El Gobierno de Ayuso no podrá usar la IA para trascribir la conversación entre médico y paciente tras detectar riesgo de corrupción en el contrato

La Comunidad de Madrid estaba licitando un contrato con fondos europeos para que la IA ayudara a disminuir la carga de trabajo administrativa y el estrés de los profesionales de Atención Primaria, pero ha descartado de momento la licitación al aplicarse ‘una bandera roja’, un mecanismo de prevención antifraude

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La presidenta de la Comunidad
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, visitando un centro de salud de Las Rozas

El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso quiere poner en marcha un proyecto para modernizar la atención primaria en la Comunidad de Madrid: utilizar la Inteligencia Artificial (IA) para transcribir en tiempo real las conversaciones entre los médicos de familia y sus pacientes. El objetivo es reducir “la carga administrativa” a la que se enfrentan estos profesionales de la saud. Sin embargo, la Consejería de Digitalización, encargada de licitar el contrato con fondos europeos, anunció el pasado 27 de agosto que desiste de la adjudación tras detectarse posibles anomalías.

Durante el proceso de licitación, los miembros de la Mesa de Contratación recibieron un informe realizado por la Dirección General de Salud Digital que incluía una ‘bandera roja’ tras detectar “un resultado excepcional” en la valoración de los criterios sujetos a un juicio de valor entre las empresas licitantes. De las ocho ofertas analizadas, siete habían obtenido 0 puntos y solo una licitadora (la compañía T-Systems, que pertenece a Deutsche Telekom) consiguió el máximo de la puntuación. La ‘bandera roja’ es el mecanismo de prevención antifraude que se utiliza para los contratos financiados con fondos europeos. Como es este caso.

En un contrato, una ‘bandera roja’ es una señal de alerta o un indicio de que algo no está bien, lo que sugiere la posibilidad de fraude, corrupción, o que el contrato puede ser desventajoso para una de las partes. La Dirección General de Salud Digital alertó que el resultado (siete empresas con 0 puntos) “evidencia una escasa concurrencia técnica (...), lo que supone un riesgo relevante para la correcta adjudicación y posterior ejecución del contrato. Asimismo, dificulta garantizar la mejor relación calidad-precio, principio rector en materia de contratación pública”. Según este informe, “el grado de especialización requerido ha restringido en exceso el ámbito de posibles licitadores con capacidad para satisfacer las exigencias planteadas”.

Una médico ofrece una mascarilla
Una médico ofrece una mascarilla a un paciente en el centro de salud 'Isla de Oza', en Madrid.

Este proyecto piloto, que tiene un presupuesto de 1,8 millones de euros, prevé la “transcripción en tiempo real de la conversación entre el profesional de salud y el paciente durante la consulta” y la generación del posterior informe médico “a partir de esta transcripción, donde se incluya la información clínica relevante”. En principio, se va a instalar en 2.500 consultas. Hay que tener en cuenta que la Comunidad de Madrid dispone de 264 centros de salud y 165 consultorios locales distribuidos por todo el territorio, por los que pasan de media 340.000 personas cada día. En una segunda fase, habría que hacer “una escabilidad” del sistema de IA necesario para que funcione en todos los centros, realizando un análisis de la “demanda computacional, los costes de mantenimiento y la estimación de recursos humanos especializados”.

Para “liberar tiempo valioso”

La memoria justificativa del contrato señala que “el personal médico y de enfermería en Atención Primaria dedica una proporción significativa de su jornada laboral a la introducción manual de datos en los sistemas de salud. Esta práctica no solo representa un uso ineficiente de su experiencia y habilidades clínicas, sino que también limita su capacidad para brindar una atención directa, personalizada y de calidad a los pacientes". Por eso, “la automatización de estas tareas mediante herramientas tecnológicas avanzadas, como la IA, permite mejorar la dinámica de trabajo en el sector sanitario, liberando tiempo valioso para la interacción humana, reduciendo errores de transcripción y mejorando la eficiencia del sistema en su conjunto”.

