El alcalde de un pueblo de 3.000 habitantes prohíbe los restaurantes de comida rápida: “La calle principal se ha convertido en la calle de los kebabs. Tenemos que parar”

A través de un decreto, el regidor de la localidad impide que se abran nuevos establecimientos de este tipo, apostando por negocios más caseros y tradicionales

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Comida rápida (Freepik)
Comida rápida (Freepik)

En muchas ciudades están proliferando los restaurantes de comida rápida, por lo que, aunque ofrecen una amplia variedad de productos, llevan la gastronomía de los países en los que se instalan hacia una vía unificada. Sus precios generalmente más bajos y la posibilidad de tener la comida encima de la mesa en poco tiempo son algunos de los motivos por los que se convierten en opciones muy escogidas por cada vez más gente.

Sin embargo, este aumento numérico no convence a todo el mundo. En Francia, en la localidad de Fère-en-Tardenois, ubicada en el departamento de Aisne, su alcalde ha decidido emitir un decreto municipal que prohíbe que se abran nuevos establecimientos de comida rápida.

Jean-Paul Roseleux, regidor del municipio, fundamenta la prohibición en el hecho de que el panorama gastronómico de Fère-en-Tardenois está sufriendo un profundo cambio: para una población de 2.900 personas hay seis locales de este tipo y solamente un restaurante de comida más tradicional y casera: “Si seguimos así, por no hablar de la comida basura, mucha gente sufrirá y no podrá mantener su facturación”, destaca el alcalde con respecto a la calidad de estos platos y el hecho de que el aumento de la oferta provocará un perjuicio para los dueños de estos negocios, según recoge el medio France Info.

Varias pantallas de autopedido en
Varias pantallas de autopedido en un restaurante de comida rápida (Adobe Stock)

La decisión, además, va en consonancia con la idea de que lo que haría falta en el municipio son establecimientos que vendan productos frescos, locales y caseros: “Cuando visitas Francia, generalmente buscas un lugar donde puedas comer comida local, donde puedas probar especialidades. No me veo yendo a Gran Bretaña y comiendo chucrut. Y mucho menos un kebab”, recoge TF1Info, unas declaraciones que ha repetido de manera similar en otras ocasiones. “Sin ánimo de ofender, la calle principal se ha convertido en la calle de los kebabs. Tenemos que parar”.

“Hay gente a la que le gusta comer bien”

El decreto, que todavía está siendo revisado por la prefectura para comprobar si la prohibición tiene validez o, por el contrario, debe revocarse, ha generado una gran cantidad de opiniones diversas en la localidad. Algunos jóvenes, por ejemplo, según detallan los medios citados, alaban la sencillez, la rapidez y los precios de estos negocios: “Ocho euros por una comida completa y rápida, en media hora, está bien. Es sencillo y eficiente. No podríamos comer mejor en casa”.

Por el contrario, otros vecinos de la localidad francesa sí apoyan la prohibición, asegurando que lo que necesita el municipio son otro tipo de establecimientos: “No hacen falta seis restaurantes de comida rápida en un pueblo pequeño de 2.900 habitantes”, recogen desde RMC BFM.

Así es el primer kebab manchego con estrella Michelin: un durum de pollo con torreznos, queso supercurado y pisto tradicional.

Por su parte, el gerente del único restaurante de comida casera que hay actualmente en Fère-en-Tardenois también destaca que es necesario apostar por “productos frescos y locales”, lo que permite dar “trabajo a los pequeños comercios de nuestro entorno”: “Hay una clientela muy demandada en la zona. Todavía hay gente a la que le gusta comer bien, disfrutar de la gastronomía local, relajarse y tomarse su tiempo”.

De esta manera, la medida del alcalde se enmarca en una línea que se dirige hacia la diferenciación y lo local frente a lo global, que cada vez está más presente en la mayoría de ciudades y pueblos de muchos países de todo el mundo.