Felipe Isidro, experto en ciencias del deporte, revela cuál es el mejor momento para hacer ejercicio: “Ayuda a mantener un peso saludable y mejora nuestra calidad de vida”

El divulgador destaca la importancia de llevar un estilo de vida beneficioso para la salud a través de la actividad física que, a su juicio, no debe entenderse como una práctica que tiene que ser extenuante

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Una pareja corriendo por el
Una pareja corriendo por el parque (AdobeStock)

Con el fin de las vacaciones de verano y la vuelta a la rutina, son muchos los que utilizan septiembre como el mes para recuperar su estado de forma o, en su caso, empezar a hacer deporte. Aunque el mundo del fitness parece estar de moda, lo cierto es que llevar un estilo de vida saludable debería ser un objetivo permanente. Así lo considera Felipe Isidro, catedrático en educación física e investigador, que analiza el mejor momento del día para hacer ejercicio físico y otras cuestiones relacionadas con el cuidado de la salud física y mental. “Ayuda a mantener un peso saludable y mejora nuestra calidad de vida”, garantiza.

Respaldados por la opinión de médicos, nutricionistas y entrenadores, cada vez más expertos coinciden en que estar en buena forma física no requiere rutinas extenuantes ni asumir desafíos como hacer un maratón. El enfoque actual se centra en promover hábitos sostenibles: incrementar la actividad cotidiana, prestar atención a la alimentación y reservar un espacio regular para el ejercicio a lo largo de la vida.

En el ámbito de la divulgación sobre salud y movimiento en España, Felipe Isidro destaca como una de las voces más reconocidas. A través de sus publicaciones en redes sociales, recalca que la práctica deportiva debe entenderse como una herramienta para vivir mejor y no como un castigo. En una entrevista compartida en su cuenta de Instagram, resumió la importancia del deporte: “La realización frecuente de ejercicio se asocia con una mejora de la movilidad y funcionalidad muscular, menor riesgo de sufrir osteoporosis y, por tanto, menos fracturas, entre otros muchos beneficios. Ayuda a mantener un peso saludable y mejora nuestra calidad de vida.”

El deporte no es solo una cuestión estética: es un hábito saludable

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Isidro pone el foco en el valor del ejercicio como inversión en salud a largo plazo, lejos de los objetivos meramente estéticos. Advierte que, si bien la apariencia física puede motivar en la juventud, lo relevante es el impacto del hábito en la madurez: más autonomía, energía y calidad de vida. Su mensaje es directo: incorporar movimiento a la rutina diaria, ya sea subiendo escaleras en vez de usar el ascensor, caminando para hacer recados o realizando sentadillas en casa, resulta más efectivo y sostenible que obsesionarse con rutinas exhaustivas o pasar horas en el gimnasio, sobre todo si el resto del día predomina el sedentarismo.

El catedrático insiste en la importancia de evitar cambios bruscos y promover una “dosis mínima eficaz” de actividad, empezando por ejercicios de fuerza domésticos antes de plantear retos más intensos. Los verdaderos beneficios del ejercicio no siempre son visibles: huesos más fuertes, músculos resistentes, un corazón saludable y una mayor claridad mental. Bajo esta perspectiva, el deporte pasa de ser una tendencia pasajera a consolidarse como un pilar fundamental de bienestar.

El experto recomienda priorizar los ejercicios de fuerza

Una mujer realiza ejercicio físico
Una mujer realiza ejercicio físico en un gimnasio. (Derich Anrey)

La tendencia en el mundo del entrenamiento ha cambiado: después de años en los que el cardio acaparaba la atención, los especialistas subrayan hoy la importancia del trabajo de fuerza. Este tipo de ejercicio no requiere levantar grandes cargas ni acudir a un gimnasio; basta con movimientos sencillos y accesibles como sentadillas, flexiones, zancadas, planchas abdominales o abdominales clásicos, que pueden practicarse fácilmente en casa y sin equipamiento especial.

El desarrollo de la fuerza actúa como un seguro para el futuro, ya que contribuye a prevenir lesiones, mantener la masa muscular, preservar la densidad ósea —clave frente a la osteoporosis— y aumentar el gasto calórico en reposo. En consecuencia, sus efectos superan la estética: repercuten directamente en el bienestar general.

Felipe Isidro insiste en empezar por lo básico, con ejercicios como levantarse y sentarse en una silla para trabajar piernas, o enrollar y desenrollar una toalla para fortalecer brazos. El siguiente paso puede ser la incorporación gradual de rutinas de equilibrio o sesiones de cardio, todo en función del progreso personal.

El momento perfecto para entrenar

El consejo de Isidro es firme: la mañana y, preferiblemente, en exteriores son los mejores momentos para realizar actividad física. Practicar ejercicio a primera hora no solo estimula el organismo para afrontar el día, sino que también favorece la calidad del sueño al aprovechar tanto el gasto energético como los beneficios de la exposición solar.

Para quienes disfrutan de vacaciones o no temen levantarse temprano, iniciar la jornada con una caminata, algunos estiramientos o ejercicios de fuerza al aire libre se presenta como la opción más recomendable para activar cuerpo y mente desde el primer minuto.