Cáncer de hígado: las dos señales a las que tienes que estar pendiente en el baño

Según la zona del hígado en la que se encuentre el tumor, las consecuencias y hasta los síntomas pueden variar

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Un doctor muestra un modelo
Un doctor muestra un modelo de hígado (Shutterstock)

Especialistas en el Reino Unido están preocupados por el aumento del colangiocarcinoma, según publica el medio especializado Doctissimo. Este cáncer especialmente agresivo de las vías biliares por donde se trasportan la bilis está aumentando, a pesar de que sigue siendo poco frecuente. “La prevalencia es del orden de 1 a 2 personas por cada 100.000 habitantes”, explica el profesor Jean-Frédéric Blanc, jefe del servicio de oncología digestiva del Hospital Universitario de Burdeos.

El colangiocarcinoma es un cáncer que afecta a los conductos que unen el hígado, la vesícula biliar y el intestino. “Los primeros signos de la enfermedad aparecen en el retrete”, según explican expertos de la organización benéfica Liver Cancer UK en el Daily Mail. Entre ellos se incluyen una orina anormalmente oscura y heces pálidas.

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Además, según el especialista, “también puede haber un cambio en el estado general, que puede o no ir asociado a dolor”. El diagnóstico puede retrasarse cuando el tumor obstruye los conductos biliares, ya que impide que la bilis fluya correctamente y provoca una acumulación.

Una enfermedad polifacética y puede que silenciosa

El colangiocarcinoma presenta tres formas distintas, con orígenes y síntomas diversos. Esto depende de la localización donde esté situado. “Cuando el tumor se localiza en los grandes conductos biliares, y en particular en el conducto biliar principal, se denomina colangiocarcinoma extrahepático”, explica el Prof. Blanc. “Debido a la proliferación de parásitos en determinadas zonas geográficas, la prevalencia de este tipo de cáncer es mayor en los países del sudeste asiático, por ejemplo”, añade.

Otra forma afecta a la unión de los conductos biliares al final del hígado, este se conoce como perihiliar. “A menudo vemos casos de colangitis esclerosante primaria, una enfermedad autoinmune que causa estenosis de los conductos biliares de mediano o gran calibre”, explica el especialista.

Por último, el colangiocarcinoma intrahepático ataca directamente a los conductos biliares pequeños que se encuentra en el interior del hígado. “A menudo es secundario a enfermedades hepáticas como la cirrosis, la hepatitis vírica, el síndrome metabólico o la obesidad”, según el Prof. Blanc. En esta última forma, los síntomas son aún más discretos, según el medio especializado francés.

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Imagen en la que un especialista muestra una imagen del hígado. (Shutterstock)

Tratamientos complejos para un diagnóstico a menudo tardío

A pesar de los avances médicos, el colangiocarcinoma sigue siendo muy difícil de tratar. El diagnóstico se basa en pruebas de como ecografías, TAC o resonancias magnéticas. En caso de sospechar el diagnóstico, se deberá llevar a cabo una biopsia para confirmar la naturaleza del tumor. “En el 50 ó 60% de los casos, el diagnóstico se hace demasiado tarde para plantearse un tratamiento”, afirma el profesor Blanc.

Cuando el tumor es operable, la cirugía sigue siendo la principal medida. “La cirugía sólo es factible en el 20% de los casos, y puede ser extremadamente compleja, sobre todo cuando el tumor está situado a la salida del hígado”, subraya el especialista. Tras la intervención, la mayoría de los pacientes reciben quimioterapia oral durante 24 semanas para evitar recaídas, según información publicada en el medio especializado mencionado anteriormente.