“Las turbulencias son lo que más miedo le da a la gente, pero es lo que menos nos preocupa”: una piloto explica las exigencias y condiciones de su trabajo

Al principio no contempló convertirse en piloto profesional porque “para mí era como ser astronauta, ni siquiera me lo planteaba”

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Savina Paül, una piloto explica
Savina Paül, una piloto explica las exigencias y condiciones de su trabajo (Montaje Infobae, @savinapaul)

Con solo 30 años, Savina Paül ha acumulado más de 5.000 horas de vuelo como piloto de aviación comercial. Y según ha podido comprobar, dentro los desafíos de su trabajo, hay uno que causa más intriga y temor a los pasajeros: “Las turbulencias son lo que más preocupa a la gente, pero es lo que menos nos preocupa a nosotros”, ha asegurado la piloto para Rac 1.

La vocación de Paül surgió en su infancia, cuando anotaba en un dietario las características de cada avión en que viajaba. Sin embargo, durante esa etapa no contempló convertirse en piloto profesional porque “para mí era como ser astronauta, ni siquiera me lo planteaba”, recuerda. El punto de inflexión llegó con el consejo de su madre al elegir estudios universitarios: en lugar de pensar en una carrera convencional, le planteó reflexionar sobre qué quería hacer el resto de su vida.

Quiero llevar un avión”, respondió. Así optó por estudiar el grado universitario de piloto de aviación comercial y operaciones aéreas y, apenas se graduó, pilotó su primer avión comercial a los 22 años. “Antes llevé un avión bimotor de 700 kg que un coche”, confiesa entre risas.

“Vas al revés del mundo. Tienes la sensación de que te pierdes cosas”

Savina Paül, una piloto explica
Savina Paül, una piloto explica las exigencias y condiciones de su trabajo (Montaje Infobae, @savinapaul)

En su entrevista para el medio catalán, Paül ha explicado cómo es la labor de los pilotos de ruta larga, especialmente en vuelos entre Europa y América, pues son los que exigen protocolos laborales más estrictos. “Lo que más se mira es que no acumulamos fatiga”, explica. Por ello, los tripulantes suelen permanecer entre 24 y 72 horas en la ciudad de destino, dependiendo de variables como el horario del vuelo y los periodos de descanso obligatorios que deben cumplirse sin excepción.

De esta manera, en un mes típico, se pueden completar unas cuatro rutas de largo recorrido, lo que implica ocho trayectos intercontinentales, contando las idas y las vueltas. Este ritmo equivale, en la práctica, a trabajar entre 16 o 17 días mensuales, dada la intensidad de cada operación. Y es que, a estas exigencias de descanso se suman otras, pues “para hacer este trabajo debes tener buena salud mental y física”, aclara Paül, quien debe aprobar rigurosos controles médicos anuales para mantener su puesto. Así, cualquier limitación médica incompatible, como el daltonismo, inhabilita para la función.

La vida fuera de la cabina también experimenta alteraciones profundas. “Vas al revés del mundo. Tienes la sensación de que te pierdes cosas”, lamenta la piloto. Y es que, cuando el resto de sus allegados disfrutan de las vacaciones de verano, ella debe trabajar jornadas intensivas para cubrir la alta demanda de vuelos de la temporada. Por ello, su entorno se ha vuelto mucho más selectivo y ahora solo está formado, principalmente, por personas del propio sector. Por ejemplo, su pareja, quien también es piloto, la acompaña en su trayectoria profesional, y ambos desarrollan sus carreras en la misma aerolínea.

Savina Paül, una piloto explica
Savina Paül, una piloto explica las exigencias y condiciones de su trabajo (Montaje Infobae, @savinapaul)

Además de su labor en la aviación, Paül se ha convertido en divulgadora en redes sociales. Dedica parte de su tiempo fuera del cockpit a responder dudas y explicar los aspectos menos conocidos de la profesión. “Me di cuenta de que este mundo era muy desconocido por la gente que no estaba dentro”, afirma. Uno de los aspectos que más curiosidad e inquietud suscita es la seguridad durante el vuelo. Así, a pesar de que el mayor temor para muchos son las turbulencias durante el vuelo, ella asegura que el mayor peligro sería sufrir un golpe si no se utiliza el cinturón de seguridad o si el pasajero está de pie durante el movimiento inesperado del avión.

Durante la entrevista, Paül ha manifestado cuál es su siguiente misión dentro del sector. Su próximo objetivo profesional es pilotar un Airbus 350 y realizar vuelos a Tokio, una ciudad que ya visitó como pasajera y que sueña con volver a sobrevolar como comandante en el futuro.