Un conductor recorre 500 kilómetros con un gato atrapado en el faro del coche: “Oí maullar”

Un pequeño gato viajó oculto durante todo el trayecto sin que su dueño se percatara, hasta que los maullidos alertaron al conductor

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Composición Fotográfica Infobae
Composición Fotográfica Infobae

Los viajes por carretera son una de las opciones favoritas para muchas personas que lo ven como una forma flexible y económica de disfrutar de las vacaciones. Pero pocas veces los conductores esperan encontrarse con un pasajero sorpresa. Philippe, un vecino de Baslieux-lès-Fismes, en la región francesa de Marne, lo descubrió de la forma más inesperada: recorrió más de 500 kilómetros con un gato atrapado en el faro delantero de su coche sin darse cuenta.

El suceso ocurrió a principios de agosto, cuando Philippe emprendió un viaje desde su localidad hasta Pirou, en Manche, con motivo de sus vacaciones. Durante el trayecto, escuchó en varias ocasiones un maullido, aunque sin poder determinar de dónde provenía.

Un maullido en plena madrugada

Según relató el conductor, la clave para resolver el misterio llegó en plena noche. “Es cierto que varias veces, de vez en cuando, escuchaba a un gato maullar”, contó. Sin embargo, no fue hasta la madrugada del 8 de agosto, alrededor de la 1:00, cuando su nieto le despertó alarmado: “Anoche, a la 1 de la madrugada, mi nieto me dijo: ‘Abuelo, escucho un gatito en el motor de tu coche’”.

Con ayuda de una linterna, Philippe descubrió entonces al pequeño felino escondido detrás del faro delantero. El animal, probablemente en busca de un lugar cálido y seguro, había quedado atrapado en un espacio reducido y sin posibilidad de salir por sí mismo.

Un gato entrando por un
Un gato entrando por un espacio estrecho (Imagen Ilustrativa Infobae)

Rescate en un taller mecánico

A la mañana siguiente, Philippe se dirigió a un taller en La Haye-du-Puits para liberar al gato de forma segura. El mecánico que atendió el caso tuvo que desmontar el parachoques para llegar hasta el animal. “Amoví el parachoques, el gatito salió rápido, sano y salvo. No estaba en un lugar demasiado peligroso, pero creo que aun así pasó por momentos difíciles”, explicó el conductor.

Philippe calcula que el gato llevaba allí desde el martes 5 de agosto, cuando inició su viaje. Teniendo en cuenta la distancia recorrida y el tiempo transcurrido, el animal habría soportado tanto el ruido constante del motor como los cambios de temperatura y las vibraciones del vehículo durante varios días. Todo ello sin poder alimentarse.

Tras ser liberado, el felino fue trasladado a un refugio local, donde recibió atención veterinaria para comprobar su estado de salud. Allí se recupera y espera encontrar un hogar definitivo.

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Un riesgo común para los animales callejeros

Aunque la historia de Philippe se ha viralizado por lo insólito de la situación, casos similares ocurren con más frecuencia de lo que se cree. Especialmente en climas fríos o en zonas rurales, los gatos y otros animales pequeños pueden refugiarse en motores o partes protegidas de los vehículos. El calor que desprende el motor, combinado con la seguridad de un espacio cerrado, resulta tentador para ellos, pero puede convertirse en una trampa mortal si el vehículo se pone en marcha.

Las organizaciones de protección animal recomiendan, sobre todo en invierno, golpear suavemente el capó o revisar el interior de las ruedas antes de arrancar, para dar oportunidad a que cualquier animal oculto pueda escapar.

El caso de este conductor francés sirve como recordatorio de que un simple gesto preventivo puede salvar vidas. Revisar el vehículo antes de un viaje largo no solo puede evitar problemas mecánicos, sino también proteger a animales que, de forma involuntaria, se convierten en pasajeros ocultos.