Rellenar las cejas a partir de los 50 es fundamental para rejuvenecer el rostro, según una maquilladora

Una propuesta para quienes buscan realzar su mirada sin complicaciones

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 Una mujer muestra sus
Una mujer muestra sus ojos y cejas. (Pexels)

Con el paso del tiempo, es normal que cambie la densidad del pelo, tanto en la cabeza como en otras zonas del cuerpo. Las cejas no son la excepción: muchas personas notan que, con los años, pierden grosor o definición. Cabe destacar que este cambio corporal es parte de un proceso natural y envejecer es motivo de alegría: es reflejo de todas las experiencias que hemos vivido.

Según explica la maquilladora María Borbolla, rellenar y definir las cejas con maquillaje puede ser una herramienta útil a partir de los 50 para dar estructura al rostro y realzar la expresión, sin necesidad de acudir a técnicas invasivas ni modificar drásticamente la apariencia.

Cómo maquillar las cejas de forma sencilla

No hace falta tener experiencia profesional para mejorar el aspecto de las cejas. Con un lápiz adecuado y un fijador, es posible conseguir un resultado favorecedor desde casa.

El lápiz ideal es de mina fina, ya que permite dibujar pequeños trazos similares a pelos, en lugar de rellenar toda la ceja de manera uniforme. Así se logra un acabado más suave y delicado. Si se prefiere un efecto más marcado o trabajado, también es válido optar por un lápiz más grueso o combinarlo con una sombra.

En cuanto al color, se suele recomendar elegir un tono uno o dos niveles más claro que el del cabello si este es oscuro, o ligeramente más oscuro si es rubio. Aun así, la elección es personal: algunas personas prefieren un contraste mayor y otras apuestan por la máxima discreción.

Una técnica sencilla consiste en peinar primero las cejas hacia abajo para identificar zonas con menos densidad. Luego se rellenan con trazos ligeros y se peinan hacia arriba. Para fijar el resultado, se puede usar un gel específico para cejas o incluso un poco de laca aplicada con un cepillo de cejas. No obstante, es importante recordar que siempre es más seguro utilizar productos diseñados para el rostro, ya que la piel de esta zona es muy delicada y propensa a reacciones. Además, conviene revisar la fecha de caducidad de los cosméticos.

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Qué tener en cuenta al definir la forma

Cada rostro es único, y no todas las formas de ceja funcionan igual para todas las personas. Sin embargo, hay ciertos principios que pueden ayudar a encontrar un diseño equilibrado. Desde centros especializados como Be Beauty explican que la forma de las cejas puede influir en la expresión del rostro: unas cejas muy caídas pueden transmitir tristeza; si están demasiado juntas, pueden endurecer la mirada.

En general, unas cejas ligeramente más pobladas, bien peinadas y con un diseño limpio pueden suavizar los rasgos, enmarcar la mirada y aportar armonía. Pero, como en todo lo relacionado con la estética, no hay una única forma correcta: tanto quienes prefieren un resultado natural como quienes optan por un estilo más definido están en lo cierto. La clave es sentirse bien con la propia imagen.

Laminado de cejas: una opción semi-permanente

Para quienes desean una solución más duradera sin tener que maquillarse cada día, existe el laminado de cejas. Esta técnica ha ganado popularidad por su capacidad para fijar los pelos en una forma concreta durante varias semanas, sin necesidad de pigmentos ni agujas.

El procedimiento se realiza en centros especializados y consiste en aplicar productos químicos suaves que moldean la estructura del vello. Después se fija la forma deseada y se puede aplicar un sérum nutritivo para cuidar el pelo de las cejas.

Entre sus ventajas están la duración (puede mantenerse hasta seis semanas), el bajo mantenimiento y la posibilidad de conseguir un aspecto más ordenado sin renunciar a la naturalidad. Además, es más económico que el microblading y no compromete la piel con tatuajes o pigmentación permanente.

Eso sí, como con cualquier tratamiento, conviene hacerlo en un centro de confianza y evitar repetirlo con demasiada frecuencia para no debilitar el pelo. También es fundamental asegurarse de no tener alergias a los productos utilizados.

El cuidado de las cejas a partir de los 50 no tiene por qué implicar grandes transformaciones ni tratamientos costosos. Pequeños gestos como peinar, rellenar o definir pueden ser simplemente una forma más de expresarse, de divertirse o de explorar lo que a cada quien le gusta. Otras veces, puede apetecernos probar algo nuevo, más duradero o más marcado, y eso también está bien. Envejecer no es un problema a corregir, sino una etapa más en la que podemos seguir cuidándonos con libertad, respeto y placer.