
La higiene dental es clave para mantener una buena salud, tanto para los humanos como para los perros. De hecho, la limpieza de los dientes es una parte crucial de la rutina semanal de estas mascotas. Este sencillo proceso evita que se acumulen la placa y el sarro en los dientes de los perros, lo que puede derivar en problemas dentales mucho más graves.
La falta de cepillado de los dientes puede, al igual que en los seres humanos, provocar infecciones en las encías y las estructuras que sirven de soporte dental. La gingivitis, inflamación de encías o la periodontitis son algunas de las consecuencias que pueden sufrir los animales por el descuido de sus dueños en su higiene bucal. Asimismo, el consumo continuo de placa bacteriana, desprendida durante la ingesta de alimentos, puede provocar vómitos y diarreas agudas en los canes. Incluso algunos estudios han relacionado la enfermedad periodontal con algunos tipos de cáncer en estos animales, como el renal, pancreático o gastrointestinal.
La falta de higiene dental en los perros influye también en su aliento. Los restos de comida acumulados en sus encías se transforman poco a poco en placa, se descomponen por la acción bacteriana y producen mal olor, derivando en halitosis o mal aliento.
Por todo ello, es esencial mantener la boca de un perro tan sana como se pueda. Existen para ello snacks dentales, espráis e incluso juguetes que ayudan a eliminar la placa y el sarro. Pero lo más crucial es el cepillado de su dentadura.
Cepillado de los dientes en perros

Para realizar un buen cepillado, es necesario asegurarse de que se tiene un cepillo del tamaño correcto para el animal. Existen cepillos especiales en tiendas de animales y clínicas veterinarias, aunque los cepillos de dientes normales pueden servir también, usando los de adulto para perros grandes y los infantiles en perros más pequeños. La pasta de dientes sí debe ser específica para estos animales, pues la pasta dental humana puede ser perjudicial para ellos.
Al igual que en los seres humanos, el cepillado de los dientes debería ser diario, pero si no se puede, es aconsejable hacerlo al menos tres o cuatro veces a la semana. Los expertos recomiendan hacerlo en sesiones breves, de no más de dos minutos, para que el animal no se aburra.
El proceso de limpieza dental en los perros puede no ser sencillo al principio, pero con una rutina adecuada y una introducción gradual, es posible que el animal se acostumbre e incluso disfrute del procedimiento. Para acostumbrarlo a la pasta de dientes, algunos sugieren colocar una pequeña cantidad de pasta en el dedo y permitir que el perro la lama. Estas pastas dentales están formuladas con sabores atractivos para los animales, lo que facilita que el perro las acepte de manera positiva.
El siguiente paso implica la introducción del cepillo de dientes. Antes de usarlo, es importante humedecerlo con agua y aplicar la cantidad recomendada de pasta dental, asegurándose de que esta se adhiera bien a las cerdas. Se recomienda comenzar cepillando los dientes más largos, como los caninos, levantando el labio del perro para acceder a ellos. Es aconsejable evitar los incisivos frontales al inicio, ya que esta área es más sensible y puede generar resistencia por parte del animal.
Una vez que el perro se sienta más cómodo con el cepillado inicial, se puede avanzar hacia los dientes posteriores, como los molares. Para alcanzar estas piezas dentales, es necesario deslizar el cepillo más allá de la comisura de los labios, dentro de las mejillas. Si esta tarea resulta complicada, se puede optar por un cepillo más pequeño que facilite el acceso. Se recomienda comenzar con los dientes superiores y, posteriormente, abrir ligeramente la boca del perro para limpiar la línea de las encías de los dientes inferiores. Es fundamental realizar este proceso de manera gradual, observando siempre el comportamiento del perro. Si el animal muestra incomodidad o una reacción negativa, es preferible detenerse y reanudar el intento más tarde.