
Tras casi toda una vida ligado a los focos y las cámaras, Jordi González llevaba cinco meses alejado de la televisión. Por entonces, salió a la luz que se encontraba ingresado de gravedad en Colombia, donde sufrió un percance en su salud mientras disfrutaba de sus vacaciones. Sin embargo, no trascendieron más detalles acerca de su diagnóstico y mucho menos de la enfermedad por la que tuvo que dejar a un lado su gran pasión. Ahora, el presentador de televisión revela a Semana, este miércoles, 14 de mayo, todos los detalles de su paso por el centro médico.
Al margen de sus seres queridos y su entorno cercano, nadie podía presagiar el infierno que se encontraba atravesando el catalán. De acuerdo con la información que el comunicador cuenta a la revista del corazón, pasó tres semanas en coma y dos meses en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). “Los médicos me han salvado la vida”, detalla a la publicación, agradeciendo el esfuerzo que han realizado los sanitarios con su percance de salud.
A juzgar por sus palabras, González ha estado atravesando un auténtico calvario. “He estado a punto de morir”, reconoce a Semana, desde la tranquilidad de haberse recuperado. El entorno del periodista fue quien comenzó a aportar nuevos datos sobre su estado, aunque, eso sí, de forma milimetrada. Las nuevas informaciones dejaron entrever que su ausencia de la pequeña pantalla no había sido fruto de un “trancazo”, como Jordi explicó a sus seguidores en un primer momento tras su ausencia en D Corazón.

Y es que a su ingreso hospitalario en Colombia se sumó su hospitalización en un centro de Madrid. A sus 62 años, Jordi González pensaba que no lo contaba. “Estoy bien. Ahora estoy bien, pero he estado muy mal, verdaderamente mal…“, cuenta a la revista del corazón. ”Los médicos llegaron a darme por perdido. Nos dijeron que estaban convencidos de que no salía. Hasta en dos ocasiones dijeron que se avisara a mi familia para que se despidieran de mí“, revela en la entrevista.
“Estaba saturando muy poco oxígeno en la sangre. Tenía también fiebre alta, pero la oxigenación en sangre era extremadamente baja. De hecho, yo no recuerdo muchas cosas de aquellos días y luego me explicaron que era porque el oxígeno no me llegaba correctamente al cerebro”, indica el de Barcelona, quien agrega que todo se debió a una infección contraída y que los médicos “no lograban identificar”.
La enfermedad de Jordi González: bronconeumonía bilateral
La situación que atravesaba el comunicador catalán era tal que su cuerpo no reaccionaba a los antibióticos, por lo que los médicos tomaron la decisión de inducirle al coma. “Cuando me despertaron es porque ya habían conseguido estabilizarme. Aun así, llevaba sondas por todo el cuerpo”, admite el entrevistado a Semana, revelando que padecía una bronconeumonía bilateral. “Es la enfermedad que ha matado al Papa Francisco, agravada por una crisis renal. Es un diagnóstico con claro índice de mortalidad”.
"Durante un tiempo tenía pesadillas todas las noches con lo que me ha ocurrido. Ahora veo mi vida de otra manera. Me han cambiado las prioridades. Me voy a dar prioridad a mí mismo. Voy a ser menos González y más Jordi. Me ha encantado notar el cariño de la gente", señala el presentador, ya desde la tranquilidad del hogar, que reconoce que, tras el momento vivido, su vida ha dado un vuelco de 180 grados.