
Los futuros pilotos del Ejército del Aire y del Espacio aprenderán a combatir en aviones de diseño turco. Este miércoles, en el último día de la Feria de Defensa y Seguridad (Feindef), 16 empresas del sector nacional de la defensa, bajo el liderazgo de Airbus, han sellado un acuerdo con Turkish Aerospace (TAI) para "identificar y desarrollar" oportunidades de colaboración en el programa industrial que busca reemplazar los F-5M, las actuales aeronaves de adiestramiento de los aviadores de combate españoles.
La intención última, de acuerdo al plan del Ministerio de Defensa, es el desarrollo nacional de una nueva aeronave en base al Hürjet, un avión de entrenamiento supersónico de reacción, monomotor y biplaza, que cuenta con capacidades avanzadas. La idea, según explican desde la fuerza aérea española, es obtener la autoridad de diseño por parte de TAI y aprovechar la experiencia de Airbus para obtener un sistema que responda a las necesidades del Ejército del Aire.
De esta manera, con la nacionalización del Hürjet, se pretende fortalecer a la industria local, reforzar los lazos en materia de defensa entre España y Turquía y hacer frente a los retos que plantea la creciente demanda operativa de aviones de entrenamiento modernos. La previsión del Ejército es que las primeras unidades, que se fabricarán completamente en Turquía, lleguen al país a finales de 2028, momento en el que comenzará una transición entre plataformas que concluirá, hacia finales de esta década, con la baja definitiva de los cazas F-5M, que acumulan medio siglo de operaciones.
En este sentido, de acuerdo al plan industrial presentado por el Gobierno español para cumplir con el 2% del PIB en gasto militar este mismo año, este proyecto está dotado de un presupuesto inicial de 275 millones de euros, con los que se pretende adquirir entre 28 y 30 aviones. Las empresas que participarán en el programa, además de Airbus, son Aciturri, Aernova, Aertec, Airbus, Airtificial, Amper, Centum, Cesa, Clue, GMV, Grabysur, Indra, ITP, Grupo Oesía, Orbital y Sener.
La industria militar turca
Como miembro de la OTAN, desde 1952, Turquía ha construido todo su sistema de defensa basándose en la estructura de seguridad del Atlántico Norte. Desde finales de la década de 1960 y, más aún, con la invasión de Chipre en 1974 y los consecuentes embargos de armas y sanciones, el país comenzó a trabajar para lograr una autosuficiencia en el sector de la defensa.
En los últimos 20 años, con la participación del sector privado en estas iniciativas lideradas por el Estado, las exportaciones de armas de Turquía aumentaron un 106% del período 2014-2018 al período 2019-2023, de acuerdo al Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés). La industria de defensa turca ha reducido su dependencia de proveedores extranjeros, aumentando su autosuficiencia en productos de defensa, lo que ha convertido al país en un exportador mundial de armas en rápido crecimiento.
Las tres empresas armamentísticas más importantes de Turquía figuran entre los 100 productores de armas más grandes del mundo y escalan a gran velocidad en la clasificación año tras año. Aselsan, en el puesto 54, responde principalmente a las necesidades de las Fuerzas Armadas turcas; mientras que Baykar (69) y la ya mencionada TAI (78) están centradas en la exportación. En este sentido, según el SIPRI, la participación del país en las exportaciones de armamento a nivel mundial aumentó del 0,7% al 1,6% entre los últimos dos lustros, lo que ha convertido a Turquía en el 11º mayor vendedor de armas del planeta.