
La Agencia para la Educación nació atendiendo a jóvenes y adultos en contextos productivos, pero su trabajo siempre estuvo cerca de jardines, colegios, universidades y centros de formación. La idea que organiza esa trayectoria es la de sostener la calidad con sentido práctico: “El sector productivo le viene diciendo a la universidad: necesito que cambies el chip”, decía Germán Darío Hernández Rojas en diálogo con Ticmas. Ya no alcanza con enseñar a usar un software; se trata de cómo se piensan los problemas y las soluciones, y de fortalecer un conjunto de habilidades que el mercado pide con claridad: resiliencia, trabajo en equipo y buena comunicación, sin importar el título de grado.
Es un diagnóstico que devuelve la mirada a la escuela. Si las empresas reclaman pensamiento crítico y colaboración, la formación básica debe asegurar esas bases con metodologías activas. Hernández lo resume en tres acciones que atraviesan proyectos y problemas reales: gestionar el tiempo, manejar información y relacionarse para sacar adelante tareas. El obstáculo aparece cuando ese aprendizaje se intenta más tarde, con adultos: falta de tiempo en la jornada laboral y una barrera emocional concreta —el temor a quedar expuesto—. “Con el adulto hay que negociar una capa emocional”, dijo, y continuó: “El error está bienvenido como parte de la innovación, pero no es de momento la norma mayor”.
La capacitación fuera del sistema formal tiene tres rasgos. Primero, nace de necesidades reales (la lectura de roles, procesos y metas de negocio define qué aprender); segundo, la velocidad (“Necesito que la solución exista en menos de dos semanas y nos fortalezca en menos de un trimestre”); y tercero, la experiencia antes que exposición de contenidos (casos, simulaciones, práctica situada).
“El adulto reclama mucho el aprendizaje desde la experiencia”, dijo Hernández Rojas. Con ese marco, la Agencia para la Educación combina asesoría pedagógica y productos ajustables: donde el contexto exige trajes a la medida, acompaña con diseño; donde se repiten necesidades —pensamiento crítico, trabajo en equipo, gestión del tiempo, resiliencia—, ofrece soluciones adaptables que hoy se personalizan con IA según perfil, rol y casos de uso.
El vínculo que impulsa la formación
La mirada del aula refuerza el mismo punto. Hernández fue rector y director pedagógico, y allí aprendió algo que organiza su práctica: la relación docente–estudiante explica la mitad de la formación. El resto es quitarle carga administrativa al profesor y darle buenos recursos para que pueda estar con los alumnos. “En los colegios de avanzada, los dispositivos y recursos vienen orientados y prediseñados; así el docente tiene tiempo de relacionarse con el estudiante”, dijo. A eso se suma sacar el aprendizaje del aula: proyectos, Modelos de Naciones Unidas, finanzas, servicio a la comunidad. Experiencia que da realidad a las habilidades.
Desde esa doble orilla —escuela y empresa—, el itinerario del adulto de mediana edad que quiere reentrenarse se ordena nuevamente en tres: adaptabilidad (aprender, cambiar y fracasar sin romperse), visión de conjunto (pensamiento sistémico para entender “el ladrillo que pones” y “qué catedral construye”) y trabajo con otros (liderar, gestionar y relacionarse en equipos y con clientes). El software puede reemplazar tareas operativas pero no vínculos ni criterio: “Los adultos que saben liderar, gestionar, relacionarse son cada vez más valiosos”, dijo.
Pensar bien, practicar mejor y medir rápido: la Agencia acompaña a universidades corporativas y empresas a pasar del curso suelto a programas con propósito, tiempos realistas y evaluación de uso. Para la escuela, la recomendación es simétrica: reducir fricción operativa del docente, cuidar la relación educativa y sostener proyectos que acerquen a los estudiantes a problemas auténticos. No es un menú de modas; es una continuidad. De la primera infancia a la empresa, las habilidades centrales se aprenden en experiencia y se afinan toda la vida.
Últimas Noticias
Walter Pérez: “La escuela es igual que el deporte: te da muchas chances de fallar y volver a intentar”
En diálogo con Ticmas, el campeón olímpico y actual DT de la selección argentina de pista cuenta cómo es su relación con la educación, que abandonó en el secundario. En el marco de Volver a estudiar de la OEI, plantea un método: planificar el día, sostener el esfuerzo y estudiar en paralelo al alto rendimiento

Ucrania trabaja con éxito en la digitalización de la educación ante la guerra
El conflicto armado con Rusia y los constantes bombardeos generaron un estado de urgencia en lo educativo donde miles de niños, niñas y jóvenes ven afectado su aprendizaje cotidiano y futuro cercano

Hay 9 universidades argentinas en el ranking de Times, pero ninguna entre las 1000 mejores del mundo
La Universidad Austral es la mejor clasificada del país, en el rango 1201-1500 a nivel global. América Latina no aparece en el top 200. A diferencia de otros rankings, la participación en este es voluntaria. Pero el umbral para entrar también es exigente, sobre todo en el área de investigación

El programa La Justicia va a la Escuela cumple 25 años: un puente entre jueces, estudiantes y el desafío de la IA
El programa, reconocido por la Legislatura como de interés educativo, fue distinguido recientemente por la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional por sus 25 años de trayectoria ininterrumpida

La universidad que entendió que los planes largos y rígidos ya no responden a sus estudiantes
Diana Giraldo, directora de Nuevas Tecnologías y Educación Virtual de la Universidad del Valle, habló con Ticmas sobre cómo la institución ajusta su oferta: microcursos con créditos, rutas formativas cortas, formación docente en IA y mesas de trabajo con empresas para alinear competencias y empleo
