Un pez guitarra, especie en peligro de extinción, es encontrado en una papelera en Cádiz y los expertos ponen el grito en el cielo

Un grupo de jóvenes difundió el vídeo del hallazgo sin saber que se trataba de un animal altamente protegido

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Foto de Jot Powers, julio
Foto de Jot Powers, julio de 2005, bajo licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0. No se hicieron modificaciones.

Un grupo de jóvenes encontró un pez en un contenedor de basura en la playa de Valdelagrana, en El Puerto de Santa María. Grabaron la escena y la difundieron en TikTok, creyendo que se trataba de una manta. Sin embargo, el animal era en realidad un pez guitarra (Rhinobatidae), una de las especies más amenazadas de Europa. El hecho ha provocado una fuerte reacción por parte de expertos en conservación marina, que lamentan no solo el trato recibido por el animal, sino también la falta de conocimiento y sensibilidad ambiental que revela el suceso.

Esta especie, también conocida como guitarrón, forma parte del Catálogo Español de Especies Amenazadas, donde se recogen actualmente 208 especies de flora y fauna en peligro de extinción. Se trata de animales que, por su situación crítica, suelen abordarse con especial respeto y preocupación.

Uno de los pescados más sanos y completos es también el más barato: “Una ración casi cubre el 100% de los objetivos nutricionales del día”.

Una especie antigua, inofensiva y en retroceso

El pez guitarra puede superar los dos metros de longitud y vivir más de una década. Su cuerpo plano recuerda al de una raya, con una cola similar a la de un tiburón. Habita fondos marinos blandos y se alimenta de pequeños peces, moluscos y crustáceos. A pesar de su apariencia, es completamente inofensivo para el ser humano.

Hasta hace unas décadas, era común encontrarlo en el Atlántico oriental y el Mediterráneo, en aguas que iban desde Portugal hasta Angola, incluyendo zonas como Mauritania y Senegal. Sin embargo, hoy prácticamente ha desaparecido de la mayoría de estas regiones. Sólo se mantiene en puntos muy concretos del litoral español, especialmente en las costas de Cádiz y Huelva.

La sobrepesca es el principal motivo de su situación. Aunque su carne se consume, son sus aletas las que alcanzan mayor valor comercial. Además, presenta una reproducción lenta y un crecimiento prolongado, lo que dificulta su recuperación. A esto se suman las capturas accidentales, la pesca ilegal y el desconocimiento generalizado sobre su valor ecológico, como demuestra el caso ocurrido en Valdelagrana.

Investigación y conservación: el Proyecto Glaucostegus

Ante este escenario, varias organizaciones han unido esfuerzos para proteger a la especie. El Proyecto Glaucostegus, impulsado por el Acuario de Sevilla, la Fundación Oceanográfico, la Fundación Azul Marino y la asociación LAMNA , presidida por Penadés, es el primer estudio europeo dedicado al seguimiento del pez guitarra en libertad. Desde 2018, han documentado más de 80 avistamientos, incluidos algunos de ejemplares recién nacidos, lo que indica que la especie aún logra reproducirse en la zona.

La implicación de pescadores locales ha sido clave para este trabajo. Gracias a su colaboración, se ha podido registrar información relevante sobre los encuentros: ubicación, hora y tipo de cebo utilizado. Esta red de observación también ha permitido detectar prácticas ilegales.

A finales de mayo, el proyecto realizó una campaña de muestreo en la misma playa donde, semanas después, apareció el ejemplar abandonado. En ella participaron más de 40 investigadores, que tomaron muestras de ADN, sangre y medidas de 33 individuos, siempre siguiendo protocolos diseñados para minimizar el estrés de los animales.

Cádiz y Huelva: su último refugio natural

Las aguas de Cádiz y Huelva mantienen unas condiciones que han permitido la supervivencia de la especie: temperaturas templadas, salinidad adecuada, fondos arenosos y disponibilidad de alimento. Sin embargo, estas características por sí solas no garantizan su futuro. Pese a que existe una mayor regulación pesquera, los niveles de protección actuales no son suficientes para garantizar la conservación del pez guitarra, que sigue en riesgo crítico.

Una posible vía de refuerzo es la cría en cautividad. Se está estudiando implantar un programa en varios acuarios españoles con el objetivo de aumentar la población y, en el futuro, reintroducir ejemplares en zonas protegidas. Pero esta estrategia aún se encuentra en una fase temprana. Por ahora, la prioridad sigue siendo evitar su desaparición en el medio natural.