Dólar: en dos años de Gobierno de Javier Milei el tipo de cambio subió más que la inflación

El dólar oficial anotó un incremento del 293% a partir de diciembre de 2023, unos 27 puntos más que la evolución del IPC del INDEC ¿Fin del “ancla” cambiaria?

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La suba del dólar se
La suba del dólar se ajustó a la expansión monetaria.

En dos años de gestión de Javier Milei se produjo un “sinceramiento” cambiario que elevó al dólar por encima de la tasa de inflación y mejoró sustancialmente el tipo de cambio real -una medición estrictamente cambiaria y, por lo tanto, parcial de la competitividad de la economía-, tal como se plasmó en dos años consecutivos de superávit comercial en la cuenta de bienes.

Si bien se partía de un tipo de cambio muy bajo (80 puntos sobre 100 de equilibrio teórico el 10 de diciembre de 2023), el reacomodamiento del dólar se acopló a la expansión monetaria reciente y ahora está más próximo a esa zona de equilibrio. Aunque por momentos el tipo de cambio fue utilizado como “ancla” inflacionaria por la presente administración, después de la salida parcial del “cepo” en abril y con la suba del dólar cerca de las elecciones -cuando desafió el techo de las bandas- le sacó clara ventaja a la inflación, para dejar en evidencia que hoy es el salario real la verdadera ancla de los precios minoristas -complementado con mayor apertura para importaciones-, más que el tipo de cambio o el nivel de Base Monetaria, como esgrimen algunos teóricos de la ortodoxia al asegurar que “faltan pesos” en la economía.

En dos años de gobierno de La Libertad Avanza, el dólar mayorista aumentó 293,8%, desde los $364,41 (Comunicación A3500 del 7 de diciembre de 2023) a $1.435, mientras que el financiero “contado con liquidación” (operado fuera del “cepo” y por lo tanto, un precio más objetivo que el oficial) aumentó un 47,7%, desde los 1.019,15 a los 1.505 pesos.

En el mismo período, la inflación acumulada fue aproximadamente de 266%, mientras que la expansión de la Base Monetaria aumentó un 293,1%, desde los $10,1 billones a $39,7 billones el 2 de diciembre de 2025. Con estos datos, la inflación tendría un remanente de aumento de unos 27 puntos para converger con la suba del dólar oficial y la expansión monetaria, cotejo que quizás explica por qué está costando tanto reducir el IPC mensual debajo del 2 por ciento.

El ascenso del dólar oficial casi se ajustó al ritmo de la expansión monetaria, una relación que justifica el presente estable de la divisa -al menos desde lo monetario y sin el factor “distorsivo” del riesgo electoral- y un nivel próximo al equilibrio en el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral que mide el Banco Central, de 95 puntos sobre una base de 100 puntos.

“En un escenario base en donde se mantengan las bandas cambiarias, vemos cierto desacople con las expectativas de inflación. Los niveles de indiferencia entre las distintas curvas se están dando con ritmos de inflación que lucen altos con relación a los movimientos posibles para el tipo de cambio dentro de las bandas. Si tomamos como base el precio actual y lo llevamos hasta el techo de la banda, queda un ritmo promedio de depreciación para los próximos meses del 1,3%, con una inflación de equilibrio entre tasa Fija y CER del 1,8% mensual para el próximo año. Dada la inflación internacional, eso implica una apreciación del tipo de cambio real de entre 3 y 4 puntos”, analizó MegaQM.

“De cara a 2026 la entrada de capitales a través de la cuenta financiera permitiría entonces recomponer reservas a un ritmo más acompasado con el crecimiento y la remonetización de la economía, sin crear fricciones en precios y tipo de cambio. Es cierto que la falta de reservas pone a la economía en una situación de fragilidad que la torna vulnerable a cualquier tipo de shock, sea este externo o interno. No obstante, ambos contextos parecerían hoy jugar a favor de las posibilidades de éxito de una estrategia gradual en la recomposición de reservas”, aportó José María Segura, economista Jefe de PwC Argentina.

“Si vamos a lo que hemos mandado al Presupuesto 2026 y asumimos que la Base Monetaria se mantiene constante en relación a ese PIB, en términos nominales la Base estaría creciendo un 25% y eso nos permitiría comprar aproximadamente USD 7.000 millones sin esterilizar. Si se recuperará la demanda de dinero 2 puntos porcentuales del PIB, cosa que debiera ser lo natural, podríamos comprar USD 7.000 millones más sin tener que esterilizar”, proyectó la semana pasada el ministro de Economia, Luis Caputo.

“El esquema cambiario no lo vamos a cambiar y vamos a seguir flotando entre bandas por las razones que expliqué muchas veces: Argentina sigue siendo un país con volatilidad política, los sistemas de bandas han sido eficaces en la mayoría de procesos de estabilización y el mercado tiene un volumen determinado y no lo podemos forzar”, añadió Caputo.

En este aspecto, la estrategia oficial prevé un aumento de la demanda de pesos en los próximos meses, una lógica tendencia en caso de confirmarse el crecimiento de la economía, una mayor oferta de dólares por ventas privadas -tras una intensa dolarización de carteras preelectoral- e importantes ingresos por la cuenta capital, ya sea por colocaciones de deuda de privados y sub soberanos e inversión extranjera directa-.

Un informe de GMA Capital precisó que solo en el último año “el tipo de cambio oficial avanzó 43%, pero lo más relevante fue la caída de la brecha con el ‘contado con liqui’, que comprimió cinco puntos porcentuales”.

“El mercado también espera nuevas certezas en torno a cómo esta gestión reactivará la generación de dólares para afrontar vencimientos. El camino, según adelantó el presidente del BCRA, Santiago Bausili, sería por la cuenta financiera”, añadió GMA Capital.