Las obras en Las Ramblas de Barcelona provocan un descubrimiento histórico: una parte antigua de la ciudad que había quedado enterrada

La intervención arqueológica de las obras de reurbanización de las Ramblas ha permitido encontrar nuevos e importantes restos medievales

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Restos de la muralla medieval
Restos de la muralla medieval de Barcelona. (Montaje de Infobae España con imágenes del Ayuntamiento de Barcelona y el Servicio Arqueológico de Barcelona)

Las obras realizadas en La Rambla de Barcelona ha provocado un hallazgo arqueológico vital para la ciudad. El El descubrimiento de fragmentos de la antigua muralla medieval ha permitido a los equipos arqueológicos documentar cerca de cien metros continuos de estructura defensiva, aportando una visión inédita de la configuración urbana y la vida que allí se dieron durante el siglo XIV, con muestras directas del día a día y las dinámicas ambientales de la época, antes desconocidas para los especialistas.

Los trabajos tanto de reurbanización como de investigación arqueológica llevan realizándose de manera simultánea desde que se impulsó el proyecto en junio de 2024. La aparición de los vestigios “forma parte de la obra”, según lo describían en su momento en el Servicio Arqueológico de Barcelona. En la misma línea, las excavaciones, dirigidas por la arqueóloga Irene Cruz en el área de Santa Mònica, han revelado un tramo de muralla de 44,88 metros de longitud y una anchura máxima de 2,90 metros, junto con una torre pentagonal de 8,32 por 4,21 metros, según la información proporcionada por el Ayuntamiento de Barcelona. ejecutivo de reurbanización de La Rambla.

El equipo de arqueología trabajando.
El equipo de arqueología trabajando. (Servicio Arqueológico de Barcelona)

Datos sobre cómo se vivía en la ciudad hace 600 años

La intervención actual en el tramo central del paseo peatonal (en el marco de un proyecto de reurbanización de la zona) incluye excavaciones mecánicas superficiales combinadas con sondeos manuales. Estas metodologías permiten estudiar y documentar tanto la cimentación de la muralla como la estratigrafía arqueológica adyacente. “Estamos trabajando desde mediados de julio para obtener no sólo una visión estructural, sino también una ventana a la cotidianeidad en el límite entre la ciudad y el exterior”, señala Irene Cruz en el comunicado del Ayuntamiento de Barcelona.

Detalle de las diversas pavimentaciones
Detalle de las diversas pavimentaciones de la rambla. (Servicio Arqueológico de Barcelona)

En el exterior del muro, uno de los sondeos —con una profundidad de 3,5 metros desde la superficie— ha brindado datos sobre el impacto de las antiguas riadas, mostrando acumulaciones de tierra, piedras y piezas de cerámica transportadas por el agua. Estos hallazgos han permitido a los arqueólogos reconstruir las dinámicas de la riera que descendía antiguamente por la Rambla, así como el papel defensivo que cumplía la muralla a través de su foso asociado. El Servicio Arqueológico de Barcelona añade que estos indicios permiten comprender mejor el comportamiento hídrico en época medieval y la necesidad de reforzar las estructuras, como demuestran los trabajos de sellado con mortero de cal entre los sillares del muro.

El equipo de arqueología trabajando.
El equipo de arqueología trabajando. (Ayuntamiento de Barcelona)

Misterios aún por resolver

El interior del recinto tampoco ha quedado exento de sorpresas. A niveles correspondientes al siglo XVI siguen apareciendo vestigios de la vida cotidiana en la ciudad. Resalta especialmente el caso de “un pequeño asno enterrado, rodeado de un gran número de agujas de bronce”, un descubrimiento insólito que “habla de prácticas y rituales domésticos aún por interpretar”, cuenta Irene Cruz.

Detalle de la excavación del
Detalle de la excavación del équido. (Servicio Arqueológico de Barcelona)

La documentación del lienzo de muralla medieval, sumada a restos de otros tiempos como el Estudio General de Barcelona (siglos XVI-XVIII), la Real Fundición de Artillería de Bronce (siglo XVI) y las canalizaciones de aguas limpias (siglo XVIII), permite trazar una evolución urbana marcada por la defensa y la transformación de los usos del espacio. El mismo entorno ha ofrecido una estructura semicircular de piedra y mortero, de 3,5 metros de longitud, alineada con los planos de la primera urbanización de la Rambla en el cambio de siglo XVIII a XIX. “Se trataría de la cabecera de la antigua estructura que marcaba el inicio del antiguo paseo, construida tras 1774 y antes de 1823”, detallan desde el Ayuntamiento de Barcelona.

Detalle del plano con el
Detalle del plano con el primer proyecto de urbanización de la Rambla de finales del siglo XVIII. (Servicio Arqueológico de Barcelona)

La función de esta inmensa estructura

La muralla estudiada, construida a mediados del siglo XIV y en uso solo hasta la edificación de la muralla del Raval en las últimas décadas del mismo siglo, desempeñó un papel defensivo esencial en la transformación del límite urbano. El Servicio Arqueológico de Barcelona señala que se han documentado restos de portales y torres, como la del portal norte de la Boqueria, y diversos tramos en la zona de la plaza del Teatre, donde ya existía un lienzo de unos 15 metros.

Restos arqueológicos de La Rambla de Barcelona. (Europa Press)

“En los próximos dos meses se procederá a abrir un segundo tramo de otros 50 metros para acabar de documentar la muralla, una vez se documente y se vuelva a cubrir el primer tramo”, informan desde el Ayuntamiento, con lo que los arqueólogos completarán la investigación hasta aproximarse al centenar de metros.