Ocho adolescentes de Madrid desafían el mar helado y salvan una vida en Irlanda: “El agua estaba tan fría que te rompía los pulmones”

Ocho adolescentes madrileños saltaron al mar de Bray para salvar a una mujer en apuros, mientras curiosos grababan la escena en vez de ayudar: “Nos sorprendía que nadie hiciera nada”

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Ocho adolescentes de Parla (Madrid)
Ocho adolescentes de Parla (Madrid) salvan una vida en Irlanda (IES HUMANEJOS, rawpixel)

En la localidad costera de Bray, en el condado de Wicklow, Irlanda, el rescate de una mujer que permanecía inmóvil en el agua cerca del paseo marítimo tuvo como protagonistas a ocho estudiantes de Parla, al sur de Madrid.

El suceso ocurrió en la última tarde de una estancia de intercambio escolar. Un grupo de alumnos del IES Humanejos, de entre 15 y 16 años, estaba a punto de despedirse de Irlanda tras una semana de viaje. Fue en ese momento, en el paseo marítimo de Bray, cuando uno de ellos vio cómo una mujer permanecía durante una eternidad boca abajo. Según compartieron con El País, el grupo pensó en un primer momento que buceaba, pero la ropa y la ausencia de movimientos despertaron la alarma.

Los estudiantes reaccionaron ante la pasividad del resto

“Nos sorprendía que nadie hiciera nada, como si fuera normal, pero seguía sin moverse, así que decidimos meternos al mar y entrar a por ella”, relatan Ainhoa Gil y Ángela Gomes, ambas de 15 años. Dos compañeros la aferraron de los brazos, mientras otros ayudaban con las piernas. El mar, frío como un cuchillo y agitado por las corrientes, no puso las cosas fáciles. “Intentábamos arrastrarla, pero era una mujer grande y el agua estaba tan fría que te rompía los pulmones”, resume Samara Rodríguez.

Sucedió en Bray, Irlanda (Wikimedia
Sucedió en Bray, Irlanda (Wikimedia Commons)

El reloj marcaba el final del día y, finalmente, entre caídas y golpes contra las rocas, lograron llevar a la mujer a la orilla y evitar su ahogamiento. Ya en la playa comenzaron las maniobras de reanimación. Boca a boca, presión sobre el abdomen, repetición incansable del ciclo, hasta que en el tercer intento la mujer recobró la conciencia. Su amiga, que también se encontraba en apuros, se recuperaba del susto en tierra firme.

Todo esto sucedía ante la mirada de decenas de curiosos, móviles en mano, que grababan la escena pero evitaban implicarse. “Lo que más me indignó fue ver a la gente grabándonos, pero nadie ayudaba”, apunta Ainhoa, que aún utiliza muletas por el golpe en la rodilla que sufrió durante el rescate. “Así es hoy”, comenta Sofia Szmuc, “la gente no ayuda, prefieren grabar y que otro haga el trabajo duro, pero luego sí que tienen tiempo para subir los vídeos a las redes”.

The Journal, periódico irlandés, recogía la noticia al día siguiente: “Una mujer fue trasladada al hospital después de que ella y otra mujer tuvieran problemas mientras nadaban en el paseo marítimo de Bray. Se sabe que estudiantes españoles rescataron a ambas mujeres del agua, lesionándose en el proceso”. El relato oficial coincide con el testimonio de los adolescentes, todos estudiantes de Parla, un municipio conocido por la desigualdad socioeconómica y, últimamente, por su alta tasa de criminalidad. Pero esta vez, el nombre de Parla sale en los medios como ejemplo de solidaridad y valentía juvenil.

El propio director del IES Humanejos, Iván Morales, no escatimó con sus palabras: “Estos chicos han dado una lección y un ejemplo. Dicen que los adolescentes no se implican y estos chicos no dudaron en lanzarse al agua para salvar a una persona en un país que no es el suyo”. El Ayuntamiento de Parla, a través de su concejalía de cultura, prepara un acto de homenaje para los jóvenes rescatadores.