Ejército no ha divulgado sus identidades. La portavoz McCaskill explicó que el cargo de violencia doméstica se debe a que una de las víctimas mantenía una relación íntima con el acusado, aunque no pudo precisar si esa persona se encontraba entre los heridos.
La secuencia de la emergencia se desarrolló con rapidez
La policía militar fue alertada a las 10:56 horas (hora local) y, menos de diez minutos después, la base fue cerrada. A las 11:09 horas, los servicios de emergencia atendieron a los heridos, y Radford fue detenido a las 11:35 horas. El cierre del área principal de la base se levantó 35 minutos después, según la publicación oficial de Fort Stewart Hunter Army Airfield.
El Ejército ha evitado pronunciarse sobre los posibles motivos del ataque y mantiene bajo reserva los detalles de la investigación. Lubas reconoció que Radford no tenía antecedentes de mala conducta ni había sido desplegado en zona de combate, aunque sí reveló que el sargento había sido arrestado en mayo por conducir bajo los efectos del alcohol, un hecho que la cadena de mando desconocía hasta después del tiroteo.
“El arresto por conducir bajo los efectos del alcohol era desconocido para su cadena de mando hasta que ocurrió el incidente y comenzamos a revisar las bases de datos policiales”, explicó Lubas.
Radford, originario de Jacksonville, Florida, se alistó en el Ejército en 2018 como especialista en logística automatizada y estaba asignado al 2º Equipo de Combate de Brigada de la 2.ª Brigada Blindada. Su función principal consistía en el manejo de suministros y operaciones de almacén.
La defensa legal de Radford fue por parte de abogados defensores del Ejército
Durante la audiencia del martes, Radford estuvo representado por abogados defensores del Ejército, aunque el Servicio de Defensa en Juicios de Fort Stewart no respondió a las solicitudes de comentarios de la prensa.
El proceso judicial continuará con audiencias previas para determinar si existen pruebas suficientes para llevar a Radford ante un tribunal militar. Según la ley militar, el cargo de intento de asesinato puede acarrear una pena de cadena perpetua.
Las autoridades aún investigan cómo Radford logró introducir el arma en la base, donde las regulaciones prohíben portar armas personales y existen controles de seguridad con guardias armados y equipos de protección. “Tendremos que determinar cómo pudo llevar una pistola a su puesto”, señaló Lubas. Desde el tiroteo, Radford permanece en detención preventiva mientras la Oficina del Asesor Especial para Juicios decide los cargos definitivos.
