Una azafata de British Airways con casi 40 años en la compañía es despedida por desarrollar fobia a volar, pero acaba ganando: “Si no estás contenta, vete”

Según el tribunal, la aerolínea no solo incumplió su propia política interna, sino que tampoco exploró alternativas como una reasignación definitiva a un puesto en tierra antes de optar por el despido

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Aviones de British Airways, Easyjet
Aviones de British Airways, Easyjet y TUI en el aeropuerto de Gatwick, Gran Bretaña, 25 de agosto de 2021. (REUTERS/Peter Nicholls)

Jennifer Clifford, azafata de la aerolínea British Airways durante cuarenta años, fue despedida tras desarrollar un trastorno de ansiedad que le impedía volar, pero logró que los tribunales fallaran a su favor y condenaran a la empresa a indemnizarla por discriminación por discapacidad.

Según el diario británico Daily Express, el origen del conflicto se remonta a 2020, cuando la pandemia de COVID-19 obligó a la tripulación de cabina a suspender sus actividades. Este paréntesis forzado tuvo consecuencias profundas para la trabajadora, quien, tras años de rutina en los cielos, experimentó una depresión que derivó en un síndrome de ansiedad. Al finalizar el confinamiento, la situación no mejoró: la azafata desarrolló un pánico a volar que le imposibilitó retomar sus funciones habituales.

En un primer momento, British Airways intentó reubicarla en tareas de base, concretamente en el Centro de ayuda de Heathrow, un área que ayuda a los viajeros y pasajeros discapacitados dentro del aeropuerto, una medida que resultó insuficiente y temporal. “¡Si no estás contenta con nosotros, vete!“, le habría llegado a decir su superior, según la información de este medio.

Como no pudo reanudar sus funciones en el aire a fines de 2022, la empresa la declaró no apta para el trabajo y procedió a su despido inmediato. Clifford, convencida de que la compañía no había hecho lo necesario para facilitar su reintegración, decidió llevar el caso ante la justicia, acusando a la aerolínea de discriminación por discapacidad.

La empresa no exploró alternativas para cambiarle de puesto

Durante el proceso, la azafata denunció que su superior minimizó la gravedad de sus síntomas, interpretando su estado como “un poco de ansiedad”, según recogió el Daily Express. La falta de empatía y comprensión quedó reflejada en la frase que, según la demandante, le dirigió su jefe: “¡Si no estás contenta con nosotros, vete!”. Este trato, sumado a la ausencia de un plan de reincorporación gradual, fue determinante para la resolución judicial.

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El tribunal valoró especialmente la extensa trayectoria de Clifford en la empresa y su historial de servicio. Según la jueza, la aerolínea no solo incumplió su propia política interna, sino que tampoco exploró alternativas como una reasignación definitiva a un puesto en tierra antes de optar por el despido.

“Un empleador razonable le habría concedido un retorno gradual más prolongado y adecuado y, de acuerdo con su política, habría considerado su reasignación a un puesto de campo antes de decidir su despido”, dictaminó. Por este motivo, la sentencia obliga a British Airways a abonar una indemnización a Clifford, aunque la cantidad aún no ha sido fijada.