Un médico asegura que la falta de vitamina D no está directamente relacionada con la falta de sol

El médico Jesús Vázquez ha advertido de los peligros de la falta de vitamina D, que no siempre están relacionados con la falta de luz solar

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El mejor momento para tomar
El mejor momento para tomar vitamina D. (Canva)

El déficit de vitamina D es un problema sanitario cada vez más extendido en España, a pesar de que es uno de los países con mayor exposición solar de Europa. Esta paradoja ha llevado a pensar que el sol es la única causa relacionada con la presencia o ausencia de esta vitamina, pero el doctor Jesús Vázquez, médico y divulgador, explica que la realidad es mucho más compleja.

Según el especialista, “la vitamina D es fundamental para nuestro sistema inmunológico. Si no la tenemos en los niveles adecuados, nuestra inmunidad disminuye, dejándonos más vulnerables a infecciones y enfermedades”. Además, insiste en que esta vitamina es vital para la salud ósea, “es importante tenerla para mantener el calcio en nuestros huesos” y preservar su fortaleza. Un dato clave que añade es que la vitamina D “es clave en la prevención de la demencia senil”, un factor cada vez más relevante con el envejecimiento de la población.

No solo se trata de la exposición al sol. Problemas digestivos, inflamación intestinal, enfermedades hepáticas o renales pueden afectar la absorción y activación de la vitamina D, impidiendo que el organismo aproveche adecuadamente esta vitamina, incluso en zonas soleadas como España. Por ello, muchos presentan deficiencia a pesar de una exposición solar adecuada.

Suplementos de vitamina D.
Suplementos de vitamina D.

Impacto en la salud digestiva y general

La deficiencia de vitamina D no solo afecta de forma aislada, sino que tiene repercusiones directas sobre la salud digestiva. Cuando el intestino se encuentra inflamado, su capacidad para absorber nutrientes esenciales, incluida la vitamina D, se ve seriamente comprometida. Esta dificultad para asimilar la vitamina puede a su vez agravar la inflamación intestinal, estableciendo un círculo vicioso que deteriora progresivamente el bienestar general del individuo.

Esta insuficiencia vitamínica se ha asociado también a enfermedades inflamatorias crónicas del intestino, como la enfermedad de Crohn, que cursan con episodios de inflamación persistente y daño tisular. Además, trastornos hepáticos que afectan la función y la activación de la vitamina D contribuyen a empeorar esta deficiencia, ya que el hígado es fundamental para convertir la vitamina en su forma activa.

Pero el impacto va más allá del aparato digestivo. La vitamina D desempeña un papel crucial en la regulación del sistema inmunológico. Su falta reduce la eficacia de nuestras defensas, dejando al organismo más vulnerable frente a infecciones comunes y también a enfermedades autoinmunes, en las que el propio sistema inmunitario ataca tejidos sanos. Por ello, una deficiencia prolongada puede aumentar la susceptibilidad a múltiples patologías y afectar la calidad de vida de forma significativa.

La falta de vitamina D, provocada por escasa exposición solar, dieta insuficiente o problemas de absorción, afecta huesos, músculos e inmunidad. Reponerla requiere sol moderado, alimentos ricos y, cuando es necesario, suplementos indicados por un profesional para evitar complicaciones.

Recomendaciones para mantener niveles adecuados de vitamina D

Para prevenir la deficiencia de vitamina D y proteger la salud, es recomendable seguir una serie de pautas sencillas pero efectivas. En primer lugar, es importante mantener una exposición solar moderada, preferiblemente durante las horas de menor intensidad para evitar riesgos de quemaduras. La luz solar favorece la producción natural de vitamina D en la piel.

En cuanto a la alimentación, se deben incluir en la dieta alimentos ricos en esta vitamina, como pescados grasos (salmón, caballa, sardinas), huevos, lácteos fortificados y algunos hongos. Estos alimentos contribuyen a aumentar los niveles de vitamina D de forma natural.

Además, realizar ejercicio físico regularmente ayuda a mantener un metabolismo saludable y favorece la absorción de nutrientes esenciales. Por último, ante síntomas de fatiga, debilidad o sospechas de deficiencia, es fundamental consultar con un médico para realizar análisis específicos y valorar la necesidad de suplementos o tratamientos personalizados.