Las personas que vivieron en Reino Unido entre 1980 y 1996 podrán volver a donar sangre en España más de 25 años después de las “vacas locas”

Se estima que el riesgo actual de sufrir de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob por transmisión de un donante que haya sido paciente es inferior a menos de un millón

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Donante de sangre (Shutterstock)
Donante de sangre (Shutterstock)

España ha levantado la medida que prohibía a los residentes del Reino Unido de entre 1980 y 1996 donar sangre, una medida que llega 29 años después de la comúnmente llamada “enfermedad de las vacas locas” y que supone una actualización esencial para el Sistema Nacional para la Seguridad Transfusional (SNST). A raíz del dictamen favorable del Comité Científico para la Seguridad Transfusional, emitido el 18 de julio de 2025, el Ministerio de Sanidad ha adoptado oficialmente esta decisión.

La “enfermedad de las vacas locas” o encefalopatía espongiforme bovina (EEB) es una enfermedad neurológica mortal que afecta a las vacas adultas y que fue descrita por primera vez en 1986. No obstante, fue en 1996 cuando los científicos detectaron los primeros casos de la variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.

La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob la causaba el consumo de carne de vaca enfermas con EEB y provocaba un trastorno cerebral con síntomas parecidos al Alzheimer, “como si se reblandeciera el cerebro”, explica para Infobae España la doctora Cristina Arbona Castaño, portavoz de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia. En 1998, la Unión Europea propuso que la enfermedad fuera de declaración obligatoria, al considerarse la variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (vECJ) como transmisible a través de la sangre.

Sin embargo, la “enfermedad de las vacas locas” nunca llegó a ser la epidemia que tanto temían tanto la comunidad científica como la población general. “Se pensaba iba a haber una epidemia muy grande, pero han pasado muchos años desde entonces y para nada los modelos matemáticos se han cumplido”, aclara la que también es Directora del Centro de Transfusión de la Comunidad Valenciana. Así, apunta que el impacto de la epidemia ha sido “residual”.

Australia, como integrante de la Commonwealth y uno de los países más cercanos a Reino Unido, ha estimado que el riesgo actual de sufrir de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob por transmisión de un donante que haya sido paciente es inferior a menos de un millón y medio de productos fundidos. “El riesgo es prácticamente inexistente”, zanja.

Muestras de sangre (Shutterstock)
Muestras de sangre (Shutterstock)

Una importante pérdida de donantes

A pesar de que el dictamen del Comité Científico para la Seguridad Transfusional ha tenido lugar hace tan solo unos días, la recomendación favorable desde Sanidad existe desde mucho antes. Así, “se eliminan los criterios de exclusión por haber viajado o residido en zonas geográficas en las que se identificaron casos de EEB o vECJ”, así como “haber sido transfundido en zonas geográficas en las que se hayan identificado casos de EEB o vECJ”. Los casos en los que se mantiene la prohibición de donar sangre son aquellos en los que el paciente sufre de una variante genética.

En ciertos lugares de España como las Islas Baleares, el número de residentes británicos representa un considerable porcentaje de la población total. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en relación a 2022, 19.569 personas que viven en las Baleares han nacido en Reino Unido. Con esta prohibición, la comunidad balear “estaba perdiendo un número muy significativo de donantes”.

El doctor López Rosetti nos cuenta todo sobre los análisis de sangre y la importancia de ir al médico.

Aunque hace más de 30 años que España es autosuficiente en componentes sanguíneos destinados a transfusión, las donaciones tienden a bajar en verano, pero no la demanda. Puesto que la sangre no se puede guardar indefinidamente porque caduca (los glóbulos rojos se pueden almacenar hasta 42 días, mientras que las plaquetas solo 5 días), Sanidad recuerda la importancia de seguir donante en la época estival. Una extracción solo dura entre 10 y 15 minutos, el tiempo necesario para salvar tres o cuatro vidas.