Carteles legendarios y un legado que supera la pantalla: cómo los posters cambiaron la forma de recordar el cine

Las obras de Drew Struzan y Renato Casaro definieron una época en la promoción cinematográfica, con gráficos que definieron a películas como “Indiana Jones” y “Star Wars”, y que aún hoy se mantiene como referencia innegable de este particular arte

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Las obras de Drew Struzan
Las obras de Drew Struzan y Renato Casaro se integraron en la memoria colectiva de generaciones de espectadores de cine

El fallecimiento de Drew Struzan el 13 de octubre y de Renato Casaro el 30 de septiembre, ambos reconocidos como pilares en la creación de carteles de cine (también conocidos como posters), ha marcado el cierre de una era en la ilustración cinematográfica.

Sus obras, presentes en películas como Indiana Jones, Rambo y Star Wars, no solo definieron la imagen visual de estas franquicias, sino que también se integraron en la memoria colectiva de generaciones de espectadores.

Según The New York Times, el fallecimiento de estos dos artistas en menos de un mes representa una pérdida significativa para el arte y la cultura popular, ya que sus carteles trascendieron la función promocional para convertirse en auténticos iconos visuales.

Los carteles de cine creados
Los carteles de cine creados por Struzan y Casaro definieron la imagen visual de franquicias como "Indiana Jones" (MUST CREDIT: Drew Struzan/Galactic Gallery)

El legado de Struzan y Casaro se extiende a lo largo de más de medio siglo de historia del cine, abarcando desde los grandes éxitos de Hollywood hasta producciones europeas de renombre. Sus ilustraciones, elaboradas con técnicas tradicionales de pintura y pincel, lograron un equilibrio entre el realismo fotográfico y la iconografía heroica, dotando a los personajes y películas de una dimensión mítica.

The New York Times destaca que, en una industria cada vez más dominada por la fotografía digital y la inteligencia artificial, ambos artistas mantuvieron viva la tradición del cartel hecho a mano, aportando una profundidad artística que hoy resulta difícil de encontrar.

Trayectorias y estilos de Drew Struzan y Renato Casaro

La trayectoria de Renato Casaro, nacido en Treviso, Italia, en 1935, se forjó durante una de las épocas doradas del cine italiano. Sus carteles para los spaghetti westerns de Sergio Leone, como Por un puñado de dólares y El bueno, el malo y el feo, así como para películas de género como Danger: Diabolik de Mario Bava, definieron visualmente una era.

Hollywood reconoció su talento y lo incorporó a partir de 1966, comenzando con La Biblia de John Huston. Casaro mantuvo a lo largo de su carrera un estilo caracterizado por líneas limpias y composiciones audaces, que se convirtieron en su sello distintivo.

El relanzamiento de "Star Wars"
El relanzamiento de "Star Wars" en 1978 marcó un antes y un después en la trayectoria de Drew Struzan como ilustrador de carteles (MUST CREDIT: Drew Struzan/Galactic Gallery)

Entre sus colaboraciones más frecuentes destaca Arnold Schwarzenegger, a quien retrató en carteles de Conan el Bárbaro, Red Sonja, The Running Man y Terminator 2.

Sobre el actor, Casaro afirmó en una entrevista referenciada por The New York Times: “Schwarzenegger era el hombre perfecto para pintar. Tenía una expresión dura. Su rostro era como una escultura”.

Por su parte, Drew Struzan, originario de Oregon City, Estados Unidos, inició su carrera en el ámbito de las portadas de discos, trabajando para artistas como Alice Cooper, Black Sabbath y los Bee Gees. Este bagaje le permitió desarrollar una capacidad única para sintetizar la esencia de una obra en una sola imagen.

Su entrada al mundo de los carteles de cine se produjo con producciones de bajo presupuesto, pero su colaboración en el relanzamiento de Star Wars en 1978 lo catapultó al estrellato. A partir de entonces, Struzan firmó carteles para títulos emblemáticos como E.T., Blade Runner, Los Goonies, Harry Potter y la saga de Indiana Jones, donde supo captar tanto los rasgos distintivos de Harrison Ford como los elementos icónicos del personaje.

El estilo de Drew Struzan
El estilo de Drew Struzan se caracteriza por capturar los elementos icónicos y distintivos de cada película en sus carteles

Comparación de enfoques y obras icónicas

La comparación entre ambos artistas revela diferencias notables en sus enfoques. Struzan, con su trasfondo estadounidense, tendía a organizar grandes elencos en composiciones complejas sin perder claridad visual, como se aprecia en los carteles de Harry Potter o Loca academia de policía.

Casaro, en cambio, aportaba una visión europea, capaz de crear mundos completos en una sola imagen, como en sus trabajos para Dune de David Lynch o Octopussy de la saga James Bond.

A pesar de estas diferencias, ambos demostraron una versatilidad excepcional, alternando entre la complejidad de escenas multitudinarias y la simplicidad impactante, como en el caso del cartel de Casaro para El cielo protector o el uso de luces y sombras en La cosa de Struzan.

Algunos de los carteles más recordados de Struzan y Casaro no solo promocionaron películas, sino que moldearon la percepción pública de los personajes y las historias. La imagen de Marty McFly junto al DeLorean en Volver al futuro, la pose heroica de Conan con la espada en alto, o la representación de Rambo en sus distintas etapas, son ejemplos de cómo sus ilustraciones superaron el ámbito publicitario para convertirse en símbolos culturales.

El arte de los carteles
El arte de los carteles cinematográficos sigue inspirando admiración a pesar de los cambios tecnológicos en la industria

The New York Times subraya que, en muchos casos, estas imágenes se han convertido en la referencia visual predominante, incluso por encima de las propias escenas cinematográficas.

El cartel de cine en la era digital

En la actualidad, el cartel de cine ha perdido parte de su protagonismo debido al auge del streaming y la digitalización, que han reducido su presencia a miniaturas en plataformas saturadas de contenido.

No obstante, The New York Times señala que los carteles de Struzan y Casaro siguen siendo objeto de culto entre coleccionistas y cinéfilos, manteniendo su estatus como piezas de arte únicas y apreciadas.

A pesar de los cambios en la industria, la obra de Drew Struzan y Renato Casaro continúa inspirando admiración y respeto, consolidándose como un legado artístico que trasciende el tiempo y las modas.