Por qué despedirte en la puerta puede significar más para tu perro de lo que crees

El gesto cotidiano que puede alterar el estado emocional de tu mascota

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Un perro espera a que
Un perro espera a que su dueño vuelva a casa (Freepik).

Cuando los dueños salen de casa, muchos perros se quedan mirando fijamente la puerta. Para los humanos, es un simple acto cotidiano. Pero para un perro, ese momento puede tener una carga emocional más profunda de lo que pensamos.

La puerta, desde la perspectiva de un perro, no es solo una barrera física. Es el punto de entrada y salida de su persona de referencia, el lugar donde ocurren momentos clave: la llegada y la despedida. Esa rutina diaria puede despertar en ellos emociones como alegría, ansiedad o incluso miedo.

Una separación que no siempre entienden

Numerosos estudios han demostrado que los perros no perciben el tiempo como los humanos. Aunque pueden asociar rutinas o patrones (como el sonido del despertador o el momento en que te pones los zapatos), no saben si vas a estar fuera cinco minutos o cinco horas. Esto puede generarles un nivel de incertidumbre considerable cada vez que sales de casa.

El psicólogo Stanley Coren ha dicho que el mayor miedo de un perro es que no regreses al salir por la puerta sin él. Esta afirmación puede parecer exagerada, pero tiene base en cómo muchos perros reaccionan durante las separaciones: vocalizaciones, destrucción, inquietud, y en algunos casos, ansiedad por separación.

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¿Deberías despedirte de tu perro?

Durante mucho tiempo, se recomendó a los dueños ignorar a sus perros antes de salir para evitar fomentar la ansiedad. Sin embargo, estudios más recientes han puesto en duda esa práctica. Un estudio publicado en Journal of Veterinary Behavior en 2018 demostró que acariciar a un perro antes de la partida puede ayudar a reducir su inquietud durante la separación.

En el estudio, se observaron perros que eran acariciados durante un minuto antes de quedarse solos por tres minutos. Estos perros permanecieron más tranquilos que cuando se marchaban sin ese contacto previo. Aunque el experimento fue breve y realizado en perros sin ansiedad severa, sugiere que un breve momento de afecto puede tener efectos positivos.

La clave: previsibilidad

Para muchos perros, la ansiedad proviene de la falta de control y previsibilidad. Por eso, establecer un pequeño ritual antes de salir puede ayudar. Algo tan simple como acariciarlo, decir una frase como “vuelvo pronto” y luego ofrecerle una golosina o juguete puede marcar la diferencia. El objetivo es que el perro aprenda a asociar tu salida con una experiencia segura y sin sobresaltos.

Lo que no ayuda es irse en silencio o de forma repentina. Eso puede aumentar la confusión y generar más tensión, especialmente si el perro ya presenta signos de ansiedad por separación.

¿Y si tu perro sufre ansiedad por separación?

Para los perros que experimentan angustia grave al quedarse solos, un simple gesto de despedida no será suficiente. En esos casos, se recomienda seguir un protocolo de modificación de conducta supervisado por un veterinario o un especialista en comportamiento. Esto suele incluir técnicas como la desensibilización, el uso progresivo de salidas breves, enriquecimiento ambiental, y en algunos casos, medicación.

Ignorar el problema no es una solución. La ansiedad por separación puede deteriorar la calidad de vida del perro y afectar seriamente a su bienestar emocional.