Una entrenadora personal tiene problemas estomacales y los médicos le dicen que son hemorroides: a los 40 años, descubre que tenía cáncer de colon

La noticia fue difícil de procesar porque era una persona que comía de forma equilibrada, hacía ejercicio con regularidad, practicaba pilates y levantamiento de pesas, cuidaba su salud mental y espiritual, y acudía periódicamente al médico

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Una entrenadora personal tiene problemas
Una entrenadora personal tiene problemas estomacales y los médicos le dicen que son hemorroides (Montaje Infobae, Pexels, FB:Tracy Robert)

Tracy Robert, entrenadora personal y nutricionista, jamás imaginó que los síntomas gastrointestinales que padecía desde hacía años eran señales de un cáncer colorrectal. Su diagnóstico, recibido a los 40 años, llegó tras un largo historial de consultas médicas, pruebas sin conclusiones claras y diagnósticos erróneos. Hoy, con 50 años y en remisión, ha convertido su experiencia en una plataforma para concienciar sobre una enfermedad cuyo diagnóstico en personas menores de 50 años va en aumento.

El momento en que recibió la noticia fue tan inesperado como desconcertante. Estaba en una sesión con su fisioterapeuta cuando decidió poner en altavoz la llamada del médico. Acababa de realizarse una colonoscopia y pensaba que el dolor abdominal que sentía se debía a una lesión muscular. “Mi corazón late, late, late”, relató a Business Insider al recordar cómo la invadió el miedo. Por ello, salió de la consulta y condujo hasta un parque, donde se quedó en el coche, inmóvil. “¿Lloro? ¿Llamo a alguien? ¿Qué hago?”, pensó.

Semanas después, le diagnosticaron un cáncer colorrectal en estadio 2B a 3A, lo que implicaba que el tumor se había extendido más allá del colon. Como madre de tres hijos y defensora de un estilo de vida saludable, la noticia fue difícil de procesar. Robert comía de forma equilibrada, hacía ejercicio con regularidad, practicaba pilates y levantamiento de pesas, cuidaba su salud mental y espiritual, y acudía periódicamente al médico. Además, cultivaba su propio huerto, evitaba productos con microplásticos y preparaba alimentos naturales. Lo único que le dijeron los doctores, al recibir el diagnóstico del síndrome del intestino irritable a los 20 años, era que comiera más fibra.

“Estaba buscando algo, pero también sentía que no había respuestas ni direcciones reales”

Una entrenadora personal tiene problemas
Una entrenadora personal tiene problemas estomacales y los médicos le dicen que son hemorroides (Montaje Infobae, FB:Tracy Robert)

Durante años, sus síntomas —hinchazón, sangrado rectal y molestias digestivas— fueron atribuidos al síndrome del intestino irritable y a unas hemorroides internas diagnosticadas durante su primer embarazo. “La verdad es que ni siquiera pensé en cáncer”, reconoce. Cuando comenzó a sangrar con frecuencia al ir al baño, temió tener celiaquía o colitis ulcerosa. De este modo, dejó el café, inició una depuración de 30 días y consultó a médicos generales y alergólogos. “Estaba buscando algo, pero también sentía que no había respuestas ni direcciones reales”, afirma. Y es que, sus análisis eran normales y no tenía antecedentes familiares de cáncer, lo que llevó a sus médicos a descartar causas más graves.

No fue hasta que consiguió una cita con un gastroenterólogo en 2015 que se programó una colonoscopia. Así, lo que parecía ser una revisión de precaución reveló la presencia de pólipos sospechosos. En ese momento, la derivaron a un cirujano colorrectal y fue sometida a nuevas pruebas, incluida una resonancia magnética. Después de esta última exploración cuando le confirmaron que tenía cáncer de colon.

Sin duda, uno de los momentos más difíciles para Robert fue aceptar que necesitaría una colostomía: “Sentí que perdí mi atractivo, que perdí mi inocencia”, confesaba antes de explicar que “eso me sumió en un profundo dolor de cabeza”. Además, tras consultar su caso con cuatro médicos, dio con un especialista que la confirmó que debía someterse a cirugía y quimioterapia. Como profesional de la salud, le preocupaba la percepción que sus clientes y conocidos tendrían de ella: “Sentí mucha vergüenza y me pregunté: ‘¿Qué hice mal?’”, recuerda.

Además, la adaptación a la “bolsa de colostomía” coincidió con un momento familiar complejo. Sus hijos, de siete y nueve años en ese entonces, se aferraron a ella y dejaron de querer dormir en camas separadas. Mientras intentaba sobrellevar la quimioterapia, a su marido le diagnosticaron una enfermedad neurológica rara, lo que obligó a Robert a asumir tareas de cuidado antes de recuperarse por completo. Sin emabrgo, ella ha afirmado con claridad que eso no habría pasado “si los profesionales médicos me hubieran examinado antes y se hubieran tomado en serio mis síntomas y preocupaciones”.

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La carga emocional se acumuló y su matrimonio pasó por una separación de dos años antes de recomponerse. A pesar de todo, Robert no completó el tratamiento completo de quimioterapia. “Me dijeron que mi cáncer había llegado a la etapa cero y que la quimioterapia era demasiado dura para mi cuerpo”, explica. Por ello, decidió interrumpirla antes de lo previsto. Una década después, está libre de cáncer y utiliza las redes sociales, como TikTok, para compartir su experiencia y advertir sobre los diagnósticos tardíos. “Desafortunadamente, siento que está recibiendo más atención porque se diagnostica a más jóvenes”, afirma.

Según estudios recientes, la incidencia del cáncer colorrectal en adultos menores de 50 años ha aumentado significativamente en más de 27 países. Robert ha encontrado un propósito en su testimonio. Recuerda haber crecido viendo a Oprah entrevistar a personas que superaron tragedias. “Me di cuenta de que puedo estar muy agradecida porque, incluso cuando las cosas no van bien, es un regalo que se transforma en algo para otra persona”, reflexiona. De esta manera, “si puedo mantener esa perspectiva, la vida es hermosa”. Aunque se encuentra en remisión, admite que el miedo a una recaída persiste. “Creo que siempre estará ahí, pero también creo que puede ser el catalizador que te impulsa a seguir adelante”, ha concluido.