
Al adquirir una vivienda, es importante considerar que, además del precio de compra y de los intereses asociados al préstamo hipotecario, existen gastos adicionales que deben ser contemplados. Entre ellos destacan los impuestos, que en conjunto pueden superar el 10 % del valor del inmueble. Otro aspecto relevante es determinar si la compraventa se realiza directamente con un particular o a través de una agencia inmobiliaria, ya que esto puede incurrir en un gasto extra: los honorarios.
La comisión o los honorarios inmobiliarios corresponden al importe que una agencia cobra por su labor de intermediación en la compraventa o el alquiler de un inmueble. Es decir, es la cantidad que debe abonarse por la gestión realizada. Estos honorarios no están regulados legalmente, por lo que cada agencia tiene libertad para fijar el porcentaje o la cuantía que considere adecuada.
Habitualmente, este gasto corre a cargo del vendedor, dado que es quien se beneficia de la gestión de la operación (aunque este suele repercutir el coste en el precio final del inmueble, por lo que son los compradores quiénes lo acaban pagando). No obstante, en ciertos casos, especialmente cuando el comprador solicita servicios personalizados o asesoramiento específico, se puede pactar que este asuma parte de dichos honorarios, aunque no es lo habitual. Además, algunas agencias inmobiliarias incluso optan por repartir los honorarios entre ambas partes, exigiendo a comprador y vendedor que abonen un porcentaje equitativo.
Lo cierto es que la normativa española establece criterios de transparencia y claridad en relación con los honorarios inmobiliarios, con el objetivo de garantizar una mayor seguridad en las operaciones de compraventa. Sin embargo, no determina quién debe asumir su pago.
Cuánto cobra una inmobiliaria por vender un piso
Como explican desde el comparador de productos bancarios HelpMyCash, en general, la mayoría de las agencias inmobiliarias aplican una comisión sobre el precio de venta del inmueble que suele situarse entre el 3% y el 7%, aunque pueden variar considerablemente según el tipo de agencia.
Algunas inmobiliarias tradicionales, por ejemplo, establecen un porcentaje fijo, como un 5% aplicable a todas las operaciones, independientemente de las características de la propiedad. Otras ajustan el porcentaje en función de factores como la ubicación, el estado del inmueble o su valor de mercado.
En el caso de las plataformas digitales, las tarifas se presentan como importes fijos, que suelen oscilar entre los 4.000 y los 8.000 euros, dependiendo del precio de la vivienda. A diferencia de las agencias tradicionales, no calculan sus honorarios como un porcentaje del valor de venta, y sus servicios pueden no incluir todos los trámites asociados a la operación.
Además, hay que tener en cuenta que en las operaciones de venta, los honorarios de la agencia inmobiliaria suelen abonarse en el momento de la firma del contrato de arras, o bien dividirse en dos pagos: un 50% al firmar las arras y el 50% restante en la firma de la escritura pública. Solo una pequeña parte de las agencias inmobiliarias aplaza el cobro íntegro de sus honorarios hasta el día de la compraventa, según aclaran desde HelpMyCash.