Un matrimonio de jubilados no puede acceder a su casa porque los vecinos han puesto dos rocas gigantes que bloquean el camino

El alcalde del pueblo asegura estar “impotente” ante la disputa, pero quiere sentar a las partes involucradas para tratar el asunto

Guardar
Un matrimonio de jubilados es
Un matrimonio de jubilados es incapaz de entrar en su casa debido a dos grandes rocas que bloquean el camino. (Adobe Sotck)

Una pareja de jubilados de Avène (sur de Francia), se enfrenta desde finales de abril de 2025 a una situación que describen como un “infierno”. La entrada a su casa, situada en una zona remota y rodeada de terrenos privados, está bloqueada por grandes rocas colocadas aparentemente por los vecinos.

También puedes seguirnos en nuestro canal de WhatsApp y en Facebook

“Tenemos que llevar la compra en carretilla”

El matrimonio llegó a esta casa, enclavada en la ladera junto a un arroyo, hace más de 25 años. “En aquel momento, nos enamoramos de esta casa en la ladera. Durante 15 años, todo fue bien”, ha explicado Jan, originario de Holanda, al medio francés France Bleu.

Sin embargo, en la última década la situación ha ido empeorando. La pareja vivía con dificultades previas al bloqueo, pero desde el 27 de abril se ha visto imposibilitada para acceder en coche o acercar su caravana.

Su vivienda, construida tras la Segunda Guerra Mundial sin permiso de obra (antes era una simple cabaña), está rodeada por parcelas privadas cuyos propietarios ahora bloquean tres puntos de acceso con rocas de varios cientos de kilos y una puerta metálica. “Esto es pura y simple mezquindad”, ha afirmado Jan al medio francés France Blue.

La imposibilidad de acceder en vehículo o aparcar cerca de su propiedad obliga a Jan, de 82 años, y a su esposa, de 80, a transportar la compra en una carretilla, complicando aún más su vida diaria.

Además, su mujer, quien tiene problemas de movilidad, se ve especialmente afectada. “Mi madre tiene dificultades para desplazarse… Nunca había visto a mi padre tan cansado en su vida”, ha subrayado Julie, hija de la pareja.

El pueblo de Avène, al
El pueblo de Avène, al sur de Francia, se sitúa en la ladera de una montaña que rodea el río Orb. (Imagen: Página Web)

Una situación insostenible y sin respuesta municipal

El ayuntamiento de Avène, liderado por el alcalde Serge Castan, ha asegurado estar “impotente” ante la disputa. Castan ha reconocido que el problema de acceso es antiguo y que “los propietarios de las parcelas no quieren que nadie pase por sus tierras”.

No obstante, ha recordado que “los derechos de propiedad son derechos de propiedad”, sin ofrecer una solución inmediata.

La ley francesa establece que cuando una vivienda queda enclavada sin acceso público (lo que se denomina “sin salida al mar”) se genera un derecho automático de paso para sus propietarios. No obstante, en este caso la justicia ha desestimado el recurso presentado por la pareja debido a defectos de procedimiento, dado que no todos los propietarios afectados fueron incluidos en la demanda.

Ahora, el proceso legal debe reiniciarse, lo que prolongará la resolución del conflicto. Por su parte, el alcalde ha expresado su intención de convocar a todas las partes involucradas para buscar una solución conjunta, aunque hasta ahora no se ha alcanzado ningún acuerdo.

Los 5 pueblos de invierno más bonitos de Europa: de los Pirineos aragoneses a los impresionantes paisajes de los Alpes.

La amenaza de una tragedia

Además del bloqueo físico, esta situación representa un riesgo para la seguridad del matrimonio. Los accesos son ahora inaccesibles para bomberos, ambulancias y otros servicios de emergencia, lo que agrava la vulnerabilidad de la pareja.

“¿Qué pasará mañana si ocurre una tragedia?”, ha expresado Julie, que incluso bromea con la idea de sacarse la licencia de piloto de helicóptero para visitar a sus padres.

Desde la familia han enviado cartas al prefecto de Hérault, al fiscal de Béziers y a dos diputados nacionales, sin obtener respuesta. “Estamos consternados. Es un callejón sin salida. Ya no sabemos qué hacer”, ha dicho Julie.

Jan y su esposa pasan seis meses al año en este “pequeño paraíso”, mientras que el resto del tiempo viven en la región del Var. Sin embargo, el bloqueo y el aislamiento han convertido un lugar deseado en una carga cotidiana.

Ante la falta de avances y la prolongación del conflicto, la pareja se plantea vender la propiedad que durante años consideraron su hogar, un lugar al que solo podían acceder tras atravesar un puente que, en épocas de fuertes lluvias, puede quedar sumergido.