
Uno de cada cinco hombres en España sufre disfunción eréctil, entendiéndose esta como la dificultad para alcanzar o mantener la erección para lograr una relación sexual satisfactoria. Del total de casos, el 80% responde a un origen psicológico. Son datos de la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (ASESA), y que revelan una de las condiciones médicas más frecuentes de los hombres y, al mismo tiempo, más silenciadas.
Nayara Malnero, psicóloga y sexóloga, ha lanzado el primer método patentado para resolver los problemas de erección y mejorar no solo la vida sexual de los varones, sino también su autoestima. En una reciente sesión impartida en directo sobre cómo acabar con los problemas de erección, Malnero tuvo una asistencia de 3.000 hombres.

-Pregunta: El 80% de los casos de problemas de erección tiene un origen psicológico. ¿Por qué un problema de salud mental puede afectar a la salud sexual?
-Respuesta: ¿Considerar que algo es psicológico es un problema mental? ¿La ansiedad, las inseguridades, los miedos, la autoexigencia... son problemas de salud mental o son cuestiones que nos afectan a todos y a todas en distintos ámbitos de nuestra vida? Yo diría que son cuestiones que nos afectan a todos, no son problemas de salud mental. Simplemente, son dificultades a las que nos enfrentamos los seres humanos y que nos afectan.
Cuando uno está nervioso porque está aprendiendo a conducir, el simple hecho de estar más nervioso hace que sea más torpe, no solo porque no sepa. Puede ser un conductor muy experimentado, pero si te pones nervioso en una situación vas a meter la pata. Lo mismo ocurre a nivel de erección y con cualquier otra problemática íntima. Cuando entra la ansiedad por la puerta, el placer sale por la otra y, más aún, el rendimiento.
La erección, además, es súper sensible a todo lo que tenga que ver con el estrés, el cansancio, la presión. Cuando un hombre está estresado, cuando tiene ansiedad o cuando tiene miedo, su erección no funciona, porque esta funciona cuando uno está pasándolo bien, es una reacción del cuerpo ante un estímulo sexual placentero. Así que, si estamos nerviosos, la situación no es muy placentera.
-P: Entre 1,5 y 2 millones de hombres en España padecen disfunción eréctil. Sin embargo, parece que hoy día sigue siendo tabú. ¿Cree que no hemos superado la vergüenza a hablar de sexo y sus complicaciones tanto como la sociedad piensa?
-R: Es un tabú porque hablar de inseguridades en los hombres es un tabú, siempre lo ha sido, y más aún en el terreno sexual, donde ya nos cuesta muchísimo hablar de esto. Sin embargo, en este momento tengo unos 2.000 hombres en comunidades de WhatsApp hablando y compartiendo información entre ellos y conmigo, y contando cómo el área que más les afecta de sus problemas íntimos son con relación a la erección. ¿Qué necesitan estos hombres? Espacios en los que compartir, espacios seguros donde no se juzguen entre ellos, y ahí las responsabilidades de cada uno, empezando por nosotros mismos.
Pero es que, muchas veces, el médico, el sistema de salud o la educación tampoco son un espacio seguro para ellos, porque vas al médico y muchas veces no te escuchan, solo te medican. Los profesionales no tienen formación en esta área, la sexualidad es lo último que preocupa en el sistema de salud.
-P: ¿Pesa más el tabú de las disfunciones sexuales en los hombres que en las mujeres?
-R: Nosotras somos más capaces de hablar entre nosotras de estos problemas, de que nos cuesta llegar al orgasmo, de que no tenemos ganas, de que nos duele… Los hombres, generalmente, no hablan entre ellos de esto (ni de ningún problema emocional). Esta es la diferencia educacional que quizás algún día romperemos.
Sin embargo, a la hora de pedir ayuda, los hombres la piden muchísimo antes. Muchas veces atiendo en consulta a hombres que no tienen un problema como tal, simplemente han tenido un día un atasco o están excesivamente preocupados, pero no hay un problema grave. Y las mujeres se permiten el lujo de esperar años de no estar disfrutando de su vida íntima, de estar sufriendo por molestias, antes de buscar ayuda.
-P: ¿En qué consiste su método para abordar los problemas de erección?
-R: El método se llama PAE, Programa de Alta Efectividad. Es una metodología de unos tres meses de trabajo (aunque cada chico puede trabajar a su ritmo), que está patentada y todos los chicos mejoran su erección. Funciona con tres pilares de trabajo: la parte física (sin medicaciones, obviamente); la parte mental, más psicológica; y la parte relacional, tanto para los chicos que tienen pareja estable como para los que no.
Trabajamos con los tres pilares en paralelo y los chicos entran en una plataforma donde tienen colgados retos semanales y todos los contenidos para ir teniendo tareas semana a semana. Esto se va intercalando con sesiones personalizadas con un terapeuta experto en problemas de erección, y en nuestra metodología, para asegurarnos de poder personalizar el tratamiento.
Son contenidos que se quedan en la plataforma para toda la vida. Esto es muy interesante, sobre todo en la parte de pareja, porque la vida cambia y hay un momento en el que se dividen los contenidos por los chicos que no tienen pareja estable y se tienen que enfrentar a todas esas inseguridades de una pareja nueva: qué pasará, qué pensará de mí, cómo voy a funcionar… y los chicos que sí tienen pareja estable, que pueden hacer ejercicios en pareja súper divertidos y terapéuticos.
-P: ¿Cuál es el perfil del paciente que sufre problemas de erección?
-R: Si bien el perfil del paciente con problemas de erección, antes, era un hombre más mayor que generalmente ya tenía alguna patología física u hombres que empezaban a tener alguna dificultad y se preocupaban, cada vez está bajando más la edad. Tengo hombres de todo tipo en consulta, la media está entre los 35 y los 50 años de edad y, por supuesto, tengo hombres muy mayores, hasta de 80 años, que encuentran solución sin medicación. Esto es muy importante.
Cada vez tengo chicos más jóvenes y algunos que los traen sus padres a consulta. Esto sucede porque, hoy por hoy, la pornografía, la autoexigencia, todos los roles y toda la presión hacen que se empiecen a preocupar antes. Les genera ansiedad, quieren rendir, estar a la altura y no lo están porque son niños experimentando sus primeras relaciones.
-P: ¿Cuál debe ser el papel de la pareja (si la tiene) ante esta condición?
-R: Esta pregunta es interesante porque, muchas veces, la pareja se ve descolocada, no sabe por qué ocurre. A veces los hombres tampoco se comunican mucho con la pareja y, entonces, ella se encuentra un poco perdida… El papel de la pareja tiene que ser comprensivo, pero activo.
Desde luego, nada de presionar, nada de hacerle sentir culpable porque no lo hace a propósito… No es positivo decir “es porque no te gusto”. Creo que tenemos que superar eso ya. Cada uno está con quien quiere porque quiere, pero sí que es cierto que tiene que ser activo y tiene que buscar ayuda, porque en ocasiones es el hombre al que le da vergüenza pedir ayuda, el que no sabe qué hacer y, a lo mejor, es la pareja la que dice “venga, vamos juntos a buscar esa solución”.
Además, la parte buena es que la terapia sexual hace que, si hay pareja, se incluya a esa pareja, y los ejercicios terapéuticos son muy divertidos, muy agradables y generan una conexión única al margen de lo sexual. Es muy probable que después de una dificultad íntima en este sentido, al final la pareja acabe muchísimo mejor de lo que empezó.
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