Canelo, la historia del perro más fiel del mundo: vivía en España y esperó a su dueño más años que Hachiko

El animal se convirtió en una institución en esta ciudad andaluza

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Foto de Canelo junto a
Foto de Canelo junto a una trabajadora sanitaria. (EFE/Jaro Muñoz)

Hachiko es uno de los perros más famosos de la historia. Este akita japonés estuvo esperando durante 9 años y 9 meses a su dueño, convirtiéndose una leyenda en el país nipón y, posteriormente, en todo el mundo.

Siempre se ha tenido la creencia de que este ha sido el perro “más fiel”, sin embargo esto no es así. Mientras que este estuvo casi 10 años, Canelo lo hizo durante 12 años, una hazaña que marcó a los habitantes de un pequeño barrio de Cádiz.

La historia de Canelo

En 1990, el propietario de Canelo, un perro mestizo que se hizo célebre en Cádiz, ingresó al Hospital Puerta del Mar para un tratamiento de diálisis. La despedida esa mañana en la puerta del hospital marcó un punto de inflexión para el animal. El dueño nunca regresó, dejando al perro aguardando a las afueras del centro sanitario, fiel a la idea de volver a encontrarse.

Los días se convirtieron en años. Canelo mantuvo su puesto en la acera, junto al hospital, por doce años consecutivos. Durante ese tiempo, la presencia constante del perro generó que los vecinos empezaran a empatizar con su situación.

En dos ocasiones fue trasladado a la perrera, lo que provocó movilizaciones de vecinos y agrupaciones animalistas. La Asociación Agaden se encargó de su custodia legal, gestionando las vacunas y permisos para que pudiera vivir cerca del hospital sin nuevas intervenciones policiales.

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El personal médico y los ciudadanos acercaban alimentos, agua y cartones que servían de cama para el can. Muchas personas intentaron adoptarlo; dos familias lo llevaron temporalmente a su hogar, pero el animal mostró rechazo al ambiente doméstico y fue devuelto a su espacio habitual.

El 9 de diciembre de 2002, Canelo murió atropellado en un paso de peatones frente al hospital, el mismo que había cruzado tantas veces durante sus años de espera. Dos años más tarde, el ayuntamiento de Cádiz le dio nombre a una calle peatonal de la ciudad y colocó una placa de bronce conmemorativa: “A Canelo, que durante 12 años esperó en las puertas del hospital a su amo fallecido. El pueblo de Cádiz como homenaje a su fidelidad. Mayo de 2004”, pone en la inscripción.

La raíz de la fidelidad canina

La fidelidad de estos animales hacia sus dueños se explica por factores biológicos, sociales y evolutivos. Según diversos estudios sobre comportamiento animal recogidos por National Geographic y BBC Mundo, los perros han desarrollado una relación de dependencia y lealtad hacia los humanos desde el inicio de su domesticación, hace más de 15.000 años.

Expertos sostienen que los vínculos emocionales entre perros y personas están mediados por la oxitocina, la hormona asociada al afecto y la confianza tanto en animales como en humanos. El intercambio de miradas y el contacto físico refuerzan esa conexión y favorecen la cooperación y la protección mutua.

La vida en manada forma parte de la naturaleza canina. En su grupo de origen, los perros mantenían una estructura jerárquica que favorecía la lealtad hacia los miembros más fuertes o protectores. La convivencia con humanos replicó esa estructura, situando a la familia humana como referente principal.