El calor mata y “no hay una ley” que regule el trabajo al aire libre: “Aquí solo se actúa cuando la Aemet lanza una alerta”

Tras reunir 60.000 firmas en Change.org, la barrendera Elvira Gómez ha pedido al Gobierno mayor protección para quienes realizan trabajos en el exterior en verano. Si no la escuchan, advierte, “seguirá protestando”

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Elvira Gómez trabaja como barrendera
Elvira Gómez trabaja como barrendera en Terrassa, Barcelona. (Cedida a Infobae)

Tras el descenso térmico registrado a finales de julio en numerosas zonas de España, agosto ha arrancado con una nueva ola de calor -la segunda del verano- con temperaturas de más de 40 grados que han activado alertas en seis comunidades autónomas. Este calor extremo incrementa el riesgo para muchos trabajadores, sobre todo para quienes desempeñan labores al aire libre, como barrenderos, personal de jardinería, obreros de la construcción o repartidores, ya que favorece la aparición de golpes de calor, deshidratación y otras complicaciones de salud.

Lo sabe bien Elvira Gómez, una barrendera de Terrassa (Barcelona) a la que a menudo le toca limpiar las calles cuando el termómetro supera los 35 grados. Por eso el pasado mes de julio inició una campaña de recogida de firmas en la plataforma Change.org con la que logró más de 60.000 apoyos y se presentó ante el Ministerio de Trabajo en Madrid para reclamar al Gobierno una legislación que ampare a los trabajadores que desempeñan su labor en el exterior. La iniciativa surgió tras la muerte de una trabajadora del servicio de limpieza de Barcelona a finales de junio, Montserrat Aguilar, quien falleció al terminar su jornada en plena ola de calor y después de haber expresado a su encargada que sufría calambres en las manos, además de dolor en la espalda y en el pecho.

La de Montserrat, además, no ha sido la única muerte laboral relacionada con el calor este verano en España, ya que al menos otros tres trabajadores más han fallecido por estar expuestos a altas temperaturas.

“Trabajar en la calle con altas temperaturas es angustioso, sientes que no te da la vida porque el tiempo pasa más despacio. Con el calor, además, terminas reventada, te cansas más y rindes menos, así que trabajar en esas condiciones no es eficaz para nadie”, explica a Infobae España Gómez, de 31 años, que lamenta que muchas empresas “solo tomen medidas” cuando la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) activa un aviso naranja o rojo por calor, cuyo umbral depende de cada comunidad autónoma aunque por lo general el rojo se emite a partir de los 40-44 grados y el naranja entre los 37-40. En el caso de Terrassa, aclara, el aviso naranja se activa cuando el termómetro llega a los 39 grados, por lo tanto “si estás a 35 grados no existe ninguna ley que obligue a la empresa a tomar medidas”.

Una persona trabaja al aire
Una persona trabaja al aire libre en Madrid el pasado mes de julio. (Ricardo Rubio / Europa Press)

”El problema es ese, que aquí no se hace nada hasta que la Aemet no activa la alerta, pero no podemos trabajar con 35 grados. Tiene que haber una ley que fije una temperatura en los trabajos al aire libre porque el calor mata“, añade con indignación.

Otros trabajadores que pasan largas jornadas expuestos al sol como Jaime, especialista en rehabilitación de edificios, Ángel, que trabaja cargando y descargando aviones al aire libre en el aeropuerto de Barajas en Madrid o Nicole, auxiliar de cámara en rodajes, agradecen a Elvira su iniciativa y confían en que las autoridades tomen medidas antes de que haya que lamentar nuevas muertes por golpes de calor en el trabajo. “Espero que entre todos podamos conseguir algo y dar a conocer nuestra situación, ya que los que tendrían que encargarse de dar soluciones no sufren ninguna de las calamidades y en muchos casos desconocen lo que realmente pasa ahí fuera”, indica Ángel, quien explica que apenas tiene tiempo para refrescarse cuando aprieta el calor, “a lo que hay que sumar el que desprenden los motores y gases”, según informan desde Change.org.

Y es que aunque el Real Decreto-ley 4/2023 establece la obligación de adaptar las condiciones de trabajo, especialmente en sectores como la agricultura, la construcción o la limpieza viaria, incluyendo cambios de horario, reducción de la duración de la jornada o reforzamiento de pausas cuando se emiten alertas por calor por parte de la Aemet o el órgano autonómico correspondiente, “esas medidas siguen sin proteger a quienes trabajan en la calle con más de 33 grados sin alerta”, recuerda Gómez.

