
La llegada de los quintillizos Kyla, Joseph, Jaxon, Viviana e Isabella el pasado 3 de junio marcó un antes y un después en la vida de Theresa Troia, de 36 años, quien hoy repasa entre emociones y agradecimientos los desafíos, miedos y alegrías que ha vivido desde el nacimiento prematuro de sus hijos.
Los bebés, nacidos con tan solo 28 semanas de gestación, han dado muestras de fortaleza en la unidad de cuidados intensivos neonatales, donde avanzan cada día hacia la posibilidad de volver a casa junto a su madre.
Nacimiento prematuro y situación actual <b>de los quintillizos</b>
Theresa Troia se encontraba en la semana 28 de embarazo cuando, mediante cesárea, dio a luz a sus cinco hijos en un hospital de Texas. La prematurez suponía una serie de riesgos y desafíos médicos considerables para los pequeños, conocidos en la familia como “los pequeños luchadores”.
Aunque aún no están listos para recibir el alta, en diálogo con PEOPLE, Troia afirma que sus bebés “están muy bien” y que en las últimas semanas cada uno ha mostrado “progreso increíble”. Destaca que los avances se dan a ritmos distintos, pero la esperanza es que durante las próximas semanas puedan volver a casa de forma escalonada, según se vayan fortaleciendo. La espera, aunque difícil, está marcada por el optimismo y la gratitud ante la evolución diaria de los quintillizos.

Una experiencia emocional intensa y repleta de desafíos
El camino hacia la maternidad múltiple estuvo plagado de emociones intensas y obstáculos tanto físicos como mentales. Theresa Troia no solo enfrentó el vértigo y la incertidumbre propios de un embarazo de alto riesgo, sino que tuvo que sobreponerse a la falta de apoyo inicial por parte de su primer obstetra-ginecólogo, quien se mostró en desacuerdo con su decisión de continuar con la gestación de los cinco embriones. Esta negativa dificulta aún más el ya de por sí complejo proceso emocional de prepararse para la llegada de múltiples bebés prematuros.
A pesar del miedo y la ansiedad, Troia encontró fuerzas en el deseo profundo de mantener unidos a sus hijos y en la fe en el equipo que la rodeó. Describe toda la experiencia como un “torbellino físico y mental”, donde los instantes de alegría y celebración se alternaron con momentos de dolor y miedo.
Para ella, cada desafío ha significado una oportunidad para crecer en paciencia, fe y amor, y formar un lazo aún más fuerte con sus pequeños. “Verlos crecer más fuertes ha sido la experiencia más emotiva y hermosa de mi vida”, aseguró a PEOPLE.
El papel fundamental del equipo médico

La intervención fundamental del equipo médico fue clave para el desenlace favorable del embarazo y el cuidado de los quintillizos. Tras la renuncia de su médico original, Theresa fue atendida por el Dr. Aaron Poole, especialista en medicina materno-fetal, quien confió en la posibilidad de lograr el nacimiento seguro de los cinco bebés con monitoreo constante, medicación y trabajo en equipo.
Durante el parto y en las semanas siguientes, Troia encontró en los médicos, enfermeras y especialistas un respaldo irrenunciable. En palabras de la madre, no solo ayudaron a que el nacimiento ocurriera sin complicaciones graves, sino que también le brindaron contención en momentos de pánico y angustia.
El acompañamiento, la compasión y la habilidad del personal de Las Palmas Del Sol Healthcare han dejado una huella imborrable en la memoria y el corazón de Theresa, quien define su trabajo como “salvavidas” y les estará siempre agradecida.
Evolución en la unidad de cuidados intensivos y esperanza de alta
Actualmente, los cinco bebés son atendidos en una unidad especializada donde cada progreso —por pequeño que sea— se convierte en motivo de celebración. Theresa describe a sus hijos como “pequeños luchadores” que día tras día superan los retos propios de los nacimientos prematuros.
Aunque cada uno avanza a su propio ritmo, los pronósticos indican que irán recibiendo el alta poco a poco según se fortalezcan lo suficiente para salir de la unidad.
Theresa Troia mantiene la ilusión y resalta lo valioso de cada instante al lado de sus pequeños. Sabe que el retorno a casa está cada vez más cerca y que, pese a los momentos de incertidumbre, la experiencia de ver a sus quintillizos crecer y fortalecerse ha sido la más transformadora de su vida.