Los turistas británicos recurren a comer en sus habitaciones de hotel por los altos precios de la hostelería española: “Hemos ahorrado un poco haciendo picnics”

Los empresarios de la restauración esperan que sus ingresos se vean reducidos este verano, pese a los datos que apuntan a un récord de visitantes a España para este 2025

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Las negociaciones arancelarias entre Estados
Las negociaciones arancelarias entre Estados Unidos y Europa han afectado a las reservas turísticas (EuropaPress / Pixabay)

La crisis económica, que ha provocado en muchos países europeos subidas de la inflación y del coste de vida, ha reducido el poder adquisitivo de los turistas. Ante el aumento de los precios en el sector hostelero español, los turistas británicos, que representan un alto porcentaje de los visitantes extranjeros que deciden vacacionar en España, han recurrido a comprar en los supermercados y comer en sus habitaciones de hotel para ahorrar dinero.

Pese a que la cifra de turistas que han decidido visitar España año supone un nuevo récord -el Consejo Mundial de Viajes y Turismo espera 100 millones de visitantes a España en 2025- lo cierto es que los veraneantes están gastando menos, según señalan los directivos del sector hostelero español, que esperan unos ingresos más bajos para este año. En Barcelona, cerca del 50% de los restauradores y hoteleros prevén una caída de ingresos respecto a 2024, según una encuesta de Barcelona Oberta.

Una turista británica de 56 años que viajó a Barcelona desde Edimburgo este verano aseguró que su familia había tomado la decisión de comer fuera únicamente por las noches, para ahorrar dinero: “Nos encanta la ciudad, pero no es barata. “Hemos ahorrado un poco haciendo picnics y cenando fuera por la noche”, declaró al medio The i Paper.

Por su parte, los hosteleros también han notado este descenso de clientes. Eduard Solé, restaurador de Barcelona, apuntó que ”este año el poder adquisitivo de muchos turistas es menor" por la inflación y el encarecimiento de las habitaciones del hotel. “También hemos oído que salen menos a comer o beber o compran comida en los supermercados y comen la mitad de sus comidas en las habitaciones de hotel”, lamentó.

El turismo internacional continúa ganando en España. En abril, el país recibió 8,6 millones de turistas extranjeros, un 10,1% más que en el mismo mes del año pasado. Este aumento de la afluencia ha venido acompañado de un incremento aún más significativo en el gasto total, que se elevó a 10.826 millones de euros, un 14,1% más interanual, marcando un nuevo récord mensual (Fuente: Europa Press).

Los turistas ricos también reducen sus gastos

Otra restauradora que ha notado el descenso del gasto por parte de los turistas es Kate Preston, que regenta siete restaurantes en Barcelona y aseguró que las ventas de sus negocios se redujeron entre un 10% y un 20%. “Apenas hemos subido nuestros precios desde el Covid, por lo que no se considerarían caros y nuestras ganancias siguen siendo bajas”, señaló.

Esta apreciación también se personifica en los turistas con alto nivel adquisitivo. “Aún no tenemos cifras de cuánto gasta la gente, pero parece que este año hay menos turistas de alto gasto y que el gasto es menor”, declaró Luis Sans, miembro de la Asociación de Passeig de Gràcia, que representa a los comerciantes de la calle comercial de lujo de Barcelona, ​​en la que se encuentran marcas como Chanel o Louis Vuitton.

Desde la asociación turística Exceltur señalaron también que el crecimiento de las ventas de verano se desaceleraría drásticamente debido a la incertidumbre sobre las negociaciones arancelarias de Estados Unidos y la Unión Europea. Además, se espera que hayan menos llegadas desde Alemania y Francia, pero aún así se pronostica que los visitantes del Reino Unido, Estados Unidos, Japón y China aumenten, aunque a un ritmo más lento.

Las protestas locales repercuten en el turismo

Decenas de personas en Mallorca
Decenas de personas en Mallorca protestan contra el turismo de masas. (Isaac Buj / Europa Press)

No solo la inflación, el aumento del coste de vida y de los alojamientos responden a la tendencia de los británicos y el resto de turistas a gastar menos en sus vacaciones en España. Lo cierto es que las protestas de las comunidades locales llevadas a cabo en distintas ciudades como Barcelona, Málaga, Baleares o Canarias repercuten en la elección de los vacacionistas.

Los activistas, que apuntan a que el problema de la vivienda que azota el mercado español es en parte culpa de las propiedades en alquiler vacacional, han logrado ejercer presión sobre el Estado, logrando que el Ministerio de Consumo ordene a Airbnb eliminar 65.000 anuncios de alquileres ilegales en todo el país, amenazando a la empresa con multas de 100.000 euros.

Además, la sociedad española ha puesto sobre la mesa el impacto del turismo sobre el medio ambiente, especialmente en las Islas baleares, que tienen dificultades para gestionar los residuos debido al gran número de visitantes. Para paliar este problema, el gobierno balear aumentó los impuestos al turismo y los coches de alquiler.