Un termómetro en Sevilla marca
Un termómetro en Sevilla marca 45 grados junto a un trabajador de Glovo en bicicleta. (Francisco J. Olmo / Europa Press)

A finales de 2024, el Ministerio de Trabajo implementó medidas con nuevos elementos para la protección laboral frente al calor que refuerzan este marco, pero tanto sindicatos y colectivos de trabajadores critican que no siempre resultan suficientes para quienes desempeñan su labor al aire libre bajo altas temperaturas, principalmente por la dificultad para aplicar y supervisar el cumplimiento de la normativa y por la presión empresarial por mantener la productividad. De ahí la importancia, sostienen, de que sean más estrictas en cuanto a la definición de los límites de temperatura y a la obligación de detener la actividad, así como para reforzar la protección de trabajadores especialmente vulnerables.

Más de 66.000 firmas

Actualmente esta barrendera continúa sumando apoyos en Change.org, donde su campaña ya supera las 66.000 firmas. A pesar de que a mediados de julio pudo mantener una reunión de más de una hora con Ricardo Morón Prieto, el director de coordinación jurídica en el equipo de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, reconoce que las sensaciones fueron encontradas. “Me escucharon y hablamos sobre muchas cosas, que es lo quería, pero al final tampoco me dijeron que fueran a aplicar una medida en concreto”, lamenta, al tiempo que advierte que, si el ministerio no toma medidas, volverá a protestar.

La trabajadora también explica que, a raíz de esta iniciativa, la empresa para la que trabaja decidió cambiarles los turnos, de forma que en vez de realizar su jornada laboral de 13.45 a 20:45 horas, cuando vuelva de vacaciones lo hará en el horario de 17:00 a las 00:00. Si bien es cierto que a partir de las 17:00 el calor comienza a dar tregua y las temperaturas descienden gradualmente, lo que permite un alivio para quienes trabajan al aire libre, Gómez considera que en su gremio sería más eficaz dedicar las primeras horas del día a “realizar tareas que no conlleven estar expuestos al sol constantemente y, ya a partir de las 17:00 horas, empezar a barrer en las zonas en las que empieza a haber sombra”.

El calor extremo en verano aumenta en España, con riesgos como golpes de calor y cáncer de piel. Sanidad recomienda hidratación, protección solar y prevención para evitar complicaciones, especialmente en vulnerables.

Casi 1.200 muertes atribuibles al calor

El calor extremo y temprano de este año en España también ha dejado otros datos preocupantes y es que el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (Momo) del Instituto de Salud Carlos III ha atribuido un total de 1.180 fallecimientos a las olas de calor en el periodo comprendido entre el 16 de mayo y el 13 de julio de este año. Esta cifra representa un aumento muy superior respecto al mismo periodo de 2024, en el que se registraron 114 muertes. Además, de acuerdo a esos mismos datos, en la primera semana del mes de julio, los fallecimientos atribuibles al calor aumentaron un 47% respecto al global del mes de junio, lo que revela una tendencia ascendente en los impactos sobre la salud.

El análisis del perfil demográfico de los fallecimientos indica que el 95% de las personas fallecidas tenía más de 65 años y, de ese total, el 59% eran mujeres.

Una mujer se protege del
Una mujer se protege del sol con un paraguas. (Europa Press)

Además, en cuanto a la distribución territorial de la mortalidad atribuible a las olas de calor, las comunidades autónomas más afectadas fueron Galicia, La Rioja, Asturias y Cantabria, regiones que históricamente han experimentado veranos más moderados. La explicación puede residir tanto en factores de infraestructura y edificios menos preparados para soportar altas temperaturas continuadas, como en una menor adaptación social y cultural frente a eventos térmicos extremos, situaciones infrecuentes hasta hace apenas unos años.

Calor intenso al menos hasta el jueves

La nueva ola de calor que ha comenzado este domingo, según el pronóstico de Aemet, se prolongará, al menos, hasta el próximo jueves. Este lunes los ascensos térmicos se extenderán de forma significativa al interior de la fachada cantábrica, mientras que los valores cercanos a los 40 grados se registrarán de nuevo en las principales depresiones del cuadrante suroeste peninsular, aunque en la cuenca baja del Miño también es muy probable que se superen los 42 grados en el entorno del Guadiana y el Guadalquivir.

A partir del jueves 7 aumenta la incertidumbre, indican desde la Aemet, y si bien es probable que las temperaturas sigan subiendo en el Cantábrico oriental y tercio oriental peninsular, en el oeste podría haber un descenso que se generalizaría durante los días siguientes a toda la Península.