
Por mucho que nos guste salir a comer con amigos y familiares, las quedadas en grandes grupos siempre enfrentan el mismo problema: el pago de la cuenta. La creación de Bizum ha facilitado mucho la tarea, pero siempre queda la duda de cuál es la mejor estrategia para afrontar la factura final.
El matemático Eduardo Sáenz de Cabezón lo tiene claro: en un restaurante, él siempre optará por que cada uno de los comensales pague lo suyo. Es la opción que da más comederos de cabeza y requiere de más uso de calculadora, motivo por el que muchos la rechazan y prefieren dividir el importe a partes iguales, pero Sáenz de Cabezón sabe que lo más barato siempre es hacerse cargo de lo propio.
Sáenz de Cabezónacudió al podcast de Jordi Wild, The Wild Project, uno de los programas más escuchados de España, para hablar de los misterios de las matemáticas. Durante la conversación, fue clave el debate sobre cómo pagar la cuenta. Según ha explicado el profesor de la Universidad de La Rioja, un experimento realizado en Estados Unidos demostró hace años cuál era la opción más económica, con diferencias de hasta un 31% en el precio final según se eligiese una u otra.
Que cada uno pague lo suyo

La explicación de Sáenz deCabezón se basa en un artículo publicado en 2004 por los especialistas en teoría de juegos Uri Gneezy, Ernan Haruvy y Hadas Yaf, que abordaron el conocido como “Dilema de la cena” o Unscrupulous dinner dilema. En el experimento, reunieron tres grupos de seis personas, sentados en tres mesas diferentes, todas con un mismo menú y carta, sin limitación de qué podían elegir. A cada uno se le dio una forma de pagar la cuenta: los primeros debían pagar individualmente lo que consumiese cada uno, los segundos debían dividir la cuenta a partes iguales y los terceros serían invitados por la organización.
Las primeras pagaron de media 37 dólares por persona, unos 33 euros; mientras que las segundas pagaron de media 51 dólares por comensal (45,90 euros), es decir, un 30% más. La tercera mesa, que era el grupo de control, terminó con una cuenta de 80 euros por persona. “Se vino arriba”, ha valorado el matemático.
La explicación para tan grande diferencia de precio es sencilla, según Sáenz de Cabezón. “Tengo entrecot y chuletón, el entrecot vale 10 euros y el chuletón vale 20. Pero estamos ocho. Si yo me pido el chuletón, al final es un euro y pico más cada uno, por un euro y pico más me pido el chuletón. Vale, pues con cuatro o cinco que hagan eso, ya pagamos todos seis euros”, ha dicho.
“El daño se reparte y el beneficio no se reparte. El beneficio es para ti todo, pero el daño, el precio, se reparte entre todo el grupo, entonces tienden a tomar más riesgos”, ha concluido el matemático.