Qué pasa si mezclo ibuprofeno con alcohol

Los efectos del medicamento en el organismo varían en función de la cantidad de alcohol consumida

Guardar
Una mujer tomando la medicación
Una mujer tomando la medicación (Shutterstock)

El ibuprofeno es uno de los medicamentos más consumidos en España y en todo el mundo contra el dolor y la fiebre. Al tratarse de un analgésico, antiinflamatorio y antipirético, suele ser de las primeras opciones para aliviar dolores de cabeza, molestias musculares o fiebre. En parte, gracias a que su fácil acceso y venta libre han normalizado su uso en la vida cotidiana.

Sin embargo, su consumo debe realizarse con prudencia, pues si se combina con alcohol, los riesgos para la salud aumentan de manera significativa. Lo que a simple vista puede parecer una interacción inofensiva, como tomar un antiinflamatorio antes de pasar una noche de copas, puede tener consecuencias graves para el organismo.

El consumo excesivo de alcohol, por sí mismo, tiene efectos tóxicos sobre distintos órganos y sistemas. Las alteraciones se manifiestan en el aparato digestivo (hepatitis, pancreatitis, gastritis), en el sistema músculo-esquelético (gota, osteoporosis), endocrino, cardiovascular, respiratorio, metabólico (hipoglucemia), hematológico, neurológico e incluso en la piel. A estos daños se suma el impacto que produce la mezcla con ibuprofeno, un medicamento que ya de por sí puede causar irritación gástrica y otros efectos secundarios.

Los profesionales del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona explican que la relación entre ibuprofeno y alcohol depende en gran medida de la forma de consumo de este último. Cuando la ingesta de alcohol es ocasional, se produce una disminución en el metabolismo del ibuprofeno. Esto significa que el fármaco permanece más tiempo en el organismo, con un efecto más prolongado, lo que aumenta el riesgo de toxicidad si las dosis no se espacian lo suficiente. En cambio, cuando el consumo de alcohol es crónico o habitual, el cuerpo acelera su metabolismo de manera general, lo que puede disminuir la eficacia de los medicamentos. En este escenario, la persona puede sentir la necesidad de tomar más dosis de ibuprofeno en menos tiempo, con el peligro de caer en un uso indebido.

En ambos casos, la interacción no es inocua. La mezcla de alcohol con ibuprofeno puede potenciar los efectos secundarios del medicamento y agravar problemas preexistentes, especialmente en el sistema digestivo y en el hígado.

Un camarero tira una cerveza
Un camarero tira una cerveza en un bar (AP)

El estómago, el primer órgano en sufrir

Uno de los principales riesgos de combinar alcohol e ibuprofeno se concentra en el estómago. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), como el ibuprofeno, pueden producir lesiones en la mucosa gástrica como efecto secundario. El alcohol, al mismo tiempo, estimula la secreción de ácido en el estómago. Cuando ambas sustancias coinciden, la agresión se multiplica: el resultado puede ser dolor en la zona del estómago, acidez, náuseas e indigestión.

En situaciones más graves, esta combinación puede desencadenar úlceras gástricas o incluso hemorragias digestivas, complicaciones que requieren atención hospitalaria inmediata. Según advierten los especialistas, estas consecuencias son más probables en personas con consumo excesivo de alcohol, en quienes toman ibuprofeno de manera frecuente o en quienes ya tienen antecedentes de problemas gástricos.

Aunque el estómago es el órgano más directamente afectado, los riesgos no se limitan a él. El hígado, encargado de metabolizar tanto el alcohol como los medicamentos, también se ve comprometido. El exceso de trabajo puede derivar en toxicidad hepática, especialmente en consumidores habituales de alcohol. A su vez, el sistema cardiovascular también puede resentirse: la combinación de alcohol e ibuprofeno se asocia con un mayor riesgo de hipertensión y, en personas predispuestas, con complicaciones renales.

Cuál es el efecto del alcohol en el cerebro.

Precauciones con la combinación de alcohol e ibuprofeno

Los expertos coinciden en que la mejor medida de prevención es no mezclar ibuprofeno y alcohol. Si se ha ingerido alcohol de manera ocasional, lo más recomendable es esperar varias horas antes de tomar un antiinflamatorio, y en caso de consumo habitual o elevado, consultar siempre con un médico antes de automedicarse.

Es importante no trivializar el uso de medicamentos de venta libre ni subestimar los efectos del alcohol. Lo que parece una decisión cotidiana puede derivar en complicaciones graves.