Cuál es la diferencia entre los síntomas de una alergia y un resfriado

Ambas dolencias son completamente diferentes en cuanto a su origen, duración, evolución y tratamiento

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Una mujer con congestión nasal
Una mujer con congestión nasal (AdobeStock)

Aunque hay personas que sufren de alergia durante todo el año, es en la época estival cuando muchos experimentan los molestos síntomas de estornudos y congestión. Sin embargo, esta sintomatología también puede responder a un resfriado a causa de los cambios de temperatura propios de la primavera.

Ambas dolencias, aunque comparten múltiples síntomas, son completamente diferentes en cuanto a su origen, duración y evolución, por lo que su tratamiento también es distinto. Por ello, es importante saber reconocerlas y distinguirlas para recibir la medicación adecuada y evitar automedicaciones innecesarias.

La principal diferencia entre la alergia y el resfriado radica en la causa de cada afección, aclara la Clínica Mayo. Mientras que el resfriado es una infección provocada por un virus altamente contagiosa que se transmite a través del contacto directo con personas enfermas o superficies contaminadas, la alergia no está causada por un virus ni por una bacteria. Se trata de una reacción exagerada del sistema inmunológico frente a sustancias inofensivas llamadas alérgenos, como el polen, el polvo, los ácaros, el moho o la caspa de animales.

Síntomas que diferencian la alergia y el resfriado

Otra de las diferencias más importantes entre ambos trastornos es la duración de los síntomas. El resfriado suele durar entre tres y diez días, aunque en algunos casos puede extenderse un poco más si hay una complicación, como una infección bacteriana secundaria. Las alergias, en cambio, pueden durar semanas, meses o incluso todo el año, si la persona está constantemente expuesta al alérgeno. De hecho, hay alergias estacionales —como las producidas por el polen— y otras que son persistentes, como las generadas por el polvo doméstico o el pelo de mascotas.

El inicio de los síntomas también puede ayudar a diferenciarlas. El resfriado comienza de forma gradual. Primero aparece una leve molestia en la garganta, luego se suma la congestión nasal, la tos y, en ocasiones, fiebre. En cambio, los síntomas de la alergia suelen presentarse repentinamente, justo después de la exposición al alérgeno. Basta con estar unos minutos en contacto con el desencadenante para que aparezcan estornudos, secreción nasal acuosa y picazón en ojos, nariz y garganta.

El tipo de secreción nasal es otro indicio útil, ya que en los resfriados, la mucosidad suele ser espesa y de color amarillento o verdoso, lo que indica la respuesta del cuerpo a una infección. En las alergias, en cambio, la secreción es clara y líquida, sin otros signos de infección. Además, los ojos llorosos, rojos y con picazón son mucho más comunes en las alergias que en los resfriados.

La presencia o ausencia de fiebre también marca una diferencia significativa, explica la Clínica Mayo. El resfriado puede estar acompañado de fiebre leve, dolor de cabeza, cansancio o dolores musculares. Estos síntomas generales no se presentan en las alergias, que rara vez afectan al estado general del paciente. Las personas con alergias suelen seguir su rutina diaria sin sentir debilidad física, aunque sí pueden sentirse cansadas a raíz del tratamiento.

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En cuanto al tratamiento, los resfriados no tienen una cura específica y tienden a resolverse solos. Los médicos recomiendan descansar, tomar abundantes líquidos, y usar medicamentos como analgésicos o descongestionantes para aliviar los síntomas. Por su parte, las alergias se tratan con antihistamínicos, aerosoles nasales con corticoesteroides o incluso con inmunoterapia en casos muy graves. Lo más importante es evitar el contacto con el alérgeno, algo que a veces resulta difícil, sobre todo cuando se trata del polen o del polvo.