Los peligros del ‘reto viral del verano’ de defecar en piscinas: “Es un riesgo real de enfermedades gastrointestinales causadas por bacterias”

El doctor Jorge Huerta Preciado expone en ‘Infobae España’ el problema de salud pública que supone nadar en agua contaminada por material fecal

Guardar
Piscina municipal de Barcelona. (David
Piscina municipal de Barcelona. (David Zorrakino / Europa Press)

El verano se ha estrenado en España con uno de los retos virales más absurdos: defecar en una piscina pública. Esta moda que circula por las redes desde 2018 ha provocado el cierre temporal de 300 piscinas municipales; las tres últimas, en Cataluña: Berga, Bellver de Cerdanya y Sant Joan de Vilatorrad.

Este acto tan desagradable como incívico obliga a la evacuación inmediata y al cierre de la piscina durante 24 o 48 horas, tiempo en el que tiene lugar el proceso para descontaminar el agua infectada por las heces. Además de una “broma” de mal gusto, que fastidia un día de descanso y de protegerse del calor del verano, este reto viral pone en riesgo la salud de los bañistas, especialmente la de los más pequeños cuyo sistema inmunológico es más vulnerable.

Más allá de la alteración y el cierre de las instalaciones, el doctor Jorge Huerta Preciado, especialista en Medicina familiar y miembro de Top Doctors, aboga en una entrevista con Infobae España por “poner el foco en las graves implicaciones para la salud pública”. Para el especialista, “es realmente preocupante y desagradable ver cómo un acto tan incívico como defecar en piscinas públicas se convierte en un reto viral”.

Nadar en agua contaminada con material fecal no es ninguna broma, aunque a algunos maleducados pueda parecérselo. De hecho, se trata de “un riesgo real de contraer enfermedades gastrointestinales causadas por bacterias como E. coli, Salmonella, Shigella o parásitos como Giardia y Cryptosporidium”. Como explica el también subcoordinador del equipo de Medicina Interna en la Clínica Mi Tres Torres y coordinador de Medicina Interna en el mismo centro, los síntomas de estas infecciones pueden ir desde diarreas, vómitos y dolor abdominal hasta fiebre.

La resistencia de las bacterias a los antibióticos mata más que los accidentes de tráfico en España.

Los niños, los más vulnerables

Entre todos los usuarios afectados por nadar entre heces, los niños son los más perjudicados. Esto se explica porque es muy común que, mientras juegan, traguen agua que puede estar infectada, lo que “los expone directamente a una mayor carga bacteriana y, por ende, a un riesgo mucho más elevado de enfermar gravemente“.

Además, su sistema inmunitario aún se encuentra en desarrollo, recuerda el doctor Huerta, que no alcanza la madurez hasta la adolescencia y que, por tanto, es menos eficaz a la hora de proteger al cuerpo frente a patógenos, virus y bacterias. A ello se le suma que pueden ser portadores asintomáticos de la enfermedad y propagar la infección a otros niños.

Ante esta situación, el especialista de Top Doctors explica que “es crucial entender que las piscinas no son inodoros”: “El cloro y otros desinfectantes ayudan, pero no son una solución instantánea ni todopoderosa frente a una contaminación fecal directa y abundante”, aclara a este medio.

Así, aunque ciertamente el cloro y demás desinfectantes son esenciales para mantener las piscinas limpias y seguras, no eliminan todos los riesgos. “La higiene personal de los bañistas y la responsabilidad cívica son la primera y más importante línea de defensa para prevenir la contaminación y asegurar que todos podamos disfrutar de un baño seguro y saludable”, concluye.