Y es que, según el Gobierno regional, “uno de los principales desafíos que enfrentan los profesionales de la salud es la carga administrativa asociada a la documentación clínica. La necesidad de registrar manualmente información relevante sobre los pacientes consume horas que podrían destinarse a la atención directa y al manejo de las necesidades clínicas y emocionales de quienes requieren cuidados. Esta situación no solo afecta negativamente la calidad de la atención sanitaria, sino que también incrementan los costos operativos del sistema de salud. Además, la sobrecarga de tareas administrativas puede generar estrés y desgaste emocional en el personal médico, lo que repercute en su bienestar y, en última instancia, en la calidad del servicio que brindan". Es decir, que la IA ha llegado para reducir carga administrativa (ya que también gestionará bajas, derivaciones y recetas) y estrés.

Un centro de salud madrileño
Un centro de salud madrileño

Isabel Vázquez, vocal de Atencion Primaria en el sindicato Amyts, señala que independientemente de que el contrato haya sido temporalmente rechazado, “el problema está en qué punto está pulido este sistema de inteligencia artificial para recoger la historia médica. En atención primaria esta es una de las herramientas más valiosas. Los médicos de familia y los pediatras tenemos una forma de recoger historias clínicas muy particular. Y por lo que yo sé de algunos proyectos pilotos que se han hecho en la sanidad privada los resultados de usar la IA ha sido algo dudosos”. ¿Por qué? “Porque en la consulta del médico de familia hay mucho que tiene que ver con el lenguaje corporal del paciente, la entonación que usa, sus miradas...”

Vázquez señala que estamos ante un proyecto para mejorar el trabajo de los profesionales de atención primaria, “que es el primer escalón en el que se van a encontrar los pacientes en sanidad. Y dado el enorme número de pacientes que estarían afectados por esta medida, hay que analizar mucho la seguridad, la eficiencia, la eficacia y la protección de datos”. Por ejemplo, el proyecto recoge que el sistema de IA elegido debe “identificar y procesar terminología sanitaria muy especifica”, además “de que la herramienta de IA debe transcribir y procesar el texto con velocidad suficiente para garantizar que el médico pueda revisar e integrar la información generada en la historia clínica antes de que el paciente abandone la consulta”. Y procesar, como mínimo, el castellano. Aunque no especifica otros idiomas.

Críticas de la oposición

Vázquez asegura, como médico de familia, que de momento prefiere “recoger mis impresiones con el paciente y mis hallazgos en la entrevista, a que me lo ponga una máquina, que luego además tengo que leerlo, aceptarlo y si no estoy de acuerdo, introducir cambios. ¿Quitar trabajo? No sé hasta qué punto". Marta Carmona, diputada de Más Madrid y portavoz en temas de sanidad, es mucho más crítica. “La Comunidad de Madrid es tan burda en su forma de repartir dinero a las empresas amigas que ya ni se molestan en disimular. Un proyecto que debería mejorar la calidad asistencial, permitiendo que quien atiende a los pacientes pueda mirarles a la cara en vez de teclearle a la pantalla, se acaba convirtiendo en otra estratagema más para desviar dinero público a unos pocos bolsillos privados, con cada vez menos respeto a las normas y la legalidad”.

Noticias del día 02 de septiembre del 2025.

Carmona recuerda, además, que el proyecto en cuestión implica el manejo de datos extraordinariamente sensibles como son los sanitarios, “el tipo de dato más sensible que hay”. En este caso, “¿la protección de esos datos va a ser tan chapucera como la contratación? Si el problema ha sido una torpeza, es un nivel de negligencia gravísimo. Si hay algo peor que la torpeza, no es nada sensato permitir que la Comunidad mercadee con los datos sanitarios de los madrileños. La desburocratización de la sanidad pública es una necesidad imperiosa, pero más valdría que se hiciera contratando administrativos y fortaleciéndose las plantillas, y no con supuesta innovación digital que por detrás es pura trapallada". Más Madrid llevará este contrato a la comisión de vigilancia de las contrataciones.

Un portavoz de la Consejería de Digitalización aclara que “se ha decidido no adjudicar de momento este contrato porque se han detectado bastantes diferencias técnicas entre las ofertas que se han presentado. Se ha decidido lanzar un nuevo pliego con una explicación más precisa de los requerimientos necesarios para aplicar a este contrato”. En cuanto a la ‘bandera roja’, “se activa de manera automática en diversas circunstancias, como la presentación de una sola oferta o diferencias entre ofertas recibidas, por lo que su activación no implica necesariamente la existencia de irregularidad, sino el comienzo de un seguimiento extra, y que cualquier posible riesgo pueda ser analizado y descartado adecuadamente".