El tórrido romance de Billy Joel y la supermodelo Christie Brinkley: así la conquistó en un concierto de los Beach Boys

Christie Brinkley y Billy Joel fueron una de las parejas más icónicas de los años ochenta. Su historia de amor, marcada por encuentros fortuitos, citas inolvidables y un final doloroso, vuelve a cobrar vida con la publicación de las memorias de la supermodelo, Uptown Girl.

Allí, Brinkley revive cómo el “Piano Man” la conquistó con gestos románticos y cómo ambos enfrentaron la decisión de poner fin a su matrimonio.

La historia comenzó en enero de 1983, cuando Brinkley, entonces en una relación con el piloto francés Olivier Chandon de Brailles, conoció a Billy Joel durante unas vacaciones en St. Barts. La química fue instantánea, aunque en ese momento ambos siguieron caminos separados.

Poco después, en marzo de ese mismo año, Chandon murió en un accidente automovilístico.

Aquel suceso marcaría un antes y un después en la vida de Brinkley. En su libro, la modelo recuerda cómo Joel se convirtió en un sostén emocional en los meses posteriores a la tragedia.

“Billy empezó a llamarme todos los días, con la misión de animarme de cualquier manera que pudiera, ya fuera con un chiste, una canción o un poema gracioso que había escrito”, relató la modelo.

Aunque él le aseguraba que era natural sentirse agobiada por la pérdida, también se empeñaba en hacerla reír, lo que finalmente funcionó.

Impulsada por el apoyo de Joel y las palabras de amigos que le recordaban que Chandon hubiera querido verla disfrutar de la vida, Brinkley aceptó salir con el músico.

Su primera cita fue ver la obra Little Shop of Horrors. Pero la segunda cita quedaría grabada para siempre en la memoria de la modelo.

Joel la llevó a un concierto de los Beach Boys en Nueva Jersey, y lo que ocurrió allí la dejó impresionada.

“Cuando el grupo abrió con ‘California Girls’ en el escenario, me señalaron en primera fila mientras cantaban: ‘Quisiera que todas pudieran ser chicas de California’”, relató Brinkley en su libro.

“Las canciones de los Beach Boys habían sonado en todas las radios portátiles en las playas donde crecí, en las radios de los autos a lo largo de la Pacific Coast Highway, y ahora Billy estaba trayendo todos esos recuerdos a la vida para mí de una manera que nunca habría imaginado”, escribió.

Luego quedaría todavía más impresionada al ser testigo del talento de Joel sobre el escenario. Hasta ese momento solo lo había visto tocar brevemente en St. Barts, sin sospechar la magnitud de sus habilidades en vivo.

“Cuando vi sus manos flotar sobre las teclas frente a decenas de miles de fanáticos gritando, y luego lo escuché interpretar ‘Help Me, Rhonda’ y la clásica canción de los Beatles ‘Rock and Roll Music’ junto a los Beach Boys, me sentí hipnotizada, no solo por su talento… sino también por su presencia escénica, que era a la vez segura y extraordinaria, con una especie de carisma y encanto que nunca había visto”, confesó en sus memorias.

A partir de entonces, la relación floreció. En 1985, Joel y Brinkley se casaron y dieron la bienvenida a su hija, Alexa Ray Joel.

El cantante reconocería años después, en el documental de HBO Billy Joel: And So It Goes (2025), que enamorarse de Brinkley fue “como volver a ser adolescente. Experimentar esas mismas emociones que tuve cuando estaba descubriendo por primera vez el romance y el amor.”

Brinkley, por su parte, definió aquellos primeros años junto a Joel como “simplemente muy divertidos”, un romance lleno de entusiasmo y complicidad.

Además de compartir vida familiar, ella se convirtió en musa del músico e incluso protagonizó el videoclip de Uptown Girl, canción inspirada en una “chica de fantasía” que, según Joel, “no existía en la realidad”.

El cuento de hadas comenzó a resquebrajarse hacia finales de la década de los ochenta. Joel enfrentaba problemas financieros debido al manejo fraudulento de su entonces mánager Frank Weber, lo que lo obligó a intensificar sus giras y lo alejaba de su hogar.

Al mismo tiempo, su tendencia a beber y desaparecer en medio de la noche alimentaba conflictos en casa.

Brinkley recordó en el documental una de sus discusiones finales, cuando decidió marcharse con Alexa a Nueva York tras una noche difícil.

“Él dijo: ‘Sí, está bien, vete’. Lo intenté. Quería que funcionara”, contó la modelo.

Joel, por su parte, admitió: “Estaba en una relación con alguien a quien quería profundamente. Pero no podía estar en casa. No podía estar con mi familia. Fue un tiempo muy triste para mí… Me sentí devastado“.

El matrimonio terminó oficialmente en 1994, tras nueve años juntos. Aunque el divorcio fue doloroso, ambos lograron conservar una amistad entrañable y una relación cercana como padres de Alexa.