
Aquí hay un secreto poco escondido. Puede que alguna vez hayas orinado en la ducha, aunque mucha gente jamás lo reconocería en caso de que se le pregunte. Tal vez sea una de las personas que no les importa porque todo va al mismo desagüe o a lo mejor eres de esas a los que le parece antihigiénico.
Sin embargo, este hábito no siempre resulta recomendable, ya que puede llevar a causar daños a largo plazo, pero el motivo tiene que ver poco con la higiene. De este modo, la uroginecóloga estadounidense Teresa Irwin ha publicado un vídeo en sus redes sociales en el que intenta frenar este hábito.
En el vídeo, la Dra. Irwin afirma que orinar mientras se ducha entrena al cerebro para asociar el sonido del agua corriendo con la necesidad de hacer pis.
“Es como el entrenamiento canino de Pavlov: cada vez que oyen una campanilla, empiezan a salivar. Así que, cada vez que te lavas las manos, te duchas o lavas los platos, si hay agua corriente, tu vejiga estará salivando porque quiere orinar”, explica la doctora estadounidense.
En este sentido, como consecuencia a largo plazo, puede alterar el control interno de la vejiga, provocando viajes frecuentes al baño, es decir, incontinencia.
Riesgo de infecciones
Además del hábito perjudicial que puede crear en nuestro cerebro, al hacer esta práctica existen riesgos potenciales para la salud, especialmente la de las mujeres, como el riesgo de infecciones del tracto urinario e incluso insuficiencia renal.
La vejiga masculina se apoya en la próstata cuando el hombre orina de pie, pero las mujeres no cuentan con ese lujo. Si la mujer orina de pie, someten los músculos del suelo pélvico a una tensión adicional, lo que puede provocar que la vejiga no se vacíe, por lo que la orina sobrante (retención urinaria), puede acabar provocando problemas de salud.
Sin embargo, otra de las posibles infecciones son las relacionadas con la piel. En general, no hay problema con que la orina caiga sobre las piernas y los pies. No obstante, cuando la orina contaminada cae sobre una herida abierta, las probabilidades aumentan. Cuando el pis cae sobre una herida, puede dificultar la cicatrización porque las bacterias ahora tienen alimento para seguir creciendo.
Al igual que en la ducha, resulta muy recomendable evitar orinar en baños, jacuzzis o piscinas. El agua estancada es un “caldo” para las bacterias y los hongos, aumentando el riesgo de que entren en la uretra cuando uno se sienta en la bañera o jacuzzi o nada en la piscina.

Cuestión de hábitos
Para prevenir las infecciones o la incontinencia, los especialistas recomiendan orinar antes de meterse en la ducha y evitar hacerlo en ella para ayudar a la vejiga a mantener unos hábitos saludables.
Por otro lado, otras maneras de evitar la incontinencia y esa pérdida del control de la vejiga es reducir el consumo de aquellas bebidas que contribuyan a su irritación, como el alcohol o la cafeína.
Del mismo modo, ingerir alimentos ricos en fibra, dejar de fumar o realizar ejercicios de suelo pélvico previene el estreñimiento, que favorece la aparición de infecciones de orina.