Madrid, 3 feb (EFE).- La futbolista Jenni Hermoso ha asegurado que se sintió violentada y "poco respetada" nada más recibir el beso en la boca del expresidente de la RFEF Luis Rubiales tras ganar el Mundial y si bien no recuerda haberle oído que le dijese que iba a dárselo, como él asegura, ni lo consintió ni lo hubiera consentido.
En su declaración como perjudicada en la primera sesión del juicio que se sigue desde este lunes en la Audiencia Nacional, Hermoso, a preguntas de la teniente fiscal, Marta Durántez, ha sostenido que "desde el primer momento" tuvo intención de denunciar estos hechos y habló de ello con sus abogados antes de personarse en la Fiscalía.
Un acto, ha dicho, que no debe ocurrir en ningún ámbito social o laboral: "Sabía que me estaba besando mi jefe", ha incidido, y ha lamentado también las consecuencias que le trajo haberlo denunciado, pese a las presiones que asegura que sufrió para no hacerlo por parte de Rubiales y su entorno, entre ellas no haber disfrutado del título como le hubiera gustado y no ser convocada con la selección, entre otras. EFE
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