Más del 70 % de las bacterias resistentes a los antibióticos están presentes en la cadena de producción alimentaria, revela un estudio del CSIC

En España, 24.582 personas fallecieron en 2023 a causa de bacterias multirresistentes

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Una trabajadora de una cadena
Una trabajadora de una cadena de producción alimentaria (AdobeStock)

Un estudio europeo con investigadores del CSIC ha detectado una alta presencia de bacterias multirresistentes en la cadena de producción alimentaria. A partir de una amplia secuenciación metagenómica de más de 2.000 muestras procedentes de alimentos y superficies de entornos industriales, los científicos han observado que más del 70 % de los genes bacterianos que ofrecen resistencia a los antibióticos están presentes en las etapas de la cadena alimentaria.

Desde la granja hasta nuestra mesa, pasando por la fábrica, las bacterias circulan y desarrollan una resistencia a los antimicrobianos (RAM). Las llamadas “superbacterias” han encendido las alertas de la comunidad científica internacional, en lo que ya es para muchos la era de la resistencia a los antibióticos. La proliferación de estas bacterias multirresistentes a los fármacos está provocando que enfermedades que antes podían curarse sin mayores problemas, como una neumonía, hoy puedan ser potencialmente mortales.

Un reciente estudio publicado en The Lancet apuntó que, si el panorama actual no variaba, la resistencia a los antibióticos podría matar en 25 años a 208 millones de personas. Así, se estima que para 2050 sea la primera causa de muerte en el planeta. En España, 24.582 personas fallecieron en 2023 a causa de bacterias multirresistentes, según los últimos datos de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología (SEIMC). Estas cifras implican que la resistencia a los antibióticos ya mata 20 veces más que los accidentes de tráfico.

Aunque no todas las bacterias son dañinas para la salud (de hecho, algunas son necesarias para la vida humana), todas pueden actuar como vehículos de la resistencia a los antibióticos. Por ello, es fundamental comprender en qué punto los alimentos se contaminan de estos microbios para poder abordar esta problemática.

Una trabajadora embala mantequilla en
Una trabajadora embala mantequilla en una empresa láctea (AdobeStock)

La etapa final del proceso, crítica para las bacterias

Los resultados de la investigación ya han sido publicados en la prestigiosa revista científica Nature Microbiology y muestran que los genes de resistencia antimicrobiana (ARGs) derivan principalmente de las etapas finales del proceso y no tanto del insumo crudo. A pesar de que el muestreo se realizó principalmente en la industria del queso, los investigadores también analizaron las industrias de la carne, el pescado y las verduras.

“Aunque se sabía que la cadena alimentaria puede actuar como vía de transmisión de bacterias resistentes a los antibióticos, hasta ahora no se había realizado un estudio tan amplio y detallado”, señala el investigador del CSIC Narciso Quijada, del Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG) de Salamanca para el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).

La resistencia de las bacterias a los antibióticos mata más que los accidentes de tráfico en España.

“Además, los análisis han permitido identificar a las principales bacterias portadoras de estos genes y muchas de ellas son miembros del grupo ESKAPEE, conocido por su papel en infecciones hospitalarias difíciles de tratar, como Escherichia coli, Staphylococcus aureus o Klebsiella pneumoniae”, aclara el investigador del Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA) Abelardo Margolles.

Los científicos consideran que mejorar la higiene y el uso de antibióticos y desinfectantes en las instalaciones de procesamiento podría reducir el riesgo de proliferación de estas bacterias multirresistentes. Además, dado que los estudios se han realizado en Europa, el equipo considera que los resultados pueden ser diferentes si se realizan en otra parte del mundo.