
En Tokio, caminar es una forma de viajar en el tiempo. La capital de Japón, símbolo global de modernidad tecnológica, también conserva entre sus calles la huella del pasado feudal, de sus templos milenarios y de la evolución urbana que la ha llevado a convertirse en una de las metrópolis más fascinantes del planeta. Con la intención de acercar esta complejidad histórica a los visitantes, la Oficina de Convenciones y Visitantes de Tokio (TCVB, por sus siglas en inglés) ha lanzado cinco rutas guiadas que permiten explorar a pie los barrios más emblemáticos de la ciudad.
Estos itinerarios han sido desarrollados con el respaldo académico del Centro de Investigación Edo-Tokio de la Universidad Hosei y cuentan con guías de habla inglesa. A lo largo de tres horas y en grupos reducidos de hasta 10 personas, los viajeros pueden observar grabados Ukiyo-e, descubrir santuarios y mercados, o atravesar algunos de los distritos más icónicos mientras aprenden cómo se ha transformado Tokio desde el periodo Edo hasta la actualidad. Las reservas se gestionan a través de la web www.tokyo-time-travel.com, donde también se detallan los horarios y condiciones de cada paseo.
Del mercado de Tsukiji al teatro Kabuki
Una de las rutas más representativas es la que recorre Ginza y Tsukiji, dos zonas claves para entender el desarrollo económico y cultural de la ciudad tras la caída del shogunato. El itinerario incluye paradas en callejones comerciales tradicionales, el santuario Inari y el teatro Kabuki-za. El paseo culmina en el mercado exterior de Tsukiji, conocido por su oferta de productos frescos y su papel central en la vida cotidiana de los tokiotas.
Edo en el corazón de Tokio

Otra propuesta se adentra en los alrededores del Palacio Imperial, donde se alzaba el castillo Edo, sede del gobierno Tokugawa durante más de dos siglos. En esta ruta, los participantes atraviesan la puerta Sakuradamon, visitan la estación de Tokio —uno de los edificios más representativos del Japón moderno— y pasean por los Jardines del Este del Palacio. El recorrido también abarca el distrito de Marunouchi, antiguo terreno samurái transformado en zona militar durante el siglo XIX y reconvertido hoy en centro financiero.
Templos, altares y parques
El itinerario que conecta Ueno y Asakusa está enfocado en el patrimonio espiritual y artesanal de Tokio. El parque de Ueno, que fue el recinto del Templo Kan’ei-ji, es el punto de partida de esta visita, que también pasa por el estanque de Shinobazuno, el santuario de Ueno Toshogu y el barrio de Kappabashi, famoso por sus utensilios de cocina. El templo Sensoji, uno de los más antiguos y venerados de Japón, marca el final del recorrido. La ruta repasa también la historia de la “calle Butsudan”, donde se concentraban los talleres de altares budistas tras el Gran Incendio de Meireki en 1657.
Yanaka: el Tokio más tradicional

Los viajeros que deseen conocer el estilo de vida más auténtico de la ciudad pueden optar por la ruta entre Ueno y Yanaka. Este itinerario transita por los barrios de Yanaka, Nezu y Sendagi, conocidos colectivamente como Yanesen, y permite descubrir callejuelas estrechas, templos poco conocidos, baños públicos y tiendas tradicionales que han resistido el paso del tiempo y la urbanización masiva. El paseo ofrece una visión íntima del Tokio cotidiano y de su resistencia a la homogeneización urbana.
Shibuya: más allá del cruce
La última de las cinco rutas pone el foco en Shibuya, pero lo hace desde una óptica distinta. En lugar de concentrarse en el famoso cruce peatonal, la ruta rastrea los vestigios del periodo Edo en un barrio asociado hoy con la cultura juvenil y el diseño. Los santuarios Kanno Hachimangu y Miyamasumitake, el parque Nabeshima Shoto y las áreas verdes junto al río Shibuya componen este itinerario que mezcla lo antiguo y lo contemporáneo.