La Fiscalía alerta de la “alarmante espiral” de violencia sexual en menores: “La pornografía es una fuente de inspiración para la adolescencia”

El Ministerio Público investigó 3.283 delitos de violencia sexual cometidos por menores en 2024, lo que supone un incremento del 3% con respecto a 2023

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Una mujer sostiene una pancarta
Una mujer sostiene una pancarta durante una manifestación contra las violencias machistas. (Juan Manuel Serrano Arce/Europa Press)

La Fiscalía General del Estado investigó 3.283 delitos de violencia sexual cometidos por menores en 2024, lo que supone un incremento del 3% con respecto a 2023. “Esta tónica ascendente viene evidenciándose desde el año 2017, continuando así una alarmante espiral”, alerta el ministerio fiscal en su memoria anual relativa a 2024.

En su memoria anual relativa a 2024 y hecha pública este viernes, el ministerio fiscal esgrime alguna de las razones del incremento de esta modalidad delictiva. “Si bien es generalizada la opinión de que confluyen diversos factores, destacando la sospecha de que la etiología de estas conductas sexuales virulentas pudiere encontrarse en la carencia de una adecuada formación en materia ético-sexual, el consumo del alcohol u otras sustancias, pero sobre todo en el acceso temprano a contenidos pornográficos inadecuados sin una adecuada educación sexual y en valores en general, que conduce a la trivialización de las conductas violentas y a una concepción equivocada de las relaciones sexuales libres y consentidas, así como la constatada banalización de las relaciones sexuales y de la intimidad en particular como reseñan todos los delegados y delegadas, ya que resulta palmaria la preocupación que despliegan los responsables de todas las secciones”.

En este sentido, la Fiscalía advierte de que “la pornografía es una fuente de inspiración para la adolescencia”, y subraya que el 54,1% de adolescentes cree que la pornografía proporciona “ideas para sus propias experiencias sexuales (en mayor medida ellos)” y al 54,9% le gustaría poner en práctica lo que han visto. “De hecho, el 47,4% de adolescentes que ven pornografía más a menudo ha llevado alguna escena a la práctica, más los chicos. Son ellos los que consumen más pornografía y los que la imitan más”, agrega la memoria.

A esta situación se suma el acceso “indiscriminado” a través de las Tecnologías de la Información y Comunicación y de las redes sociales a “conversaciones, vídeos y demostraciones de todo tipo de porno violento y duro, en el que la percepción de las relaciones sexuales dista mucho de la realidad, creando en los menores una visión falsa y distorsionada de las relaciones sexuales que trasladan posteriormente a sus propias vivencias”.

Por este motivo, la Fiscalía pide “actuar con mucha cautela” en cuanto a los programas que las distintas administraciones ponen en marcha para paliar este “constante ascenso”. A modo de ejemplo, el ministerio fiscal informa de que se detectó en Teruel un Protocolo de Mediación en Institutos de Enseñanza Secundaria contra la violencia sexual, del que no se dio cuenta a la Fiscalía, “por lo que se corre el riesgo de sustraer información importante y de no investigar delitos que deberían ser investigados”.

La violencia de género crece un 10 % entre menores

Por otro lado, la Fiscalía comparte su preocupación por los delitos de violencia de género cometidos por menores. Y es que, en 2024 se registró la cifra más alta de los últimos cuatro años de diligencias incoadas por maltrato en el ámbito de la pareja y la expareja, 888, un 10 % más que el año anterior.

La violencia de género y la violencia sexual perpetradas por menores “pone de manifiesto que no están calando en nuestros jóvenes los grandes esfuerzos que se están realizando en la formación en igualdad, predominando una deficitaria educación en valores que el entorno educativo del menor no ha sabido o podido paliar”.

Y relaciona esta situación con el abuso de las tecnologías y las redes sociales, “plagadas de bulos informativos que buscan a los menores como gancho fácil para difundir su ideología, a veces centrada en la negativa o, al menos, la minusvaloración de la violencia contra la mujer”.