La confesión de Diego Latorre sobre sus ganas de lanzarse como técnico profesional

El ex futbolista devenido analista ofició como DT en la Copa Potrero

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La confesión de Latorre sobre sus ganas de dirigir

Siempre valorado por la agudeza de sus análisis futbolísticos, Diego Latorre, de 56 años, se animó a calzarse el buzo de DT, aunque sea de manera amateur. Lo hizo al frente del equipo La Jaula, en la Copa Potrero, certamen que tiene al Kun Agüero como referencia y que transmite ESPN, la señal en la que trabaja Gambetita.

Aunque los resultados no le sonrieron a su escuadra (quedó eliminada en la fase inicial), el ex fantasista, con pasado en Boca y Racing, volvió a coquetear con la chance de volcarse a la dirección técnica de manera formal. Fue ante la pregunta de Oscar Ruggeri, quien sí incursionó en los bancos, por ejemplo, de San Lorenzo e Independiente.

“¿Te entusiasmó esto para el futuro? Pero no con esos chicos, con profesionales", aguijoneó el Cabezón. “Sí, es una actividad en la que tenés que estar preparado en aspectos que no son solamente técnicos, como la táctica, la estrategia, sino también en estos aspectos que te voy contando. Es cierto que el jugador profesional es más duro. Uno espera que acepte su condición de suplente, o que no lo pongas. Lo acepta porque son las reglas de juego, pero cuando venis acá, un poco amateur, un poco competencia de verdad, también están en juego todas estas cuestiones que hacen al grupo y fue un agregado no menor. Sí, tengo ganas. Prometo la segunda versión de la Copa Potrero para La Jaula, después no sé qué va a pasar", aceptó.

“¿Y si agarra un equipo?“, se anticipó Ruggeri. ”No, dijo después. No lo apuren", bajó la espuma el conductor de F90, Sebastián Vignolo. Sobre la actuación de su equipo, describió: “Jugamos dos partidos en canchas desastrosas. Hoy, en cancha grande, jugamos mejor. Es otro deporte. Hay canchas malas y canchas buenas, y la esencia del seis contra seis es gambetear, divertirse. Me da bronca no pasar la primera ronda. Estuvimos bien en el primer y último partido. Los otros dos no jugamos bien, por nerviosismo. Nos faltó poco”.

“Es un desafío tener el control de 20 chicos con familia, expectativas, todos con ganas de hacer un gol. Muchos de los padres son amigos míos. Había que lograr una comunión grande. Vi que muchos equipos tienen una base y hacen dos o tres cambios. Nosotros hicimos más para que todos participen. Fue la esencia de nuestro grupo. Les dije que me disculpen. Por estabilidad emocional, entrar y salir no es fácil. Traté de contentar a todos”, amplió.

La particularidad, dirigió a Diego, su hijo. Y contó una perlita de la convivencia. “Hoy le grité, porque en una jugada tenía que entrar en pared con el 9″, reveló con una sonrisa.

Hace un año, Latorre había contado por qué hasta el momento no aceptó una oferta para dirigir. “Es entrar en una picadora de carne. Hay gente que la veo envejecer en pocos meses, hasta su aspecto cambia porque sufren. Pasa que la adrenalina y la vocación es tan fuerte, y la necesidad en algunos casos, que hacen que puedan resistir, pero es enfermizo lo que pasa dentro del fútbol”, reflexionó entonces.

“¿Cuánto apuestan por vos? ¿Cuánto crédito tenés? Hay gente más sumisa y ligada al mundo de los dirigentes, o más astutos que entonces tienen otras conexiones y el crédito, a lo mejor, les dura 5 o 7 partidos hasta que se hace insostenible”, continuó.

“Hablo con los protagonistas (jugadores y entrenadores) y cuando pierden se les hace imposible trabajar en la semana. Ni hablar de las barrabravas, gente que es violenta verbalmente, salís a la cancha y a los cinco minutos ya hay una prepotencia e insultos que afecta a la mente. Tenés que estar psicológicamente muy sano, con una espiritualidad muy grande porque al hombre y a la mujer que juega al fútbol les afecta. A todos los seres humanos nos afecta vivir con esa violencia, con ese maltrato diario”, concluyó. ¿Podrá más la pasión y aceptará una propuesta del fútbol profesional?