Cómo limpiar la vitrocerámica en tres sencillos pasos

Sigue estas recomendaciones para eliminar cualquier resto de suciedad

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Un hombre limpia la vitrocerámica.
Un hombre limpia la vitrocerámica. (Canva)

Cocinar es una de las acciones cotidianas más importantes que hay. De hecho, es muy probable que la gran mayoría del tiempo que estás en tu casa te lo pases en la cocina.

Para poder preparar la comida, la vitrocerámica es una de las herramientas más habituales en nuestros hogares. Pero, al igual que se usa mucho, también se ensucia, por lo que es esencial encontrar un método para eliminar las manchas y restos de suciedad.

Si eres de esas personas que su vitrocerámica tiene manchas que son imposibles de quitar, esta es una solución barata y eficaz. Para aplicarla, tan solo necesitas tener pasta de dientes, alcohol de limpieza, una bayeta, vinagre y una rasqueta para vitrocerámicas.

Noticias del día 29 de agosto del 2025

Paso a paso

Antes de empezar a aplicar los productos, es muy importante tener en cuenta que la vitrocerámica debe estar apagada y fría. En el caso de que siga caliente, deja que se enfríe para poder limpiarla bien.

Limpieza inicial con vinagre blanco y eliminación de suciedad

El primer paso consiste en utilizar vinagre blanco como agente principal para remover la suciedad adherida a la vitrocerámica. Se recomienda echar una cantidad suficiente de vinagre sobre la superficie y distribuirla de forma uniforme empleando una bayeta. Es fundamental frotar más en las áreas donde se detecten manchas, marcas o residuos persistentes. La acción del vinagre permite ablandar estos restos y facilita su posterior eliminación.

A continuación, se debe emplear una rasqueta específica para vitrocerámica, herramienta que ayuda a quitar las manchas más duras. El uso de la rasqueta debe realizarse con movimientos firmes, manteniendo un ángulo bajo para evitar rayar el cristal. Terminada esta fase, resulta útil repetir la aplicación del vinagre con la bayeta para recoger cualquier residuo liberado por la rasqueta. Finalmente, es importante secar la superficie utilizando papel de cocina hasta que quede completamente libre de humedad.

Aplicación y acción de la pasta de dientes

En segundo lugar, se aplica pasta de dientes. Se deposita una pequeña cantidad sobre cada una de las zonas donde se localizan las fuentes de calor. El dentífrico se debe extender con la bayeta, realizando movimientos circulares para cubrir por completo la superficie. Las áreas con mayor acumulación de grasa o suciedad requieren mayor énfasis.

Posteriormente, se recurre otra vez a la rasqueta para ayudar a despegar cualquier resto solidificado. Los residuos de pasta de dientes que permanezcan tras esta acción deben aprovecharse para continuar frotando la vitrocerámica, insistiendo con movimientos circulares.

Enjuague final y tratamiento con alcohol de limpieza

Para terminar el proceso, se utiliza una bayeta humedecida en agua destinada a eliminar cualquier resto de pasta de dientes. Resulta importante asegurarse de retirar completamente el producto, ya que los residuos podrían dejar marcas opacas o impedir el brillo característico de la vitrocerámica.

Cuando la superficie ya esté limpia, se procede con la aplicación de alcohol de limpieza diluido en agua, preferiblemente con ayuda de un pulverizador para distribuir el líquido de manera homogénea. Por último, seca el líquido con papel de cocina, garantizando que no quede humedad en la superficie.