Los motivos que llevaron a Irene Rosales a separarse de Kiko Rivera: de las humillaciones del DJ a la guerra familiar con el clan Pantoja

El hijo de Isabel Pantoja y su expareja han puesto fin a sus nueve años de matrimonio, en el que pasaron por altas y bajas

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Irene Rosales y Kiko Rivera,
Irene Rosales y Kiko Rivera, en una imagen de archivo (Europa Press)

Fue el pasado 27 de agosto cuando, tras meses de rumores, se confirmó lo que para muchos era un secreto a voces. Kiko Rivera e Irene Rosales han decidido poner fin a sus once años de relación, nueve de ellos como matrimonio. Después de haber formado una familia con la llegada de sus dos hijas en común, la expareja han llegado al acuerdo de continuar sus vidas por separado.

Ante el revuelo mediático que provocó esta amarga noticia, los dos dejaron claro que entre ellos no hubo terceras personas, sino que se trató de una decisión meditada y de mutuo acuerdo. Así, los dos mantendrán una relación cordial y buena por el bien de sus dos hijas, pues el bienestar de sus pequeñas es su prioridad ahora mismo. No obstante, este miércoles, 3 de septiembre, la revista Lecturas ha sacado a la luz los motivos que podrían haber jugado un papel fundamental en el fin de su historia de amor.

De acuerdo con la información manejada por la publicación, Irene Rosales ha tenido que mediar con varias humillaciones por parte del DJ, entre las que se encuentran las constantes infidelidades, su adicción a las drogas y la guerra con su familia. Todos estos serían los motivos que llevaron a la exnuera de Isabel Pantoja a poner punto y final a su historia de amor.

Kiko Rivera e Irene Rosales
Kiko Rivera e Irene Rosales pasean junto a sus hijas en 2023. (Europa Press / Leandro Wassaul)

Una historia de amor complicada

Irene y Kiko se conocieron en 2014 y, aunque al principio entre los dos solo había una amistad, poco a poco empezaron a construir una relación más cercana. Su noviazgo duró dos años y, por entonces, el primo de Anabel Pantoja no atravesaba un buen momento a nivel profesional y personal. Y es que, según la revista del corazón, se encontraba en uno de los peores puntos de su adicción a las drogas y de sus problemas económicos con Hacienda. Su parte de Cantora estaba embargada, así como el ático que tenía en Madrid. Y, aunque gana dinero de los bolos y la música, lo cierto es que estaba en la ruina. Tal y como el mismo confesó después, gastó cerca de 8 millones de euros en “fiestas, drogas y todo lo que está dentro del círculo vicioso”.

Tras dar la bienvenida a su primera hija, Ana, en 2015, el tándem unió sus vidas en matrimonio. Pese a que formaron una familia, lo cierto es que sus vidas continuaban atravesando un complicado momento a nivel financiero. Tanto es así que Kiko llegó a asegurar que subsistían con los 700 euros que cobraban de una ayuda que él recibía y de lo que Irene ingresaba de sus redes sociales. Su situación era tal que, antes de instalarse en su actual domicilio, tuvieron que cambiarse hasta en tres ocasiones de vivienda debido a que no podían ni pagar el alquiler. Con el tiempo, su economía se saneó, pero Kiko jamás estuvo a favor de la idea de Irene de querer comprar una casa, lo que provocó algún que otro encontronazo entre los dos.

Entrevista a Kiko Rivera.

Y es que, según Lecturas, el hermano de Isa Pantoja afirmaba a su entorno que Irene le dejaría si adquiría una vivienda, pues la idea de esta sería quedarse con el domicilio familiar. Pero, quizás, la peor parte de todo esto sea el hecho de que cuando Irene dio a luz a su segunda hija, Carlota, Kiko sintió rechazo por su dulce espera.

Tanto es así que, según admitió en Planeta Calleja, se encontraba ausente por su adicción. “Ahí es cuando, realmente, estoy más metido en las drogas. Cuando mi mujer se queda embarazada, yo no lo acepto y, durante los meses de embarazo, no le toco la barriga ni una sola vez”, afirmó entonces. Además de serle infiel durante sus vacaciones en Santo Domingo, cuando nació la bebé, obligó a su mujer a dormir en el sofá con la niña porque aseguraba que no le dejaban descansar.

Aunque, sin duda, lo más duro de su relación es que Irene fue una víctima colateral de la guerra familiar del clan Pantoja. Y es que ella fue acusada de alejar a su marido de su familia. Un hecho que coincidió en uno de los momentos más delicados de su vida, pues por entonces, Irene acababa de perder a su madre y a su padre. “Me duele que en el peor momento de mi vida, que no tengo ni padre ni madre, Isabel, hable mal de mí. Quería ver en ella la protección de una madre”, manifestó en aquellos momentos.