
Un juez en Los Ángeles ha declarado elegibles para libertad condicional a Lyle y Erik Menéndez, quienes fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato de sus padres en 1989.
La decisión del juez reduce sus condenas a 50 años de prisión, lo que abre la posibilidad de que la junta estatal de libertad condicional determine si los hermanos pueden ser liberados.
Este fallo llega en un contexto cultural marcado por el auge de documentales y series sobre crímenes reales, que han renovado el interés en el caso.
El primer juicio de los hermanos y el nacimiento de su auge televisivo

El asesinato de José y Kitty Menéndez, ocurrido en su residencia de Beverly Hills, conmocionó a la sociedad estadounidense y se convirtió en un fenómeno mediático durante los años 90.
Los juicios de los hermanos, transmitidos en vivo por la entonces nueva cadena Court TV, capturaron la atención nacional y marcaron el inicio de una era en la que los tribunales se convirtieron en un espectáculo televisivo. Según explicó Vinnie Politan, presentador de Court TV, este caso fue uno de los primeros en mostrar el drama de la justicia en tiempo real, en un momento en que las cámaras en los tribunales eran una novedad.
El primer juicio, celebrado entre 1993 y 1994, se centró en determinar si los hermanos habían actuado bajo el impacto de años de abuso sexual y psicológico por parte de su padre, como alegaron sus abogados defensores.
Durante el proceso, Lyle Menéndez ofreció un testimonio emotivo en el que describió los abusos sufridos, lo que generó un debate público sobre el impacto del abuso sexual, aunque en aquel momento no existía el nivel de concienciación que se tiene hoy en día.
Sin embargo, los jurados no lograron llegar a un veredicto unánime, reflejando divisiones culturales y de género: mientras que las mujeres tendían a apoyar una condena por homicidio involuntario, los hombres se inclinaban por un veredicto de asesinato en primer grado.
El segundo juicio se vio opacado por otro caso

En un segundo juicio, celebrado en 1996, ambos hermanos fueron condenados por asesinato en primer grado. Según informó The Associated Press, el jurado rechazó la defensa basada en los abusos y aceptó la teoría de la fiscalía, que argumentó que los asesinatos fueron premeditados y motivados por el deseo de los hermanos de apoderarse de la fortuna de 14 millones de dólares de sus padres.
Este juicio, a diferencia del primero, no fue televisado y recibió menos atención mediática, en parte porque coincidió con el mediático juicio de O.J. Simpson, que acaparó los titulares en ese momento.
Los programas y series de televisión que han reavivado la atención del caso

Durante décadas, los hermanos Menéndez han permanecido en prisión, convirtiéndose en una especie de recuerdo lejano para el público. Sin embargo, el interés en su caso resurgió en los últimos años gracias a la proliferación de series, documentales y podcasts sobre crímenes reales.
En 2017, la serie “Law & Order True Crime: The Menendez Murders” reavivó la atención sobre el caso, aunque no logró una gran audiencia. Más recientemente, en 2022, la docuserie de Max “Menudo: Forever Young” incluyó el testimonio de un exmiembro de la banda que afirmó haber sido abusado sexualmente por José Menéndez, lo que añadió una nueva dimensión al caso.
Además, los hermanos presentaron una carta escrita por Erik Menéndez a su primo antes de los asesinatos, en la que mencionaba los abusos de su padre.
El renovado interés también se reflejó en producciones como “Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez”, una serie de Netflix creada por Ryan Murphy, que presentó una versión dramatizada del caso. Según The Associated Press, estas producciones no solo atrajeron la atención del público, sino que también coincidieron con un punto de inflexión en el ámbito legal, cuando el fiscal de distrito de Los Ángeles, George Gascón, anunció que estaba revisando nuevas pruebas relacionadas con el caso.
La decisión de reducción de condenas no se produce por la influencia de su fama televisiva

A pesar de la oposición de la oficina del actual fiscal de distrito, Nathan Hochman, y de su adjunto Habib Balian, quienes enfatizaron la brutalidad de los asesinatos, el juez decidió reducir las condenas de los hermanos.
Según Hochman, este caso ha sido una ventana para que el público comprenda mejor el sistema judicial, destacando que la justicia no debe ser influenciada por el espectáculo mediático.
La decisión de reducir las condenas de los hermanos Menéndez no se produjo con el dramatismo de los juicios televisados de los años 90, sino en una breve audiencia sin cámaras. Ahora, el destino de Lyle y Erik Menéndez está en manos de la junta estatal de libertad condicional, que deberá evaluar si los hermanos pueden reintegrarse a la sociedad tras más de tres décadas en prisión.